Ni izquierda ni derecha, cerveza para todos: la birrocracia austríaca y el partido que la representa

Hace ya ocho años, en el verano de 2015, mientras medio mundo estaba bailando la última canción de reggaeton del momento, la banda austriaca de punk/rock Turbobier lanzaba un álbum con la imagen del exalcalde de Viena, Michael Haüpl, haciendo una peineta con el ceño fruncido y una ilustre cresta mohicana. En él aparecía una canción titulada "Die Bierpartei" ("El Partido de la Cerveza"), cuya letra pedía abiertamente una fuente pública de cerveza, un hecho que ya es toda una realidad en la plaza Schwarzenergplatz de Viena. El artífice de tan importante hito para tantos amantes de la cerveza, Dominik Wlazny (aka Marco Pogo), era el cantante y artista que aparecía en ese videoclip lanzado al mundo, y que ahora mismo es un líder de masas en todo el país austríaco; un político siempre debe cumplir con sus promesas, algo que se tomó al pie de la letra.

Puede parecer una broma, un troleo o un experimento del ámbito de las ciencias sociales. Pero lo cierto es que el Bierpartei ha cosechado la confianza de la población austríaca, hasta el punto de colocarse como tercera fuerza en las encuestas para las elecciones nacionales del año que viene. Su ascenso comenzó en 2019 a través de las redes sociales. Aunque no consiguió apenas votos en las elecciones al Consejo Nacional, al año siguiente obtuvo once escaños en el parlamento municipal de Viena. La pandemia de coronavirus llegó y con ella el cierre de los locales y pubs de ocio nocturno, lo que redundó en un mayor apoyo al Bierpartei debido a que era uno de los pocos que se opuso al cierre de restaurantes y bares por los toques de queda. Ahora, tres años después, el partido parece haber evolucionado a algo mucho más serio, como admiten los medios locales.

"No hacemos algo porque sea de centro izquierda o de centro derecha, centro arriba o centro abajo, sino porque pensamos que es inteligente"

"Creo que somos uno de los pocos partidos a los que tomar en serio en Viena", admitía Pogo en una entrevista por aquel entonces. "El humor es algo que trato de mantener. De lo contrario, te volverías loco". Precisamente gracias a sus puestas en escena un tanto hilarantes y su propaganda política cargada de espectáculo ha conseguido la atención de los medios de comunicación austríacos a lo largo de los años. Pero su propuesta política no es para nada cómica, ya que en sus primeros años de vida ha impulsado el aumento de los presupuestos para escuelas de música públicas para niños socialmente desfavorecidos, ha prometido una mayor financiación para instituciones culturales pequeñas y salas de ensayo y ha presentado solicitudes para ampliar eventos formativos entre los más jóvenes para prevenir contra las adicciones en las zonas más humildes. También respalda los derechos de la comunidad LGTBQ y la protección al medio ambiente.

De la cerveza a cosas más serias

Se podría decir que Bierpartei ha triunfado entre el votante progresista cansado de la izquierda tradicional que representa el Partido Socialdemócrata austríaco, el cual lleva más de cuarenta años gobernando en el Ayuntamiento vienés. Al fin y al cabo, Austria es un feudo de la socialdemocracia europea. Según Die Presse, el Bierpartei atrae el voto de los jóvenes por su carácter "fresco y moderno", rivalizando contra los Verdes, que hasta ahora habían representado el hueco de la izquierda alternativa en el espectro político austríaco. Sin embargo, ellos se distancian de cualquier corriente política: "No hacemos algo porque sea de centro izquierda o de centro derecha, centro arriba o centro abajo, sino porque pensamos que es inteligente", asegura Pogo.

¿Es el partido un candidato serio para la izquierda austriaca en el futuro o un último estertor del populismo europeo? A juzgar por la evolución de sus propuestas todos estos años, parece que Marco Pogo va más en serio. Cuando nació, además de prometer medidas descacharrantes relativas a la cultura cervecera (como instalar fuentes públicas de cerveza en las plazas de Viena, imponer mayores impuestos a las cervezas con limón y "otras atrocidades" o garantizar un suministro de cerveza para todas las familias mensual), también propuso medidas serias, como por ejemplo implementar medidas que garanticen la aptitud de los representantes políticos para seguir en el cargo.

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"Mientras que los reglamentos profesionales y comerciales exigen normas de cualificación, el único grupo profesional cuyas actividades diarias están asociadas con un peligro real para las vidas de las personas si fallan, no está sujeto a ningún control de calidad", asegura Pogo en una entrevista a un medio alemán. "Incluso un niño de primaria tiene que demostrar más capacidades si quiere obtener un 'permiso de conducir bicicletas', eso es mucho más de lo que se le exige a un ministro o canciller". De este modo, el Partido de la Cerveza se erige como "poner un espejo a la política austríaca", lo que denota cierto sentido de la "performance" política.

Con proyección de futuro

Pero, ¿cómo ha llegado tan alto en tan poco tiempo? El Bierpartei se financia mediante cuotas de afiliados, donaciones económicas y en especie, subvenciones de organismos públicos y privados, así como aportes de mandatarios y funcionarios pertenecientes al partido e ingresos de patrocinios en sus eventos y publicidad. En su página web, la membresía anual cuesta 59 euros.

Aunque Pogo ha dicho que todavía no está claro que se presenten a las elecciones al Consejo Nacional del año que viene, alegando que se tomará la decisión "cuando llegue el momento", posiblemente será uno de los protagonistas de la próxima legislatura austríaca. "La dirección del partido está comprometida con un crecimiento lento y sano", recalca en un rotativo austríaco. "¿Y el futuro? Mientras nos parezca bien seguir, seguiremos adelante. Y si no, nos dedicaremos a otra cosa".