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Bob Dylan da una bofetada de sobriedad a un grandilocuente Rock in Río
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REGRESA A MADRID EN 2010

Bob Dylan da una bofetada de sobriedad a un grandilocuente Rock in Río

Ayer terminaba la primera edición del Rock in Río de Madrid. “Por un mundo mejor” era el paradójico eslogan de un evento que se olvida de

Foto: Bob Dylan da una bofetada de sobriedad a un grandilocuente Rock in Río
Bob Dylan da una bofetada de sobriedad a un grandilocuente Rock in Río

Ayer terminaba la primera edición del Rock in Río de Madrid. “Por un mundo mejor” era el paradójico eslogan de un evento que se olvida de potenciar los nuevos valores de la música y apuesta claramente por lo más rentable, algo que lo ha convertido en un cajón desastre no apto para los más sibaritas.

Aunque nos aseguran que este es un proyecto “sin referentes en el mundo” y que lucha contra el cambio climático, todo esto nos suena a negocio disfrazado de buenas intenciones. Sobre todo por las jugosas cifras que se han embolsado algunas de sus grandes estrellas -los dos millones que se llevó The Police, el millón que se llevó Neil Young...-, y porque no se han cumplido las expectativas de albergar 100.000 espectadores diarios: al final ha habido una media de 60.000 diarios

A pesar de los interesantes cabezas de cartel, grandes mitos de la música de los que al menos hay que intentar ver en directo una vez en la vida, resulta imposible no pensar en este festival como un gran circo de sponsors y publicidad, lleno de detalles surrealistas como seres humanos volando por los aires, tirándose por una mini pista de hielo o cerveceros y pizzeros a domicilio -”trae una pizza a la zona tal del Hot Stage”-. Un lugar en el que, en definitiva, se da indistintamente miel y hiel a un público melómano y a otro ajeno a una mínima sensibilidad musical.

Dylan hace lo que le da la real gana

Ayer fue Bob Dylan el que dio una lección de sobriedad a toda la grandilocuencia vivida estos días. Ataviado con un sombrero de ala recta de color blanco se puso ante su piano a tocar el concierto que a él le dió la real gana. Sin concesiones al gran público, que esperó alguno de sus temas más conocidos, comenzó con 'Rainy Day' y siguió con canciones como 'Just Like a Woman', 'Highway 61' o 'Ballad of the Thin Man'. El éxito 'Like a Rolling Stone' sirvió como cierre de una actuación que duró cuarenta y cinco minutos más de lo previsto, lo que retrasó la actuación de Franz Ferdinand, prevista para las 22.30 horas, hasta las 23.10.

Pero es que Dylan tenía ganas de cantar y tocar con su banda. Un directo impecable, pero con una casi nula empatía con el público, al que sólo dedicó una sonrisa y al que se dirigió simplemente para presentar a los músicos. Además, las pantallas del gran escenario únicamente mostraron la imagen fija del músico y los fotográfos no tuvieron acceso. Cosas que sólo los grandes pueden exigir.

Después vendría la actuación de Franz Ferdinand, que supo caldear el ambiente gracias a un rock potente y del gusto popular, rendido ante canciones como 'Matinee' o 'Take Me Out'. Las dos sonaron junto a cuatro nuevas canciones del que será su esperado tercer disco tras los exitosos Franz Ferdinand y You Could Have So Much Better, temas durante los cuales TVE -que ha estado retrasmitiendo todo el festival- se fue a publicidad por aquello de evitar una avezada la pirateria.

Lenny Kravitz, volcado con el público

El fin de fiesta vino de la mano de Lenny Kravitz, muy cercano al público -en unos de los lados del escenario se encontraba un invitado de excepción: Denzel Washington- y quejándose de la distancia entre los espectadores y el escenario -el foso tenía cuatro metros de ancho-: “Estais tan lejos”, se lamentaba. Pero tras cantar éxitos como 'American Woman' o 'Fly Away', no dudo en acortar distancias bajandose a las vallas donde se agolpaba el público, uno de esos actos al estilo de historicos festivales que te hacen más estrella del rock que nunca.

Con Tiesto y casi sin público acabó un festival en el que los reyes han sido The Police, los mejor pagados, pero también los más rentables. Sólo queda esperar otros dos años, hasta el 2010, para asistir a la segunda edición de este evento celebrado tres veces en Brasil y otras tres en Portugal.

Ayer terminaba la primera edición del Rock in Río de Madrid. “Por un mundo mejor” era el paradójico eslogan de un evento que se olvida de potenciar los nuevos valores de la música y apuesta claramente por lo más rentable, algo que lo ha convertido en un cajón desastre no apto para los más sibaritas.

Bob Dylan