Un supermercado retira en España un limpiador por parecerse demasiado a un refresco

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La cadena de supermercados Lidl ha retirado el limpiador y protector de pintura de coche de la marca Robbyrob, ya que su etiquetado inducía a error al consumidor al estar escrito en inglés y alemán y dar la apariencia de un refresco en lugar de un artículo de limpieza, según han confirmado desde el Ministerio de Consumo.

Este hecho se produce después de que FACUA-Consumidores en Acción denunciara el pasado mes de julio a Walter Schmidt, empresa encargada de la fabricación del producto, ante la Dirección General de Consumo y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) del Ministerio de Consumo.

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El Confidencial

FACUA solicitó que se abriera un expediente sancionador contra la empresa por haber vulnerado la normativa vigente relacionada con la circulación y comercio de detergentes y limpiadores. Además, la asociación exigió a Lidl que retirase el producto de inmediato, y a la Aesan que ordenase la retirada de este a través de sus canales oficiales, y alertase y extendiese el aviso a nivel comunitario.

Se vendía en botella transparente y dentro se podía ver un líquido de color naranja que, además tenía “fragancia de albaricoque”

Tras la investigación pertinente, Consumo ha constatado que Lidl ha adoptado “de forma voluntaria” medidas en la línea de lo defendido por FACUA, como es la retirada del producto de todas sus tiendas. Asimismo, y a través de su página web, la empresa de origen alemán ha puesto en conocimiento a los clientes que hayan adquirido este producto la metodología para devolverlo y recuperar así su dinero.

Este limpiador para coches estaba a la venta en todos los establecimientos Lidl de España. Se vendía en una botella transparente de un litro con tapón rojo y dentro se podía ver un líquido de color naranja. Además, al tener “fragancia de albaricoque”, podía inducir a los clientes a que se trataba de una bebida apta para su consumo.

La ley en contra de estos envases

En concreto, el Real Decreto 770/1999, de 7 de mayo, por el que se aprueba la Reglamentación técnico-sanitaria para la elaboración, circulación y comercio de detergentes y limpiadores recoge en el punto 4 de su artículo 8 que “no se permiten productos que tengan una forma, un olor, un color, un aspecto, una presentación, un etiquetado, un volumen o un tamaño, tales que sea previsible que los consumidores, en particular los niños, los confundan con productos alimenticios y por ello los lleven a la boca, los chupen o los ingieran”.

El artículo 35 del Reglamento (CE) Nº 1272/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo de 16 de diciembre de 2008 sobre clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas recoge una medida similar. “Los envases que contengan una sustancia o mezcla peligrosa suministrada al público en general no tendrán una forma ni un diseño que atraiga o suscite la curiosidad de los niños, ni que induzca a engaño a los consumidores, como tampoco una presentación o un diseño similares a los utilizados para alimentos, piensos, medicamentos o productos cosméticos, que puedan inducir a engaño a los consumidores”.