Dejarse barba, el último detalle estudiado del mediático Ricky Rubio

Ricky Rubio corre más rápido que el reloj del Target Center de Minnesota. El base español de 21 años está asombrando tanto en Estados Unidos como en España cuando más se dudaba de su éxito. El recuerdo de su última etapa en el Barcelona no invitaba a pensar en un inicio tan gratificante de la siempre complicada aventura en la NBA, pero Rubio, así se le cantan los seguidores de los Timberwolves, ha superado las expectativas más optimistas. ¿Pócima mágica? ¿Trabajo? De todo un poco, pero destaca la labor psicológica de un niño que se está haciendo hombre jugando contra los mejores del mundo y con mucha más experiencia que él, algo que, por cierto, lleva haciendo desde que a los 14 años debutara en la Liga ACB Endesa.

Su segunda temporada en el Barcelona fue poco menos que un castigo. No se identificaba con la defensiva manera de jugar del equipo de Xavi Pascual y poco a poco se creó una ansiedad que le hacía ver el aro cada día más pequeño. El joven base se culpaba de las derrotas y necesitaba nuevos estímulos, los que ha encontrado en Estados Unidos. Lejos de mirar a la NBA con el respeto y el miedo que le frenó en sus últimos meses vestido de azulgrana, Ricky decidió pasar a la acción y ponerse a trabajar desde el mismo momento en el que dio por concluida su etapa en el Barcelona, con su primer título ACB en el bolsillo. Adiós al castigo autoimpuesto, a la flagelación por sus errores y por los de los demás. Mente liberada, algo que también contribuyó el paso por la selección pese a su discreto Eurobasket.

El base no dejó nada a la improvisación. Antes de terminar la temporada ya anunció que tenía pensado corresponder al interés del equipo que le eligió como número 5 del draft de 2009. Minnesotta apostó por él y le debía una y acudió a su llamada. Además, tanto Rubio como todo su entono creían que era el equipo ideal para aprender de qué va ese otro deporte que se practica en la NBA y que por lo visto le va mejor que el de la ACB. Además, los Timberwolves le permitirían crecer como jugador, olvidando la presión de equipos punteros como Lakers, Mavericks, Celtics o Bulls, equipos en los que no pasaría de ser un comparsa sin presencia alguna. 

Gasol también se alió con la barba

Con la incógnita del cierre patronal aún en plena vigencia -y con el recuerdo del Eurobasket recién conquistado-, Ricky decidió dar un impulso a su puesta a punto. Puso rumbo a Estados Unidos con el fin de integrarse en la vida norteamericana, aprender inglés y, especialmente, para modelar un cuerpo que en Europa parecía incluso hasta débil y que ha logrado cambiar tras tres meses de duros entrenamientos y mucho gimnasio. Ha ganado cuerpo, presencia, pero algo fallaba en esa metamorfosis. La cara de niño le delataba. Faltaba la guinda, esa con la que dejar de inspirar ternura a los rivales y compañeros. La decisión estaba tomada. Era cuestión de días, el tiempo que necesitaba para que la barba se estampara en su cara, olvidando al niño que asombró al mundo del baloncesto con tan solo 14 años. A Pau Gasol le fue bien y, por lo visto, a Ricky, también. Cuestión de barba y de confianza. Todo uno.

Los dos meses de negociaciones entre propietarios y jugadores el base los empleó en trabajar y entrenarse duro, de ahí la rápida adaptación y ese plus que está demostrando con respecto a rivales y amigos. Con cinco partidos a su espalda, el exazulgrana ha conseguido que su nombre sea coreado por la afición de Minnesotta y que el Target se llene, algo que no sucedía desde los mejores momentos de Kevin Garnett en la franquicia (unos cinco años). Rubio acapara minutos en la televisión, noticias y portadas en periódicos. El fenómeno que parecía dormido ha despertado y lo ha hecho en el territorio más hostil posible: la NBA.

Ya apuntan a que estará en el 'All Stars'

Rubio ha vencido la resistencia de los críticos más severos e incluso en Estados Unidos apuntan a su presencia en el 'All Stars' pero ni su entorno ni él mismo querían un inicio tan deslumbrante. Y es que mientras algunos paseaban de un lado a otro en los meses de octubre y noviembre, él se dedicó a entrenarse, de ahí el espectacular arranque. Sabe que lo duro está por llegar y que el mal momento puede aparecer pronto. De momento disfruta con todo lo que le sucede. Sus números solo tienen comparación a los que tuvo el mayor de los Gasol en sus inicios en la mejor Liga del mundo. Hablamos, claro está, de jugadores españoles.

Con cinco años de contrato y con un primer salario de tres millones de euros, Rubio está tranquilo en Minnesotta. Confía en el trabajo de su agente en Estados Unidos Dan Fegan, tal y como hizo lo mismo con Germán González en España. Ambos están guiando la carrera del base, que en sus primeros meses en la NBA cuenta con la ayuda de su madre como referente en su día a día. El importante modelado de imagen corresponde a cargo de la empresa Confidence&Communication.