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Penélope Cruz brilla en Venecia con su actuación en 'Ferrari', el 'biopic' del creador de coches
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80ª Mostra de Venecia

Penélope Cruz brilla en Venecia con su actuación en 'Ferrari', el 'biopic' del creador de coches

Por su parte, el chileno Pablo Larraín ha firmado un auténtico bombazo con 'El conde', comedia en la que Augusto Pinochet aparece como un vampiro decrépito

Foto: Penélope Cruz como Laura Ferrari en 'Ferrari' (MOSTRA DE VENECIA)
Penélope Cruz como Laura Ferrari en 'Ferrari' (MOSTRA DE VENECIA)

"Esta será una Mostra de sorpresas", había dicho Alberto Barbera, el maestro de ceremonias en el Festival Internacional de Cine de Venecia que celebra este año su 80ª edición. La primera fue una no muy placentera, la ausencia de Penélope Cruz. "Por razones personales", Barbera dispensó a la actriz que venía a presentar Ferrari, de Michael Mann, una de las cintas más esperadas del certamen y que compite por el León de Oro.

No tener en el Lido a la oscarizada intérprete, además ganadora en arena de la Copa Volpi (por ‘Madres paralelas’), se compensa con su más que notable actuación en esta biopic sobre el creador de los coches del emblemático caballo. Basada en el libro Enzo Ferrari: The Man, The Cars, The Races, The Machine (de Brock Yates), Mann centra la historia en 1957, echando mano de un par de flashback, para contar un momento crucial en las vidas de Enzo y Laura Ferrari, interpretados por Adam Driver y Penélope respectivamente. En Ferrari, maravillosamente bien rodada, abundan los coches, las carreras, la velocidad, hombres tomando decisiones – erradas o no -, testosterona pues por doquier.

La osadía de Driver de volver a encarnar a otra gran figura del ideario italiano tras su no tan memorable participación en La casa Gucci (Ridley Scott), sólo podía entenderse desde la seguridad de éste para bordar a un Enzo Ferrari más poliédrico, retratado como un hombre que lucha contra sus propios demonios, contra el descalabro económico de su empresa – tanto la fábrica de coches como las carreras -, pero también contra Laura, su esposa y socia, con quien formó una alianza definitiva para hacer de la marca Ferrari un imperio.

A la actriz no solamente se le da bien el acento italiano en inglés, sino que está en su elemento en este personaje contenido pero a punto de estallar

Penélope, como Laura Ferrari, se presenta como una mujer de mirada vacía, muerta en vida tras la muerte de su único hijo Dino, y que a veces aparca la furia y el dolor, para dar la talla como mujer de negocios. A la actriz no solamente se le da bien el acento italiano en inglés (ya su Donatella Versace es legendaria), también está en su elemento en este personaje contenido como un volcán a punto de estallar, que además sin un aparente esfuerzo, en fracciones de segundos muta su rostro de una emoción a la otra.

placeholder Adam Driver en Venecia durante la presentación de 'Ferrari' (EFE)
Adam Driver en Venecia durante la presentación de 'Ferrari' (EFE)

Por esta Laura Ferrari vista esta mañana en la proyección para la prensa especializada, se compensa su ausencia. Recordemos que en la industria estadounidense aún prevalece la huelga de actores y guionistas. Sólo con una suerte de salvoconducto, las actrices y actores como Adam Driver, que también es productor de Ferrari (que a su vez es una producción independiente), pueden hacer acto de presencia en un evento como la Mostra.

"Si las productoras independientes pueden cumplir con las condiciones de los sindicatos, ¿por qué no lo pueden hacer Netflix o Prime Video?"

En la rueda de prensa ofrecida al mediodía de esta segunda jornada festivalera, Driver no desaprovechó la oportunidad para tirar de las orejas a las plataformas y grandes estudios. "Si las productoras independientes pueden cumplir con las condiciones de los sindicatos, ¿por qué no lo pueden hacer Netflix o Prime Video (Amazon)?", dejó caer Adam, generando una oleada de aplausos. Mientras, en EEUU continúan los piquetes y los puños siguen en alto.

Pinochet como un vampiro

De vuelos altos y de plantarle cara a un pasado con el que aún no se han saldado cuentas, el chileno Pablo Larraín sabe mucho. Con El conde, que también opta al León de Oro, el director de No y El club literalmente ha lanzado una bomba en el Lido de Venecia.

placeholder Jaime Vadell, Pinochet como un vampiro (MOSTRA DE VENECIA)
Jaime Vadell, Pinochet como un vampiro (MOSTRA DE VENECIA)

En esta cinta Augusto Pinochet, el otrora dictador de Chile tras el Golpe de Estado que lideró contra Salvador Allende en 1973, está retratado como un vampiro anciano y decrépito, que tras 250 años de intensa vida, decide morir. Pablo Larraín, un viejo conocido de la Mostra, escribió junto a Guillermo Calderón el guion de esta excelente, bárbara e irreverente comedia negra, que a pesar de la fantasía (o metáfora) vampirística, está sustentada en personas reales, y por ende se pone sobre el tapete una buena cantidad de aberraciones, desde las torturas, desapariciones y asesinatos, hasta el saqueo, enriquecimiento y la corrupción en su máxima expresión. La sombra de Pinochet, como el vampiro de la ficción planeando sobre Santiago, aún se siente en Chile.

Excelente, bárbara e irreverente comedia negra, que a pesar de la fantasía (o metáfora) vampirística, está sustentada en personas reales

Interpretada por un gran elenco encabezado por Jaime Vadell, Gloria Münchmeyer y Alfredo Castro, esta sátira corrosiva remueve y revuelve los estómagos. Es notable que la Mostra por segundo año consecutivo albergue en su competición principal una historia que revisita el pasado reciente en América Latina. Vale recordar que Argentina, 1985 (de Santiago Mitre) sobre el Juicio a las Juntas, inició su meteórica carrera en el certamen italiano hasta llegar a las puertas del Oscar, y puede que El conde transite el mismo camino.

Pero si su suerte es otra, Larraín aseguraba en la conferencia de prensa de esta mañana que ya se da por servido por haberla hecho realidad y porque, al ser una producción de Netflix, "va a llegar a las casas de la gente. Eso me contenta", afirmaba. El destino de esta y de las otras películas también forman parte de las sorpresas de la Mostra, pero estas ya no están en manos de direttore Barbera. O quizá sí.

"Esta será una Mostra de sorpresas", había dicho Alberto Barbera, el maestro de ceremonias en el Festival Internacional de Cine de Venecia que celebra este año su 80ª edición. La primera fue una no muy placentera, la ausencia de Penélope Cruz. "Por razones personales", Barbera dispensó a la actriz que venía a presentar Ferrari, de Michael Mann, una de las cintas más esperadas del certamen y que compite por el León de Oro.

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