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Navarro demuestra quién es el que manda y acaba con la gran ilusión del Baskonia
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EL CAPITÁN DEL BARÇA FUE DECISIVO EN LOS MOMENTOS CLAVE PARA METERSE EN LA FINAL (69-80)

Navarro demuestra quién es el que manda y acaba con la gran ilusión del Baskonia

La calidad pudo con la ilusión. El Barcelona puso toda la artillería sobre el parqué, y eso fue suficiente para doblegar las enormes ganas que derrochó

Foto: Navarro demuestra quién es el que manda y acaba con la gran ilusión del Baskonia
Navarro demuestra quién es el que manda y acaba con la gran ilusión del Baskonia

La calidad pudo con la ilusión. El Barcelona puso toda la artillería sobre el parqué, y eso fue suficiente para doblegar las enormes ganas que derrochó el Caja Laboral ante los suyos. Si a eso le añadimos que en el conjunto culé juega un tal Juan Carlos Navarro, no hay mucho más que hablar. Los vascos, hasta que las fuerzas se lo permitieron, se mantuvieron muy dignamente en el partido, pero en los momentos clave, los de Xavi Pascual fueron determinantes para llevarse el triunfo (69-80) y plantarse en una nueva final, en la que se enfrentarán al Valencia Basket, que derrotó al Herbalife Gran Canaria. Y lo hacen dejando en la cuneta al que era máximo favorito y al anfitrión.

Como si de una partida de mus se tratara, Baskonia iba de mano. Tenía el favor de la grada, y eso en una ocasión como ésta, puede hacerse notar. Los jugadores de Zan Tabak salieron como auténticos aviones, dispuestos a comerse a su rival. No era para menos, el ambiente del Buesa Arena daba alas a cualquiera. Una ciudad volcada con su equipo, a sabiendas que estaban ante una oportunidad única de jugarse un título en su propia cancha. Y así pasó, que mediado el primer cuarto y tras un parcial de 9-0 (16-7), Xavi Pascual tuvo que decir basta. Tiempo muerto, calmar la locura en la grada y romper el ritmo de un Caja Laboral hasta entonces muy superior.

El parón y la entrada de Nathan Jawai hicieron mella en los locales, que ya no se encontraron tan cómodos como en el arranque y vieron cómo la diferencia en el luminoso iba decayendo hasta cerrar el primer cuarto con un 19-18 favorable a los locales. Vitoria seguía de juerga, pero ya no era el festival del inicio.

El segundo capítulo de esta novela de intriga tuvo dos protagonistas, Brad Oleson en el Barcelona Regal y Tibor Pleiss en el Caja Laboral. El flamante fichaje culé, procedente casualmente de Baskonia, enchufaba todo lo que tiraba (3 de 3 en triples en este período) y el pívot alemán se erigía en el gran baluarte ofensivo de los de Tabak. Uno de esos ‘traidores’ de los que hablábamos en la previa estaba haciendo mucho daño a los ‘suyos’ desde el perímetro. Pero aún así, el factor público seguía jugando su papel. En los momentos de debilidad, los vitorianos notaban el aliento de la grada, lo que les valía tener la mitad del trabajo hecho. Al término de los primeros minutos, Caja Laboral era finalista (39-35).

Navarro toma el mando

Pero este Barça tiene muchas vidas. Llegaba a la fase final de la Copa sin la vitola de favorito y lo primero que hizo fue quitarse de en medio al campeón. ¿Por qué no al anfitrión? Eso debieron pensar los jugadores de Xavi Pascual en la reanudación. Con un parcial de 4-9 la situación ya pintaba de otra manera, y encima apareció Navarro. El capitán azulgrana anotó ocho puntos en el tercer cuarto y estaba claro que iba a ser él quien se jugara todas las bolas importantes. Enfrente, el caudal ofensivo estaba más repartido. Entrábamos en la hora de la verdad. Lo sucedido hasta ese momento estaba bien, gran partido, ambientazo en la grada y todos los ingredientes de toda una semifinal. Pero era  el momento de jugarse las habichuelas.

Es entonces cuando se encogen los brazos, el balón quema y la grada se enerva con cualquier tipo de acción y decisión, aspecto que puede beneficiar y perjudicar de igual forma a uno y otro equipo. Fue el Barça el que mejor se adaptó a esta circunstancia del partido. Los culés veían el aro como una piscina y anotaban todo lo que lanzaban. Un parcial de 0-12 dejaba el marcador en un preocupante 57-69 (para los baskonistas, claro está) favorable a los visitantes.

Todavía tuvo arrestos el equipo vasco para ponerse a siete y dar algo de moral a una grada algo hundida, pero entonces apareció un jugador que no tiene ningún equipo ACB. Juan Carlos Navarro anotó un triple desde su casa y dos tiros libres para meter a su equipo en otra final. Este tipo, a un 40%, es el mejor jugador de la liga y luchará junto a su equipo por un nuevo título copero. Vitoria y Baskonia, por su parte, vieron cómo su sueño se desvanecía ante un conjunto superior. Quizá por eso, la grada hizo salir del vestuario al equipo vitoriano y lo estuvo jaleando durante varios minutos.

Ficha técnica:

69 - Caja Laboral (19+20+18+12): Heurtel (11), Causeur (4), Nocioni (11), Mirko Bjeliça (2) y Lampe (15) -cinco inicial-; Cook, Jelinek, San Emeterio (5), Nemanja Bjeliça (10) y Pleiss (11).

80 - FC Barcelona Regal (18+17+20+25): Sada (4), Navarro (20), Mickeal (5), Lorbek (12) y Tomic (9) -quinteto inicial-; Huertas (4), Jasikevicius, Oleson (9), Wallace (3), Jawai (7) y Rabaseda (7).

Árbitros: Arteaga, Pérez Pizarro y Jiménez. Sin eliminados.

Incidencias: Primer partido de semifinales de la Copa del Rey Vitoria 2013, presenciado en Buesa Arena por 15.085 espectadores. 

La calidad pudo con la ilusión. El Barcelona puso toda la artillería sobre el parqué, y eso fue suficiente para doblegar las enormes ganas que derrochó el Caja Laboral ante los suyos. Si a eso le añadimos que en el conjunto culé juega un tal Juan Carlos Navarro, no hay mucho más que hablar. Los vascos, hasta que las fuerzas se lo permitieron, se mantuvieron muy dignamente en el partido, pero en los momentos clave, los de Xavi Pascual fueron determinantes para llevarse el triunfo (69-80) y plantarse en una nueva final, en la que se enfrentarán al Valencia Basket, que derrotó al Herbalife Gran Canaria. Y lo hacen dejando en la cuneta al que era máximo favorito y al anfitrión.

Juan Carlos Navarro