Daniel Barenboim: "La música francesa, sin España, no existiría"

El director de orquesta argentino-israelí Daniel Barenboim dijo este domingo que "la música francesa sin España no existiría", durante la rueda de prensa que ofreció para presentar sus conciertos en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, dedicado este año a "Los españoles en París". Barenboim, para quien esta influencia está muy presente en autores como Debussy o Ravel, ha dirigido en numerosas ocasiones las piezas orquestales de éste último que tienen que ver con España, como son la Rapsodia Española, la Alborada, la Pavana y el Bolero, que suponen, dijo, "una gran sinfonía española".

Aunque reconoció que "el sentido de la orquestación y del color de la música francesa han influido en la española", consideró que se trata, no obstante, de "una influencia más ornamental", mientras que "lo español, en cambio, es algo que realmente forma parte íntegra de la creación musical francesa". El maestro consideró muy acertado programar el Festival de Granada en torno a una línea temática, puesto que "el deber de un festival no es solamente el de proponer conciertos de cierto nivel, como se pueden oír en todas las ciudades donde hay vida musical, sino crear una línea dramatúrgica, para que no sea solamente una colección de eventos no relacionados".

Tras el concierto de anoche, Barenboim regresa este domingo al Palacio de Carlos V de Granada con la Staatskapelle de Berlín, acompañada del pianista chino Lang Lang, para interpretar el Concierto para piano número uno en Re menor de Johannes Brahms y Don Quixote, de Richard Strauss. El maestro, que dijo estar "muy contento de volver al Festival de Granada", en el que participa por cuarto año consecutivo, aseguró que éste "se ha vuelto, para mi y la Staatskapelle, en algo absolutamente necesario todos los años, como cierre de nuestra temporada".

La acústica del recinto

De entre los muchos alicientes que el Festival de Granada tiene para Barenboim, está la "maravillosa" acústica del patio de Palacio de Carlos V en el que tradicionalmente ofrece sus recitales con la Staatskapelle. En este sentido, y a pesar de no ser partidario de los conciertos al aire libre "porque se pierde muchísimo", reconoció que el patio del Palacio de Carlos V "es mucho mejor acústicamente que muchos lugares cerrados".

"La forma que tienen sus paredes lo convierten en una concha acústica maravillosa, y como el ser humano, por suerte o por desgracia, no puede separar completamente el oído de la vista, tanta belleza no puede sino agregar más al concierto", señaló. Barenboim agradeció expresamente el apoyo que le presta la Junta de Andalucía, que, afirmó, "es uno de los pocos gobiernos regionales de cualquier país con tanta preocupación por la cultura".

Alabó, así, que el Gobierno andaluz apoye la cultura "no sólo con palabras y dinero, sino, además, con una gran visión, promoviendo el diálogo y desarrollando actividades culturales no sólo en el Festival de Granada sino también en orquestas", en alusión a la Orquesta West-Eastern Divan, financiada por la Junta de Andalucía, que forma a jóvenes músicos israelíes y palestinos.

El maestro ya tiene pensadas las piezas con las que la Staatskapelle deleitará al público granadino el año que viene: las tres últimas sinfonías de Bruckner y una obra del estadounidense Elliott Carter, que el próximo año cumplirá cien años, un compositor que "no se toca mucho en España", lo que consideró "una lástima, porque para mi sigue siendo uno de los grandes compositores de hoy en día".