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España y la Caja Mágica responden en la hora de la verdad del Mundial
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SENSACIONAL Y TRABAJADO TRIUNFO ANTE LA ROCOSA HUNGRÍA (22-28)

España y la Caja Mágica responden en la hora de la verdad del Mundial

Parece que la visita que Vicente del Bosque hizo a los pupilos de Valero Rivera en el hotel de concentración de la selección española surtió el

Foto: España y la Caja Mágica responden en la hora de la verdad del Mundial
España y la Caja Mágica responden en la hora de la verdad del Mundial

Parece que la visita que Vicente del Bosque hizo a los pupilos de Valero Rivera en el hotel de concentración de la selección española surtió el efecto necesario para que los ‘Hispanos’ sigan el mismo camino que sus compatriotas a la hora de convertirse en campeones del mundo (sería el segundo tras 2005). En el primer test de gran nivel, el equipo español respondió a las mil maravillas, con una trabajada victoria (22-28) ante la Hungría de Laszlo Nagy. La Roja se jugará el primer puesto del grupo ante Croacia en el último partido de esta primera fase y poder evitar así un cruce con la temida Francia hasta la final de Barcelona.

Y eso que no comenzaron demasiado bien las cosas para los nuestros. Con una Caja Mágica repleta, la selección española se atascó en los primeros compases del duelo y la defensa 6-0 planteada por Valero Rivera no acertaba a cortar el caudal ofensivo de los magiares. Un Laszlo Nagy portentoso, con cuatro goles en los primeros quince minutos, encontró una vía de agua en la defensa española que pronto tuvo que tapar el seleccionador nacional. Y eso que Sterbik realizó varias paradas de mérito, incluido un lanzamiento de siete metros.

Como se preveía en un caso como éste, Aitor Ariño ejerció de avanzado y se puso en marcaje individual sobre la estrella magiar. Aún así, España jugaba a rachas y no cogía el ritmo y la intensidad defensiva necesarios en un partido de esta exigencia. Incluso, por momentos, los jugadores en pista y el banquillo nacional se perdieron en algunas protestas hacia los colegiados. Aquí entró en juego la condición de anfitrión. La grada presionó como nunca a los árbitros y al conjunto húngaro, que hasta los últimos cinco minutos del primer período estaba haciendo un partido casi perfecto.

Pero apareció la mejor España. De la mano de los extremos, el equipo de Valero Rivera equilibró el partido y provocó que se llegara al descanso con un tranquilizador empate tras ir en muchos momentos dos goles abajo. El primer momento de debilidad en el campeonato se había solventado. La calidad de los nuestros y la intensidad de la grada fueron los artífices. Ahora había que culminar.

Defensa a ultranza sobre Nagy

Visto lo sucedido en el tramo final del primer período, Valero Rivera no iba a cambiar el guión. La defensa 5-1 era innegociable. Laszlo Nagy era demasiada amenaza como para permitirle demasiadas alegrías. Ariño se pegó una panzada a defender esos 2,08 metros y los más de 110 kilos del lateral derecho del Veszprem. La mejora en defensa y un inconmensurable Arpad Sterbik (MVP del partido) provocaron que España comandara el marcador en todo momento; eso sí, con exiguas ventajas.

Víctor Tomás y Albert Rocas eran los encargados de levantar de sus asientos a los 10.000 espectadores que llenaban la Caja Mágica. Nuestros extremos son puro arte, y así lo demostraron en varias contras, que evidenciaron que la Selección se encontraba mucho más a gusto que en los primeros treinta minutos.

Aún así, el tesón de los magiares no daba tregua. El encuentro era vibrante, para deleite de los aficionados, pero no se disfrutaba de igual manera en el banquillo español. Valero Rivera y su cuerpo técnico vivían la tensión propia de un verdadero partido de Mundial (hasta ahora habían sido entrenamientos con público), y este equipo, cuando llegan los momentos cumbre, responde, vaya si responde.

Y llegó el festival

Un parcial de 6-0 a favor de los nuestros a ocho minutos del final supuso el broche de oro a un excelente partido. Aquí se soltó la ‘melena’ hasta el guardameta, suplente ayer, José Manuel Sierra. Todos participaron del festival goleador, la grada hacía la ola y el banquillo saboreaba la cuarta victoria del campeonato. Se había sufrido, pero mereció la pena.

Parece que la visita que Vicente del Bosque hizo a los pupilos de Valero Rivera en el hotel de concentración de la selección española surtió el efecto necesario para que los ‘Hispanos’ sigan el mismo camino que sus compatriotas a la hora de convertirse en campeones del mundo (sería el segundo tras 2005). En el primer test de gran nivel, el equipo español respondió a las mil maravillas, con una trabajada victoria (22-28) ante la Hungría de Laszlo Nagy. La Roja se jugará el primer puesto del grupo ante Croacia en el último partido de esta primera fase y poder evitar así un cruce con la temida Francia hasta la final de Barcelona.

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