Aumenta el número de ONGs que se someten a examen tras los escándalos

Los escándalos de Anesvad y de la Fundación Intervida que en su momento mancharon la reputación del tercer sector han convertido a la Guía de Transparencia elaborada por la Fundación Lealtad en el principal referente para muchas empresas que desarrollan con fuerza sus departamentos de responsabilidad social corporativa. Ello explica el aumento de organizaciones no gubernamentales que participan en esta guía anual, cuyos últimos resultados se presentaron este lunes en las oficinas de Gómez-Acebo & Pombo.

Si en la primera guía que elaboró la Fundación Lealtad en el 2001 se presentaron voluntariamente 27 ONGs, en ésta última de 2008 se han analizado 122, de las cuales 74 son de acción social, 43 de cooperación al desarrollo y cinco de medio ambiente. La fundación, en consenso con los agentes del sector, estableció nueve principios que desde el 2001 han servido de referencia para medir la transparencia de las organizaciones analizadas.

Los presidentes de la fundación, Salvador García-Atance e Ignacio Garralde, acompañados de Gonzalo Ulloa y Suelves, socio de Gómez-Acebo & Pombo y patrono de la fundación, compartieron los resultados de la guía de este año con agentes del sector y medios de comunicación.

Llama la atención que el Principio de Transparencia, uno de los nueve principios que conforman la guía, ha alcanzado un nivel de cumplimiento del 100%. Por otro lado, uno de los principios que más problemas plantea a las ONGs es el de Pluralidad en la Financiación. Según este principio, un 10% de los recursos financieros de estas organizaciones ha de provenir de empresas privadas. Muchas organizaciones han tenido que abandonar la guía por no poder alcanzar esa cuota de financiación privada. Una de las presentes en la audiencia cuestionó a los presidentes de la fundación si puede considerarse un fracaso el esfuerzo por incorporar el capital privado a la financiación de las ONGs.

“Cuesta mucho profesionalizar este sector, pero el grado de implicación de la sociedad va aumentando,” dijo García-Atance, que resumió las dos causas por las que en España el tercer sector recibe menos respaldo privado que en países anglosajones. “Por un lado, la familia es nuestra primera labor social y nos quita tiempo para otras labores”, dijo. “Por otro, la inmensa intervención del estado disuade a muchos eventuales donantes, que piensan que a través de sus impuestos ya están contribuyendo.”

Aunque algunas ONGs protesten por la imposibilidad de cumplir con este principio, es el que, según García-Altance, permitirá al tercer sector hacer frente a la actual crisis económica. “Las épocas de crisis se resisten mejor cuanto más diversificadas estén las fuentes de financiación.”

Excesivo celo de las empresas donantes

Carmen Dutilh de la fundación Aprocor, que atiende a las personas con discapacidad intelectual, expresó su preocupación con el excesivo celo de algunas empresas, que automáticamente consideran poco transparentes a aquellas ONGs que no cumplen con todos los principios de la guía, como por ejemplo el de pluralidad en la financiación. “Hacen un mal uso de la misma, pues en el fondo el hecho de participar en esta guía muestra nuestra voluntad de transparencia” dijo Dutilh a El Confidencial.

Por lo demás, las 122 ONGs que figuran en la guía 2008 alcanzan un gasto agregado de 822 millones de euros, un 17% más que el gasto agregado de las que participaron en la guía del año pasado. 90 millones de personas se benefician de la actividad de estas organizaciones, que cuentan con 1.200.000 socios, 16.500 empleados y 40.000 voluntarios.

Los presidentes de la fundación García-Atance y Garralde, apostaron en el 2001 por abandonar la empresa privada para fundar esta institución sin ánimo de lucro que da seguimiento al tercer sector. “Pensamos que era una buena idea aprovechar nuestra experiencia como analistas financieros para evaluar este sector,” dijo a El Confidencial García-Atance.