PRISA y Planeta, deseosos de penetrar en el mercado audiovisual colombiano... de la mano de Uribe

José Manuel Martín Medem, que ha sido corresponsal de RTVE durante 30 años en varios países latinoamericanos, entre ellos Colombia, escribió este fin de semana un artículo en Público, el diario de Jaume Roures, donde denunciaba la manipulación mediática por parte del conservador Álvaro Uribe, presidente de Colombia.

En el artículo titulado El triunfo del periodismo patriótico en Colombia, Martín Medem denuncia la relación de complicidad entre los medios de comunicación colombianos y el gobierno de Uribe. Relación de complicidad que el periodista español extiende a los medios de comunicación españoles, Planeta y PRISA. El grupo que preside Jose Manuel Lara se convirtió el verano pasado en el mayor accionista de Casa Editorial El Tiempo (CEET), el principal grupo de medios de comunicación de Colombia que edita el periódico de mayor difusión, El Tiempo. Por su parte, el grupo dirigido por Ignacio Polanco se hizo en 2002 con la Cadena Radial Colombiana, o radio Caracol, la emisora líder en Colombia.

PRISA y Planeta figuran en la lista de medios de comunicación interesados en hacerse con la licencia de televisión privada nacional en abierto que adjudicará en mayo de 2009 la Comisión Nacional de Televisión de Colombia. Según el periodista Martín Medem, dicha licitación explica la sorprendente complicidad entre ambas compañías y el gobierno de Uribe. Con el objetivo de obtener la citada licencia, PRISA suscribió el mes pasado un acuerdo con el Grupo Nacional de Medios, GNM, una sociedad editorial colombiana. “Consideramos que las condiciones generales que atraviesa el país en los últimos años, particularmente las económicas, constituyen un inigualable escenario de oportunidades para nuestro crecimiento,” dijo en el comunicado correspondiente Jaime Polanco, director General de Estrategia y Desarrollo Corporativo de PRISA.

Tanto PRISA como Planeta no han hecho todavía un esfuerzo visible por separarse de las "obligaciones políticas" a las que están expuestos los medios colombianos. Según dijo a El Confidencial un antiguo periodista de Tiempo, más bien se han acomodado al panorama periodístico que existía a su llegada: “Una mezcla de autocensura -heredada de las épocas en que Colombia era el lugar más peligroso del mundo para ejercer el periodismo, hace no muchos años-, y un patriotismo exacerbado desde la presidencia en los últimos tiempos, que predica la idea que si se habla bien de las cosas, las cosas salen bien.”