Un hombre se compra un sofá de mercadillo y encuentra 6.000 euros en uno de sus cojines

Cada vez es más habitual visitar mercadillos y tiendas de segunda de mano. Por un lado, estamos dando una segunda vida a prendas u objetos que, de otra manera, terminarían en el vertedero; por otro, nos ahorramos unos buenos euros en comparación con lo que esas compras nos costarían si las adquiriéramos sin estrenar. Lo que no es tan normal es encontrarse un regalo inesperado en una de esas adquisiciones.

Eso es lo que le ha pasado a un hombre llamado Alberto, que hace algunas semanas acudió a un mercadillo benéfico para hacerse con un sofá que necesitaba para su casa. Además de ahorrarse una buena cantidad de dinero, Alberto iba a colaborar con una buena causa, ya que los beneficios serían destinados a obras de caridad. Pero, además, este hombre se llevó una sorpresa que no podía imaginar.

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El Confidencial

Alberto decidió tapizar el sofá antes de colocarlo en su hogar. Pero, al desmontar todas las piezas, encontró algo totalmente inesperado escondido en uno de los cojines. Notó que había algo extraño al tacto y, al abrirlo, descubrió que estaba lleno de dinero: para ser exactos, había 6.000 euros en billetes.

Una buena acción

El hombre no podía creer lo que estaba viendo: el cojín del sofá estaba repleto de efectivo, llegando a contar un total de 300 billetes, todos ellos de 20 euros. Por eso, la cuenta fue sencilla: había encontrado 6.000 euros en un sillón del que no quiso revelar el precio que pagó, pero que, fuera cual fuera, le ha salido realmente barato.

En el cojín había escondidos 300 billetes de 20 euros que sumaban en total 6.000 euros

Alberto tomó una decisión de ser solidario y por eso acudió a un mercadillo benéfico para comprar su sofá, con la intención de que parte del dinero que se iba a gastar terminara en las personas que más lo necesitaban. Por eso, piensa que ese regalo caído del cielo es la forma que el destino tiene de agradecerle su gesto altruista.

La historia podría estar sacada de cualquier película, pero en ocasiones la realidad supera a la ficción. Y no, Alberto no se encontró las típicas monedas de 5 céntimos que se suelen perder entre las rendijas de los asientos del sofá: halló 6.000 euros que le van a hacer su vida un poco más fácil.