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Wes Anderson adapta a Dahl: "Nadie debería cambiar los libros de nadie. Lo hecho, hecho está"
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80ª MOSTRA DE VENECIA

Wes Anderson adapta a Dahl: "Nadie debería cambiar los libros de nadie. Lo hecho, hecho está"

El director estadounidense presenta 'The Wonderful Story of Henry Sugar', Emma Stone se luce y deja atrás cualquier pacatería en 'Poor Things' y Luc Besson triunfa con 'Dogman'

Foto: Wes Anderson en Venecia (MOSTRA DE VENECIA)
Wes Anderson en Venecia (MOSTRA DE VENECIA)

Después de estrenar recientemente Asteroid City tanto en el Festival de Cannes como en salas comerciales, Wes Anderson ha desembarcado en la Mostra con el mediometraje The Wonderful Story of Henry Sugar, sobre el cuento homónimo de Roald Dahl, fuera de competición. Como de costumbre, Anderson se rodea de una troupe de actores de postín como Benedict Cumberbach, Ralph Fiennes y Ben Kingsley, entre otros.

Tras haber llevado al cine otro cuento de Dahl como El fantástico Mr. Fox, el de Henry Sugar es un relato que parece haber sido hecho a su medida. El director conserva prácticamente cada coma del relato de Dahl, pero eso sí, la puesta en escena es magnética, con escenarios desplazables como en el teatro. Ha sido extraño ver hoy a Anderson sin sus actores (daños colaterales de la huelga de intérpretes)

El director conserva prácticamente cada coma del relato de Dahl y la puesta en escena es magnética

Fallecido hace tres décadas, Dahl es creador de memorables historias como Charlie y la fábrica de chocolates y Matilda, últimamente a sido sometido a una especie de ‘remasterización’ para no decir censura. En el encuentro con la prensa internacional Wes Anderson fue categórico al afirmar que aunque puede entender las motivaciones, "lo hecho, hecho está, y nadie debería modificar los libros de nadie, y menos si no es escritor". Esta polémica sigue candente en el mundo anglosajón.

Adiós a la pacatería

Si a Emma Stone le faltaba por interpretar algún rol, después de verla en Poor Things, de la cual es protagonista, ya puede echarse en una tumbona a tomar el sol y beber limonadas. Su bestial actuación en esta película dirigida por Yorgos Lanthimos y que compite por el León de Oro ha dejado literalmente patidifusa – para bien - a la prensa especializada.

Ambientada en la época victoriana – en una interpretación onírica-, este nuevo largometraje en inglés del realizador de origen griego, es un cruce de Frankenstein y Metrópolis. Con una fuerte lectura feminista, con mucho humor e ironía, está basada en la novela homónima de Alasdair Gray. Stone interpreta a Bella, una suicida que vuelve a la vida con un cerebro nuevo, específicamente de un bebé. Pasado borrado para empezar desde cero, incluyendo las destrezas básicas como hablar o caminar. Bella es una esponja que absorbe todo, un lienzo en blanco que vive bajo la tutoría del cirujano y profesor de medicina God (un maravilloso Willem Dafoe con rostro deformado), para después irse a recorrer mundo con el hedonista-casanova Duncan (Mark Ruffalo como nunca antes se había visto, todo un deleite).

placeholder Emma Stone en Poor Things
Emma Stone en Poor Things

Esta esta nueva colaboración entre Emma Stone y Lanthimos tras La favorita hay muchos desnudos, escenas de sexo y de masturbación ("La felicidad", como le llama Bella), lo que la sitúa más allá de La La Land, del bien y del mal, de la pacatería y de lo políticamente correcto. Celebremos tanta osadía de una actriz hollywoodiense que muy bien se pudo haber quedado cómodamente en el regazo de las comedias románticas. Por su parte, Yorgos Lanthimos es un maestro de rarezas con mucho fondo (Langosta y El sacrificio del ciervo sagrado), y con Poor Things, más bombástica que las anteriores, está haciéndose de un puesto bastante significativo en el cine anglosajón.

Hay muchos desnudos, escenas de sexo y de masturbación, lo que sitúa a Emma Stone más allá de la pacatería de la comedia romántica

¿Que si abundan las rarezas en esta Mostra? Pues sí. Y el último ejemplo tiene que ver con película del francés Luc Besson, Dogman, que compite por el León de Oro. Estrenada ayer noche, aborda la historia de un chico maltratado que crece metido en una jaula con perros.

El actor estadounidense Caleb Landry Jones, quien se ha especializado en asumir roles fronterizos y de altísimo riesgo – porque sin el pulso adecuado podrían salir muy mal -, interpreta la versión adulta de ese niño; el resultado es increíble. Con su asombrosa capacidad de transformación, Caleb le aporta magnetismo y profundidad a un personaje que habita en una historia muchas veces vista, sin perros, pero vista. No en vano, contaba Besson ayer en la rueda de prensa, que cuando escribió Dogman tuvo serias dudas de encontrar al actor ideal para este personaje que se comunica con los canes, que puede competir con RuPaul en un Lipsync, y que transmite tanto vulnerabilidad como oscuridades.

Besson salió ganando, por Caleb, por la recepción que ha tenido hasta ahora Dogman (muy aplaudida en la proyección de prensa y al hacer entrada en la sala de conferencias) y porque aun siendo uno de los directores polémicos de la Mostra (en el trío con Roman Polanski y Woody Allen), durante la rueda de prensa ningún periodista preguntó sobre el proceso judicial que tuvo curso durante un lustro tras la acusación de abuso sexual por parte de una actriz y del cual fue absuelto.

Después de estrenar recientemente Asteroid City tanto en el Festival de Cannes como en salas comerciales, Wes Anderson ha desembarcado en la Mostra con el mediometraje The Wonderful Story of Henry Sugar, sobre el cuento homónimo de Roald Dahl, fuera de competición. Como de costumbre, Anderson se rodea de una troupe de actores de postín como Benedict Cumberbach, Ralph Fiennes y Ben Kingsley, entre otros.

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