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El Real Madrid post-Mirotic aún depende de la magia de Rudy Fernández
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gana al valencia 89-76 y jugará la final

El Real Madrid post-Mirotic aún depende de la magia de Rudy Fernández

El escolta fue el mejor del actual campeón ante un Valencia Basket que sólo se dejó llevar en el último cuarto. Buen partido de Nocioni y Maciulis (89-76)

Foto: El Real Madrid post-Mirotic aún depende de la magia de Rudy Fernández
El Real Madrid post-Mirotic aún depende de la magia de Rudy Fernández

El Real Madrid post-Mirotić sigue siendo lo que era con Mirotić. Es decir, Rudy Fernández sigue siendo indispensable para que los blancos puedan optar a cualquier título, entre ellos, la Supercopa. Sin Rudy, el Madrid no sólo estaría incompleto, eso es obvio, sino que estaría desangelado. Y mucho más, claro está, si tampoco está sobre el parqué Sergio Rodríguez. Con uno sólo, los merengues lo han pasado terriblemente mal en el Buesa Arena, territorio habitualmente hostil para cualquier madridista. El rival no era el Baskonia, como suele ser, sino el Valencia Basket, al que ganó 89-76 para jugar la final de la Supercopa contra el Barça.

El Madrid no es el único que ha sufrido una baja más que significativa a lo largo del verano. Justin Doellman ya no viste de taronja, sino que lo hace de azulgrana. El maravilloso año pasado del Valencia parece complicado de repetir sin el americano, líder indiscutible del equipo de Perasović. No es lo mismo sin él, pero la pinta del equipo valenciano es igualmente sensacional. Kresimir Lončar intentó en la Supercopa no quedarse lejos de su predecesor y lideró a su equipo durante buena parte del encuentro, hasta ser el máximo anotador valencianista. Y dos que siguen, Pablo Aguilar y Pau Ribas, estuvieron sensacionales.

El equipo de Laso no será lo mismo sin Mirotić, y a no ser que cambie el estilo visto hasta ahora, la potencia avasalladora del curso pasado será historia. El Madrid, por plantilla, seguirá siendo mejor casi que cualquier otra entidad en la ACB con la única duda factible del Barcelona, pero la sensación es que le va a costar más esta temporada. Eso sí, muchos madridistas cambiarían ganar por muchísima menos diferencia muchos partidos del año pasado y acabar con más títulos que la Copa del Rey, sin duda aceptarían esa permuta.

La frescura al contragolpe no apareció por Vitoria en prácticamente ningún instante, ni siquiera cuando la desesperación taronja de los últimos instantes invitaba a robar y salir. Y buena parte del mérito de su inexistencia fue la basculación defensiva del Valencia, que además no permitía que el Madrid rompiese el partido con faltas bien seleccionadas. Aprovecharon los de Perasović su mejor punto físico para empezar el partido con una intensidad muy superior a su adversario. Pablo Aguilar se hizo grande en el poste bajo y Nocioni no aparecía. Sólo lo hacía Rudy.

El Valencia dominaba y al Madrid le costó crear constantemente. Mientras los valencianistas utilizaban el faro de Ribas (6 asistencias) para encontrar hacer daño mediante el juego colectivo, el Madrid dependía demasiado del individualismo de Rudy y Llull. No circulaba el balón con fluidez en el primer cuarto y sólo empezó a hacerlo cuando apareció como base Facundo Campazzo. De hecho, mejoró notablemente el Real Madrid con el segundo quinteto, formado por el argentino, Mačiulis, Carroll, Reyes y Mejri. La defensa fue más intensa y el lituano y el capitán se encargaron de anotar.

Se llegó al descanso igualados y así se acabó también el tercer cuarto. En ese penúltimo tiempo, el Madrid tenía todo para romper el choque y sellar su pase a la final, pero no lo logró por perder de nuevo la intensidad atrás. Fue un flojo partido el de Bourousis y el del fichaje estrella, Gustavo Ayón, que sumó tres faltas en el segundo cuarto en menos de tres minutos. Sin embargo, cuando se presumía un final apretado, el Valencia bajó los brazos cuando se encontró con una ventaja de cinco puntos. Comenzaron los nervios, las prisas y los triples de Llull, Nocioni y Rudy y el partido se acabó. Ni siquiera Lončar lo pudo evitar.

Ficha Técnica:

89. Real Madrid (19+24+17+29): Llull (16), Rudy (21), Nocioni (10), Rivers (6) y Bourousis (4) -cinco inicial-, Maciulis (7), Campazzo (1), Reyes (13), Ayón (2), Rodríguez, Carroll (4) y Mejri (5).

76. Valencia Basket (26+17+15+18): Van Rossom (12), Ribas (6), Lucic (9), Loncar (17) y Aguilar (7) -cinco inicial-, Sato (7), Martínez (2), Lishchuk (6), Buycks, Harangody (3) y Vives (7).

Árbitros: Martín Bertrán, García González, Peruga.

Incidencias: Primera semifinal de la Supercoa disputada en el Buesa Arena de Vitoria ante unos 8.000 espectadores. El Real Madrid jugará mañana la final de la Supercopa con el ganador del encuentro entre el Baskonia y el Barcelona.

El Real Madrid post-Mirotić sigue siendo lo que era con Mirotić. Es decir, Rudy Fernández sigue siendo indispensable para que los blancos puedan optar a cualquier título, entre ellos, la Supercopa. Sin Rudy, el Madrid no sólo estaría incompleto, eso es obvio, sino que estaría desangelado. Y mucho más, claro está, si tampoco está sobre el parqué Sergio Rodríguez. Con uno sólo, los merengues lo han pasado terriblemente mal en el Buesa Arena, territorio habitualmente hostil para cualquier madridista. El rival no era el Baskonia, como suele ser, sino el Valencia Basket, al que ganó 89-76 para jugar la final de la Supercopa contra el Barça.

Sergio Rodríguez Valencia Basket
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