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El cine yanki le mete un gol al chovinismo francés
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El cine yanki le mete un gol al chovinismo francés

Se acabó la resistencia. El cine comunitario pierde por K.O. técnico su combate sempiterno contra la maquinaria cinematográfica yanki. Era una pugna sin emoción. Hace ya

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El cine yanki le mete un gol al chovinismo francés

Se acabó la resistencia. El cine comunitario pierde por K.O. técnico su combate sempiterno contra la maquinaria cinematográfica yanki. Era una pugna sin emoción. Hace ya décadas que apenas quedaba un reducto que daba la cara: la Francia chauvinista. Defensora de lo suyo. Paranoica. Mitómana. Sin embargo, en 2007 La République también cayó a la lona.

No es una excepción en la historia reciente de el país vecino, sino una norma, pues en los últimos veinte años sólo hubo una ocasión en la que los filmes franceses superaron en taquilla a los norteamericanos. Sin embargo, esa única vez en la que el cine galo pudo entonar La Marsellesa al final de un ciclo, había tenido lugar el año pasado, por lo que los franceses confiaban en poder prolongar por un tiempo ese estado de buena esperanza.

No ha sido posible. Y eso a pesar de que el tirón de Edith Piaf ha aupado a La Vie en Rose, una adaptación cinematográfica de la vida, obra y milagros de la cantante gala más famosa -y célebre- del siglo XX, hasta el sexto puesto en el ranking de las cintas más taquilleras del año. Ratatouille, Shrek, Harry Potter, Spider-Man y Piratas del Caribe se lo han comido todo. Sin dejar restos. Del mismo modo que lo han hecho a lo largo y ancho del resto del continente.

En el último ejercicio, los filmes americanos se hicieron con el 49,9% de la taquilla francesa, frente al 36,5% de las películas vernáculas. Aun así, Francia sigue encarnando, muy a pesar de sus sucesivas derrotas frente a los americanos, el 'paradigma' del 'buen' cine europeo. Cada año puede presumir de excelentes resultados en lo que se refiere a la calidad y cantidad de sus películas. Y también de un extraordianrio grado de afluencia de su gente a las salas.

Otra cultura. Otro ambiente, quizás. Y un característico chovinismo que les ha servido para crear una legislación de índole proteccionista que, desde los tiempos en los que Pilar Miró fue Directora General de Cinematografía, se está intentando imitar en España con más pena que gloria.

España se asoma al abismo

Los datos que arroja el cine español al finalizar el año 2007 son realmente preocupantes. Durante esos doce meses, el cine americano volvió a arrasar en nuestras pantallas, quedándose nada menos que con el 68,09% de la taquilla, mientras que las cintas españolas tuvieron que conformarse con un paupérrimo 12,72% de los beneficios, casi tres puntos menos que el año pasado y cuatro que el anterior. Un fiasco. Una mera comparación de las cifras del cine francés con las nuestras pone de manifiesto la debilidad de esta industria en España.

Lo peor es que de los poco más de 70 millones de euros que ha recaudado el pasado año el cine patrio, casi un 29%, 21,7 millones, se los ha quedado una sola película, El Orfanato. El resto de la recaudación, la calderilla, unos 50 millones, se la han tenido que repartir entre los otros 336 largometrajes de nacionalidad española que se han exhibido durante 2007 en las salas. De entre ellos, sólo cabe destacar los resultados de otros dos títulos: REC, de Jaume Balagueró y Paco Plaza (con 4,4 millones de euros y 780.000 espectadores) y Las trece rosas, de Emilio Martínez Lázaro (3,2 millones).

Triste panorama el que se observa en el ‘viejo continente’. Como de costumbre. Lo de los franceses se puede entender como un resbalón, un bache, un repliegue para cargar los tanques. Lo nuestro, sin embargo, y como bien dijo en su día el bueno de Fernando Trueba, sólo cabe calificarlo de crisis endémica.

Se acabó la resistencia. El cine comunitario pierde por K.O. técnico su combate sempiterno contra la maquinaria cinematográfica yanki. Era una pugna sin emoción. Hace ya décadas que apenas quedaba un reducto que daba la cara: la Francia chauvinista. Defensora de lo suyo. Paranoica. Mitómana. Sin embargo, en 2007 La République también cayó a la lona.