Los adultos también pueden hacer buenos y nuevos amigos: estos expertos explican cómo

Forjar nuevas amistades durante la etapa adulta se presenta como un reto complejo ante las numerosas obligaciones cotidianas que incluyen desde responsabilidades laborales hasta compromisos familiares. No obstante, especialistas en la materia afirman que, adoptando la estrategia adecuada y manteniendo una disposición abierta, es factible establecer conexiones significativas que enriquezcan nuestra existencia.

Tami Zak, terapeuta, explica en un artículo de la revista Best Life, que muchas veces anhelamos que las amistades se concreten con la misma facilidad que en nuestra juventud, pero la realidad de la adultez demanda un esfuerzo consciente y perseverancia.

La adultez acarrea cambios significativos que pueden influir en nuestra disposición a entablar relaciones sociales. Cambios de residencia, ajustes en las dinámicas laborales o familiares, son situaciones que podrían afectar nuestra autoestima y confianza. Vikas Keshri, director de una clínica de psicología, subraya que estos momentos de transición fomentan temores al rechazo y dificultan la confianza en nuevas amistades. Sin embargo, superar el miedo al rechazo y abrazar la vulnerabilidad constituyen el puente hacia la autenticidad en los vínculos interpersonales.

Descubrir intereses y pasiones comunes facilita el encuentro con personas que compartan nuestras afinidades

La autoconfianza emerge como un pilar fundamental para adentrarse en el ámbito social adulto, indica Christine M. Valentín, psicóloga. Ella destaca la importancia de abandonar nuestra zona de confort para explorar nuevas oportunidades de conexión. Asimismo, la capacidad para escuchar de manera activa y demostrar fiabilidad son aspectos esenciales que consolidan las amistades, agrega Becca Reed, terapeuta.

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Descubrir intereses y pasiones comunes facilita el encuentro con personas que compartan nuestras afinidades. Participar en ligas deportivas, clubs o cursos son estrategias eficaces para conocer individuos con intereses similares. La iniciativa de reconectar con antiguos amigos o incluso de extender invitaciones a colegas y vecinos también puede desembocar en nuevas amistades, sugiere Valentín.

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E. Zamorano

Mantener estas nuevas conexiones exige un compromiso y dedicación constantes, similar al esfuerzo que se invierte en relaciones amorosas. Zak enfatiza la necesidad de ser intencionales y de invertir tiempo y energía en el cultivo de estas amistades. Esto puede traducirse desde realizar quedadas periódicas para conocer el nivel de bienestar de nuestros amigos o planificar encuentros que fortalezcan los lazos establecidos.

En definitiva, edificar y mantener lazos de amistad durante la adultez es un viaje que implica tanto el autoconocimiento como la disposición a abrirse hacia los demás. A pesar de los obstáculos, el valor de contar con un círculo de amigos fiables y comprensivos justifica ampliamente el esfuerzo, mejorando de manera significativa nuestra satisfacción y bienestar en la vida.