Es noticia
Muere el patriarca de los Domecq
  1. Cultura

Muere el patriarca de los Domecq

El conocido ganadero y rejoneador Alvaro Domecq y Díez, que también ejerció cargos en la política, murió el miércoles en su ciudad natal de Jerez de

Foto: Muere el patriarca de los Domecq
Muere el patriarca de los Domecq

El conocido ganadero y rejoneador Alvaro Domecq y Díez, que también ejerció cargos en la política, murió el miércoles en su ciudad natal de Jerez de la Frontera, a los 88 años y a consecuencia de una larga enfermedad. Domecq, que murió en la finca Los Alburejos, era uno de los hijos del bodeguero jerezano Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, y en su juventud ejerció como rejoneador. El criador fue el forjador de la ganadería de Torrestrestrella, una de las vacadas más prestigiosas de las últimas décadas. Autor de varios libros, entre ellos El Toro Bravo, llegó a ser alcalde de su localidad natal.

Domecq y Díez nació el 1 de julio de 1917 como miembro de una de las familias más conocidas de Jerez, vinculada durante generaciones al vino y a los caballos. Apenas comenzó a andar ya montaba pequeños caballos y poneys en la finca 'La Granja', propiedad entonces de su tío Juan Pedro Domecq Aladro y que, posteriormente, pasaría a manos de su padre. Precisamente fue en esta finca donde falleció su madre, cuando Alvaro contaba cuatro años de edad.

En 1930 su padre había comprado la famosa ganadería del duque de Veragua, la dehesa de Jandilla y la ganadería de caballos de Zapata, lo que contribuyó a aumentar aún más su afición por el toreo y los caballos. Cinco años más tarde, Alvaro comenzó a rejonear.

Su debut se produjo en un festival benéfico, organizado por unas monjas de Santander que acudieron a Jerez para comprarle unas becerras a su padre y en el que Alvaro intervino como sustituto de una inglesa que toreaba a caballo y que no pudo actuar.

En 1937 falleció su padre y él comenzó a trabajar en las bodegas de la familia. Al año siguiente contrajo matrimonio con María Josefa Romero, descendiente de una familia de ricos labradores jerezanos, dedicados también a la cría de caballos.

Poco después fue llamado a filas, ingresó en el Ejército del Aire y se hizo piloto. Ahí nació su afición a volar, que le llevaría a ser uno de los creadores del aeroclub de Jerez. En 1943 empezó a torear corridas. El "culpable" de ello fue un sacerdote, el salesiano Torres Silva, empeñado en conseguir fondos para la construcción de un colegio para niños con problemas. Impresionado por la determinación del religioso, Domecq decidió a partir de entonces rejonear en público y donar lo que ganaba al proyecto del colegio.

Durante ese tiempo, Alvaro Domecq compartió cartel con las primeras figuras del toreo de la época: Pepe Luis Vázquez, Domingo Ortega, Pepe y Antonio Bienvenida, entre otros, y su gran amigo Manuel Rodríguez Manolete, cuya cogida mortal presenció en la plaza de Linares, en 1947.

En 1949 y también en el coso de Linares, Alvaro Domecq se retiró oficialmente de los ruedos. A partir de entonces, centró su actividad en la ganadería y la política. Fue alcalde de su ciudad, Jerez; presidente de la Diputación Provincial de Cádiz; y procurador en Cortes de Representación Familiar, también por la provincia de Cádiz.

Alvaro Domecq y Díez, ferviente defensor de la importancia del arte y la doma en el rejoneo, fue el principal introductor del "afeitado" de los toros en las corridas de rejones e impulsó la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre, en Jerez, y la Escuela Española de Viena.

Como ganadero destacó en la introducción de técnicas genéticas orientadas a mejorar la casta de las reses bravas, ensayadas con éxito en su ganadería, "Torrestrella", y que dieron sus primeros frutos con el alumbramiento de tres novillos y la creación de un banco de embriones congelados en 1992.

El conocido ganadero y rejoneador Alvaro Domecq y Díez, que también ejerció cargos en la política, murió el miércoles en su ciudad natal de Jerez de la Frontera, a los 88 años y a consecuencia de una larga enfermedad. Domecq, que murió en la finca Los Alburejos, era uno de los hijos del bodeguero jerezano Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, y en su juventud ejerció como rejoneador. El criador fue el forjador de la ganadería de Torrestrestrella, una de las vacadas más prestigiosas de las últimas décadas. Autor de varios libros, entre ellos El Toro Bravo, llegó a ser alcalde de su localidad natal.