Marc Gasol no cobra desde hace dos meses

La crisis inmobiliaria que se vive en España se está infiltrando en el deporte. Hace una semana El Confidencial anunciaba que el Estudiantes tenía un lío institucional. Ahora lo tienen los jugadores del equipo de baloncesto Akasvayu Girona, entre los que destaca Marc gasol, que llevan cerca de dos meses sin recibir su nómina. Según ha podido saber El Confidencial, el club patrocinado por la promotora inmobiliaria Akasvayu, que posee cerca del 80 % de las acciones, tiene una deuda que podría rebasar los siete millones de euros, con lo cual, la crisis que azota al conjunto gerundense puede ser irreversible.

El Confidencial pudo saber que la inmobiliaria Akasvayu quiere vender parte de las acciones y quedarse como accionista minoritario, pero todavía no ha salido ningún "kamikaze" al rescate. Nadie está interesado en saldar una deuda tan grande. Y aunque parezca mentira, en el aspecto deportivo, el club atraviesa por uno de sus mejores momentos en la ACB. Coincidencia o no, su ascenso tiene registro desde que la inmobiliaria firmó el contrato de patrocinio con Akasvayu Girona (mayo 2005). Sus números están dentro de los mejores de la historia y tienen, posiblemente, a uno de los jugadores españoles de baloncesto con mayor proyección internacional, Marc Gasol. El hermano mediano de ‘Pau’ no ha cobrado en dos meses, quizás sería una situación mucha más complicada para un jugador amateur, pero no es lo que más le preocupa a un jugador que milita en un equipo de la ACB y que percibe una nómina de miles de euros.

Fuentes cercanas al Club aseguran que la plantilla está tranquila y confiada en que cobrarán sus adeudos. Por lo pronto, lo que más les importa a los jugadores, es clasificarse a los Playoffs. El conjunto gerundense ocupa la séptima posición y está para pelear por la Liga ACB. La promotora inmobiliaria que patrocina al Akasvayu tendrá que encontrar la vía para solventar su problema económico y fortalecer la evolución de un equipo que, en el ámbito deportivo, puede tener un futuro prometedor, aunque se antoja difícil que alcance a sanear sus bienes en estos momentos críticos de la industria del ladrillo en España.