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¿Quieres hacer turismo espacial? Primero visita estos seis lugares de la Tierra que parecen alienígenas
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¿Quieres hacer turismo espacial? Primero visita estos seis lugares de la Tierra que parecen alienígenas

Si estás pensando hacer turismo en un enclave que sobrepasa lo exótico y se adentra en lo imposible, aquí van algunas ideas que seguro te impresionarán

Foto: La Depresión de Danakil, en Etiopía. (EFE)
La Depresión de Danakil, en Etiopía. (EFE)

Los futurólogos más prominentes no paran de decir que el turismo espacial será una realidad en un futuro no tan lejano. Eso sí, para quien se lo pueda permitir. Ya vimos como el CEO de Amazon, Jeff Bezos, se permitió el lujo de ser uno de los primeros en viajar al espacio bajo fines recreativos. Se trata sin duda de una industria emergente que todavía no ha llegado, pero lo cierto es que antes que descubrir nuevos planetas o experimentar la gravedad en tus propias carnes, hay lugares en la Tierra que parecen afincados en cuerpos celestes extraños.

Lugares donde podría rodarse una película de ciencia ficción y que seguro que interesaría conocer a grandes directores como Denis Villeneuve o Steven Spielberg. Lugares donde imaginar, literalmente, que estás en otro planeta. Aquí van algunos de ellos, recopilados de un artículo de la revista Live Science.

El Géiser Fly, en Nevada

placeholder El impresionante Géiser Fly de Nevada. (Wikipedia)
El impresionante Géiser Fly de Nevada. (Wikipedia)

Ubicado en el condado de Washoe, se encuentra en los valles geotérmicos de Hualapai y tiene una altura de 1,5 metros y una anchura de 3,7 metros. Este aspecto tan alienígena se debe a que en su interior alberga un estanque de roca caliente muy profundo donde las grietas y fallas tectónicas son muy comunes, de ahí que tenga cierta peligrosidad y esté cerrado al público. Lo curioso es que fue creado de manera accidental, mientras se perforaban pozos a comienzos del siglo XX en busca de energía geotérmica. Los minerales disueltos comenzaron a elevarse y acumularse, creando este curioso montículo sobre el que se asienta el géiser.

La Montaña Arcoíris, en Perú

placeholder La colorida Montaña Arcoíris, en Cuzco, Perú. (Wikipedia)
La colorida Montaña Arcoíris, en Cuzco, Perú. (Wikipedia)

En la ciudad de Cuzco está la Montaña Arcoíris o Montaña de Siete Colores, un nombre que la describe en un sentido bastante literal, a juzgar por su aspecto. No, no es un nuevo escenario del Mario Kart, los siete colores se deben a la composición mineralógica que tiene la zona. El color rosado es por la arcilla roja; el blanquecino, por la arenisca cuarzosa y margas, ricos en carbonato de calcio; los rojizos, por las arcilitas de hierro y arcillas pertenecientes al terciario superior; el vede, por el compuesto de filitas y arcillas en ferro magnesiano; el pardo terroso por el fanglomerado compuesto por roca con magnesio perteneciente a la era cuaternaria; y, por último, el amarillo mostaza por las areniscas calcáreas ricas en minerales sulfurados.

La Depresión de Danakil, en Etiopía

placeholder Depresión de Danakil, en Etiopía. (Wikipedia)
Depresión de Danakil, en Etiopía. (Wikipedia)

Ubicada al norte del Triángulo de Afar en Etiopía, se trata de una depresión geológica que se originó como resultado de la divergencia de tres placas tectónicas del Cuerno de África, es decir, se originó y desarrolló como resultado de la separación de dos grandes continentes, África y Asia, lo que provocó la aparición de grietas y volcanes. Por otro lado, la erosión a causa de lo bajo que se encuentra el terreno al nivel del mar, ha contribuido a que tenga esta forma. Contiene rocas sedimentarias, como la arenisca y la caliza, que se superponen de manera inconforme por el basalto como resultado de extensos flujos de lava ardiente.

La cueva de los cristales de Naica, en México

placeholder La cueva de los cristales de México. (Wikipedia)
La cueva de los cristales de México. (Wikipedia)

Descubierta por los hermanos Eloy y Javier Delgado en el año 2000, se trata de una cueva situada a 300 metros de profundidad en Naica, localidad de la municipalidad de Saucillo, en Chihuahua. La cámara contiene gigantes cristales de selenita. El más grande que ha sido encontrado mide un total de 12 metros. No querrías entrar, pues dentro hay una temperatura de 58 grados y con una humedad ambiental entre el 90 y el 99%, factores por los que todavía está a medio explorar. Dicen que sin la protección adecuada, podríamos aguantar tan solo diez minutos ahí dentro.

El Proyecto Edén, en Inglaterra

placeholder El Proyecto Edén, en Inglaterra. (Wikipedia)
El Proyecto Edén, en Inglaterra. (Wikipedia)

Se trata de una atracción turística construida en una mina de arcilla caolinita ubicada a dos kilómetros de la ciudad de St. Blazey, en el Condado de Cornualles. Así, nada más ver las imágenes, parece que estás en la película La Isla, de Michael Bay. El complejo consta de cúpulas geodésicas contiguas que albergan miles de especies de plantas, emulando cada recinto un bioma natural. En uno de ellos hay una selva tropical, la más grande del mundo que sea interior. Ideado por Tim Smit y diseñado por Nicholas Grimshaw, el proyecto tardó dos años y medio en construirse. En él se realizan festivales de música y han pasado artistas de la talla de Amy Winehouse, Muse o Lily Allen. También se han rodado películas de James Bond en su interior.

Socotra, Yemen

placeholder El 'Dracaena cinnabari' de Socotra, en Yemen. (Wikipedia)
El 'Dracaena cinnabari' de Socotra, en Yemen. (Wikipedia)

Esta isla perteneciente al archipiélago de su mismo nombre localizado entre el mar Arábigo y el golfo de Adén, en el océano Índico, frente a las costas del Cuerno de África, es una de las islas más aisladas del mundo. Al menos un tercio de las 800 plantas que se encuentran allí son endémicas, lo que maravilla a botánicos y geólogos de todo el mundo. Una de las plantas más extrañas es el Dracaena cinnabari, un árbol con forma de paraguas que parece salido de una película de ciencia ficción. Su savia es de color rojo y era codiciada en el mundo antiguo para usarse como medicina o tinte.

Los futurólogos más prominentes no paran de decir que el turismo espacial será una realidad en un futuro no tan lejano. Eso sí, para quien se lo pueda permitir. Ya vimos como el CEO de Amazon, Jeff Bezos, se permitió el lujo de ser uno de los primeros en viajar al espacio bajo fines recreativos. Se trata sin duda de una industria emergente que todavía no ha llegado, pero lo cierto es que antes que descubrir nuevos planetas o experimentar la gravedad en tus propias carnes, hay lugares en la Tierra que parecen afincados en cuerpos celestes extraños.

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