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Edin Dzeko, de humillado en Bosnia a cobrar 9 millones en Inglaterra
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FICHAJE ESTRELLA DEL MANCHESTER CITY Y DEL MERCADO INVERNAL

Edin Dzeko, de humillado en Bosnia a cobrar 9 millones en Inglaterra

Cuando tenía 17 años y jugaba en el Zeljeznicar bosnio, a Edin Dzeko le llamaban "estaca" y le decían que sobraba hasta en el banquillo. La

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Edin Dzeko, de humillado en Bosnia a cobrar 9 millones en Inglaterra

Cuando tenía 17 años y jugaba en el Zeljeznicar bosnio, a Edin Dzeko le llamaban "estaca" y le decían que sobraba hasta en el banquillo. La semana pasada, el Manchester City pagó al Wolfsburgo alemán 32 millones de euros para hacerse con quien es ya una estrella del fútbol europeo. No ha sido fácil el ascenso del delantero bosnio desde un humilde club sarajevita, donde la afición lo insultaba, a ser calificado como un "fichaje perfecto" por el técnico del Manchester City, Roberto Mancini.

Dzeko tenía seis años cuando comenzó la guerra en Bosnia (1992-1995). Su casa en Sarajevo fue destruida en los bombardeos y tuvo que trasladarse con su familia a un pequeño piso de cuarenta metros cuadrados donde vivían doce personas. "Pero cuando terminó la guerra fui mucho más fuerte, en el sentido psicológico. Después de la guerra jugué con mis compañeros en un parque y luego mi padre, Midhat, me llevó al Zeljeznicar", declaró Dzeko a Efe cuando su valía ya era reconocida.

Ahora, cuando visita Sarajevo le gusta sentarse en el banquillo de reservas del estadio de Grbavica donde, según cuenta, pasó tanto tiempo mientras intentaba hacer un hueco en el Zeljeznicar. El entonces entrenador Amar Osim le ofreció un contrato beca por 150 euros al mes y con su primer dinero se compró una camiseta y unas botas con las que había soñado durante meses. En el Manchester City, Dzeko, que ahora tiene 24 años, cobrará 9 millones de euros por temporada.

"La vida puede cambiar en sólo un año"

"La gente se reía de mí" rememora Dzeko al pensar en sus inicios como deportista. "Pero la vida juega a veces de forma extraña con nosotros y todo puede cambiar en un solo año", reflexiona. "La gente en el Zeljznicar nunca creyó en mí. Jugué dos temporadas en la primera plantilla, pero nunca sentí la confianza del técnico ni de los dirigentes. Nunca me dieron la oportunidad de mostrar todo lo que sabía", cuenta Dzeko.

"Entraba en el juego por 15 minutos y de inmediato oía en las gradas reacciones, ofensas, humillaciones. Cuando me fui al extranjero me di cuenta de que no importaba qué decían de mí, sino sólo importaba lo que yo podía hacer", agrega.

Vender a Dzeko por 50.000 euros, un gran negocio

Cuando un equipo checo de Segunda ofreció al equipo de Dzeko 50.000 euros por el jugador, el club bosnio pensó que estaba haciendo un negocio redondo. Dos años después, el Wolfsburgo alemán pagaba ya 4 millones de euros para llevarse a la Bundesliga a quien fue elegido mejor jugador extranjero en la Liga checa. Dzeko brilló en Wolfsburgo, que en 2009 ganó su primer título de campeón. El bosnio marcó 26 goles en esa temporada. En 2010, fue el máximo goleador de la Liga alemana, con 22 tantos.

Según Dzeko, el paso más grande, pero también el más difícil de su carrera, fue abandonar Bosnia. "Este es el peor país para un deportista joven, no sólo para un futbolista. Simplemente, en el club te dicen que eres demasiado joven, que tienes que esperar, pero en el extranjero las cosas son diametralmente opuestas. Allí los jóvenes obtienen su oportunidad".

Pese a la mala experiencia en su país, el joven delantero es un eje esencial en la selección bosnia, con la que ha jugado 31 partidos en los que ha marcado 18 tantos, sólo cuatro menos que Elvir Bolic, el ex delantero del Rayo Vallecano que aún es el máximo goleador de la historia del fútbol bosnio. Con el traspaso pagado por el Manchester City, Dzeko es ya el jugador más caro de la antigua Yugoslavia. Pese a ello, asegura que su vida no va a cambiar.

El delantero actúa como embajador de UNICEF en Bosnia, participa en causas humanitarias y destina su dinero para tratamientos de los enfermos, aunque casi nunca se refiere a esas labores en sus encuentros con los medios.

Cuando tenía 17 años y jugaba en el Zeljeznicar bosnio, a Edin Dzeko le llamaban "estaca" y le decían que sobraba hasta en el banquillo. La semana pasada, el Manchester City pagó al Wolfsburgo alemán 32 millones de euros para hacerse con quien es ya una estrella del fútbol europeo. No ha sido fácil el ascenso del delantero bosnio desde un humilde club sarajevita, donde la afición lo insultaba, a ser calificado como un "fichaje perfecto" por el técnico del Manchester City, Roberto Mancini.

Dzeko tenía seis años cuando comenzó la guerra en Bosnia (1992-1995). Su casa en Sarajevo fue destruida en los bombardeos y tuvo que trasladarse con su familia a un pequeño piso de cuarenta metros cuadrados donde vivían doce personas. "Pero cuando terminó la guerra fui mucho más fuerte, en el sentido psicológico. Después de la guerra jugué con mis compañeros en un parque y luego mi padre, Midhat, me llevó al Zeljeznicar", declaró Dzeko a Efe cuando su valía ya era reconocida.

Ahora, cuando visita Sarajevo le gusta sentarse en el banquillo de reservas del estadio de Grbavica donde, según cuenta, pasó tanto tiempo mientras intentaba hacer un hueco en el Zeljeznicar. El entonces entrenador Amar Osim le ofreció un contrato beca por 150 euros al mes y con su primer dinero se compró una camiseta y unas botas con las que había soñado durante meses. En el Manchester City, Dzeko, que ahora tiene 24 años, cobrará 9 millones de euros por temporada.

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