Yao Ming, político por obligación, peleará por cambiar las leyes deportivas de China

De la NBA a la política china. Yao Ming ha cambiado las canchas de baloncestopor la CPPCh (Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino), una cámara alta formada por una serie de miembros que son elegidos como premio a sus carreras independientemente del ámbito en el que ésta ha sido desarrollada. Y el que, quizás, es el mejor deportista de la historia de China no podía faltar. Desde esta posición Yao Ming tiene varios frentes de lucha abiertos que van desde cambiar las leyes del deporte de su país para que éstas sean más flexibles hasta concienciar a sus conciudadanos de la importancia de tomar medidas para erradicar la contaminación pasando por la conservación animal.

Desde que se retiró, hace tres años, Yao Ming ha trabajado para mejorar algunos aspectos de su país. En parte por iniciativa propia y en parte obligado por el Gobierno de China que intenta, por todos los medios, atraer a los nombres con más peso para que se incorporen a su organigrama. Político forzado, estos días Yao Ming, entre otros, presentará propuestas o reformas legislativas no vinculantes relacionadas con el mundo del deporte y del medio ambiente; si pasan el primer corte se convertirán en propuestas de ley y puede que lleguen a reformar alguna ley. El que fuera jugador de la NBA aprovechará el tirón que tiene y su influencia para intentar cambiar aquellos aspectos con los que no está del todo conformo. No sería la primera vez: Yao Ming ya convenció a China de que no comiera aleta de tiburón, un plato de lujo en la gastronomía de Oriente.

Con este precedente, el que fuera jugador de baloncesto se propone actuar en distintas líneas. La primera y más importante pasa por cambiar la legislación y la forma de ver el deporte en China. Con una marcada herencia comunista, en el país de Yao Ming no ven el deporte como un instrumento político y no como una vía para divertirse o ejercitarse. El gobierno chino marca como objetivos prioritarios las medallas y las victorias sin tener en cuenta el fomento del deporte base. Tanto que la gran parte de los atletas chinos que llegan a la élite es porque se han dedicado en cuerpo y alma a su disciplina renunciando a cosas tan básicas como la educación. Y ahí es donde Yao Ming también surge como un ejemplo a seguir ya que ha demostrado que, en su caso, hay vida más allá del baloncesto. Muchos de sus compatriotas que alcanzaron la fama de la mano del deporte acaban en el olvido y sumidos en la pobreza debido a su falta de preparación.

No será la única cuestión que Yao Ming va a poner sobre la mesa. Siempre preocupado por el medioambiente, el exjugador de baloncesto lucha por erradicar el contrabando de marfil o el uso de cuernos de rinoceronte destinados a la medicina tradicional, sin olvidar la contaminación. Este punto tiene especial relevancia en China pues se trata de uno de los temas que más preocupa a sus ciudadanos aunque Yao Ming trató de quitarle hierro al asunto comentando que “al menos el baloncesto se suele jugar en pista cubierta”.