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Los 'Wind Phones', cabinas telefónicas para comunicarse con los seres queridos que han fallecido
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"KAZE NO DEWA"

Los 'Wind Phones', cabinas telefónicas para comunicarse con los seres queridos que han fallecido

En 2011, un arquitecto perdió a un familiar a causa del cáncer. Ello le motivó a colocar una cabina telefónica en su jardín como forma de afrontar el duelo

Foto: Un teléfono de viento en Japón. (Wikimedia Commons)
Un teléfono de viento en Japón. (Wikimedia Commons)

En 2010, una trágica noticia sacudió la vida del arquitecto japonés Itaru Sasaki: su primo moriría en apenas tres meses a causa de un cáncer terminal. Tras pasar sus últimos días con él, Sasaki pensó en una manera de sobrellevar el duelo para calmar el profundo dolor de su pérdida. A fin de cuentas, lo que más desea alguien que ha perdido a un ser querido es encontrar una manera de poderse comunicar con él en vida. Con este pensamiento, adquirió un objeto que todavía permanece estático en nuestras ciudades y cuyo uso quedó obsoleto en nuestra vida cotidiana tras el auge de los smartphones: una cabina telefónica, que decidió colocar en el centro de su jardín.

En las mañanas y noches que más le echaba de menos, el joven arquitecto se refugiaba en este receptáculo que antaño servía para llamar, esperando quizá una palabra de su primo susurrada al otro lado del teléfono. Pero, en vez de ello, tan solo escuchaba el ruido del viento golpeando contra el cristal de la cabina. Tal vez por ello le puso el nombre de "teléfono de viento" (en japonés "Kaze No Denwa" y en inglés "wind phones"), sin saber que su peculiar forma de sobrellevar el duelo llegaría a extenderse, en unos pocos meses, por todo Japón.

Fue el año siguiente, en 2011, cuando un terremoto de magnitud 9,1 convertido en tsunami golpeó la costa nipona con olas de nueve metros, borrando pueblos enteros del mapa y causando más de 18.000 muertes. Muchos de los cuerpos de los fallecidos nunca llegaron a aparecer al ser arrastrados por la corriente marina. Afortunadamente, Saseki fue uno de los supervivientes de tal desastre natural, y conmovido por las imágenes que veía en las noticias, decidió compartir su herramienta con más personas cuyos familiares habían desaparecido. Con esta intención, sacó la cabina telefónica de su casa y la reubicó en una colina ventosa con vistas al Pacífico junto a la ciudad de Otsuchi, una de las más afectadas por el tsunami.

Hasta el 1 de diciembre de 2023, Dawson ha encontrado más de 165 cabinas repartidas por todo Estados Unidos

"El Teléfono de Viento es un santuario consciente creado para conectar a las personas con sus seres queridos que están al otro lado. Es uno de los lugares resilientes más poderosos del mundo, uno en el que el viento transportará las palabras de los dolientes a sus seres queridos". Esta es una de las definiciones que podemos encontrar en la página web My Wind Phone, destinada a llevar el invento de Saseki a todas las partes del mundo. Creada por Amy Dawson tras la muerte de su hija, Emily, en 2020, en plena pandemia, al poco de conocer la utilidad psicológica del teléfono de viento.

"Leí sobre Sasaki y su cabina telefónica, me imaginé a mí misma sentada en una de ellas rodeada por su jardín, marcando el número de Emily y escuchando su voz respondiéndome de la misma manera en la que lo hacía", explica ella misma en la página web, destinada a ubicar y mapear los más de 165 Teléfonos de Viento que hay repartidos por toda la geografía de su país, Estados Unidos. "Hasta el 1 de diciembre de 2023 he encontrado más de 165 cabinas y, de tanto en cuando, personas anónimas instalan más de estos espacios sagrados para reflexionar y sanar su dolor".

La cabina de Stander

Todo gracias a una mujer llamada Dina Stander, una trabajadora funeraria que, al igual que Dawson, quedó deslumbrada por la historia de Saseki un día de 2016. Estaba recuperándose de una operación quirúrgica en el hospital cuando escuchó un podcast en el que se contaba la historia del arquitecto japonés. Nada más recuperarse, construyó una cabina telefónica ambulante con sus propias manos y decidió llevarla a una conferencia de servicios funerarios. La instaló frente al edificio donde se celebraba el encuentro junto a una breve explicación sobre su uso y poco a poco personas anónimas se fueron acercando hacia el aparato. Así nació esta nueva forma de sobrellevar el duelo que ha servido a miles de personas en el mundo, aunque otras también ven esta 'performance' con cierto rechazo.

"Cuando mi hija murió supe que nunca me iba a recuperar del golpe", admite Dawson, en unas declaraciones obtenidas por la revista Mental Floss. "Pero gracias a este instrumento puedo entender el dolor que siento... y a la par seguir adelante con ella en mi vida. Los teléfonos de viento no son solamente para aquellos que han perdido a un ser querido, sino que sirven para llevar cualquier tipo de duelo, como una ruptura amorosa o un despido". A través de su página web y redes sociales, ubica, mapea y recoge las historias de personas que usan estos teléfonos sin necesidad de poder estar enmarcados dentro de una cabina; en cualquier cementerio, parque natural o vecindario podemos descubrir un teléfono amarrado a un árbol o edificio para recibir la voz de nuestros seres queridos, antiguas parejas o personas a las que simplemente echamos de menos.

Foto: Fuente: iStock

Otro de los testimonios de gran valor es el de la escritora Laura Imai Messina en Lit Hub en el que narra su encuentro con el propio Saseki en la ubicación original en el que estuvo el primer teléfono de viento que él mismo patentó, es decir, en su propio jardín. "Las personas son libres de hacer lo que quieran y muchas veces ni siquiera nos damos cuenta de que alguien ha entrado aquí", comenta el propio Saseki en el relato de la escritora. "Otros lloran, por supuesto, y los invitamos a pasar. Mucha gente siente que necesita contar su historia".

"Necesitas poner en orden tus propios pensamientos antes de hablar con otra persona", admite el arquitecto. "Necesitas salir de la tragedia, del caparazón de dolor en el que has estado encerrado. Quienes acuden al teléfono de viento ya están a medio camino de crear una nueva relación con los muertos. La vida pasa muy rápido y a la mayoría nos resulta impensable que nuestros vínculos con quienes nos rodean puedan deshacerse antes que nosotros. Por eso es necesario cultivar la imaginación desde la infancia, y el teléfono no funciona sin una buena imaginación. En lugar de valorar solo lo que podemos ver, oír y tocar, debemos reconocer el valor de las cosas que no tienen forma o voz audible".

En 2010, una trágica noticia sacudió la vida del arquitecto japonés Itaru Sasaki: su primo moriría en apenas tres meses a causa de un cáncer terminal. Tras pasar sus últimos días con él, Sasaki pensó en una manera de sobrellevar el duelo para calmar el profundo dolor de su pérdida. A fin de cuentas, lo que más desea alguien que ha perdido a un ser querido es encontrar una manera de poderse comunicar con él en vida. Con este pensamiento, adquirió un objeto que todavía permanece estático en nuestras ciudades y cuyo uso quedó obsoleto en nuestra vida cotidiana tras el auge de los smartphones: una cabina telefónica, que decidió colocar en el centro de su jardín.

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