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Esta tienda de arte ruso de Villaverde Bajo vende 50 banderas de Ucrania al día
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Consecuencias de la guerra

Esta tienda de arte ruso de Villaverde Bajo vende 50 banderas de Ucrania al día

Elena llegó de Rusia hace veinte años y montó una librería especializada en arte y libros rusos cuyo negocio se ha desbordado ahora en Internet con las peticiones de simbología ucraniana

Foto: Las matrioskas que Elena vende a través de su negocio online
Las matrioskas que Elena vende a través de su negocio online

En las dos últimas semanas, el negocio de Elena se ha desbordado. Y eso que hasta hace mucho no parecían buenos tiempos. “Por motivos económicos, no por la guerra”, puntualiza a El Confidencial, había tenido que cerrar su librería Ráduga, que montó en Villaverde Bajo, Madrid ,hace casi veinte años y que era la única en la capital especializada en libros rusos. Había tenido que lanzarse por entero a la venta en su web, artru.es, no ya solo de libros sino de todo tipo de souvenir rusos, desde matrioskas a cajas de música, balalaikas, gorros ushankas y todo tipo de artesanía y textil. Y aunque no iba mal -siempre alguien quiere un adorno ruso- en los últimos quince días han tenido un vuelco inesperado. Y este sí ha sido por la guerra.

“Ha subido mucho la demanda de la simbología de Ucrania: las banderas, las gorras, las chapas, los imanes, las camisetas… De Ucrania ahora vendemos mucho y muy rápido. Depende del día, pero podemos vender 50 banderas un día”, comenta Elena. Lo hace con simpatía, pero con cierta prudencia. Antes de nada avisa que no quiere hablar mucho. “Es que estoy recibiendo mensajes todo el rato…”, se excusa. Ella es rusa, su familia también, pero también insiste en que llegaron a España hace más de veinte años. “¡Si ya tengo la nacionalidad española!”, añade. Y también repite que antes del conflicto ya vendían productos ucranianos. Eso sí, los números ahora se han desbocado.

"Ha subido mucho la demanda de la simbología de Ucrania: las banderas, las gorras, las chapas, los imanes, las camisetas…"

Por ejemplo, en artículos como los libros en ucraniano. Sobre todo infantiles y educativos, como los que enseñan el alfabeto. También venden para adultos, clásicos y modernos. “Nosotros somos multiculti y sabemos que todo esto ahora lo vamos a vender”, manifiesta.

Ataques en la web

Elena sabe que algunos negocios rusos han recibido ataques (verbales) en los últimos días. Ella también se ha encontrado con algún comentario insultante en el perfil profesional que aparece en Google. No quiere darle mucha importancia: “En realidad, directamente no hemos tenido ningún problema. Siempre hay comentarios en el perfil profesional, pero es que gente tonta siempre la hay”, sostiene. No obstante, quizá para alejar a ese tipo de personas, ahora en su web aparece el siguiente mensaje: “Estamos fuera de la política y estamos en contra de la guerra”. Es lo que ella no se ha cansado de repetir con elegancia a todos los que con mucha menos educación han escrito en su web.

Ahora en su web aparece el siguiente mensaje: "Estamos fuera de la política y estamos en contra de la guerra"

Y así van a seguir. Lo que no se plantean, de momento, es volver a abrir la librería. “Con la subida de la luz, el gas, la gente no estaba para comprar souvenirs y no tenemos ninguna ayuda, así que no lo haremos”, señala. De momento, bastante tienen con toda la avalancha de peticiones del azul y amarillo ucraniano. Si ven alguna bandera en algún escaparate o balcón es probable que proceda del negocio de Elena.

En las dos últimas semanas, el negocio de Elena se ha desbordado. Y eso que hasta hace mucho no parecían buenos tiempos. “Por motivos económicos, no por la guerra”, puntualiza a El Confidencial, había tenido que cerrar su librería Ráduga, que montó en Villaverde Bajo, Madrid ,hace casi veinte años y que era la única en la capital especializada en libros rusos. Había tenido que lanzarse por entero a la venta en su web, artru.es, no ya solo de libros sino de todo tipo de souvenir rusos, desde matrioskas a cajas de música, balalaikas, gorros ushankas y todo tipo de artesanía y textil. Y aunque no iba mal -siempre alguien quiere un adorno ruso- en los últimos quince días han tenido un vuelco inesperado. Y este sí ha sido por la guerra.

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