Los excesos en las fiestas acortan la vida: por cada dos copas, media hora menos

Cuando se come y se bebe demasiado, como ocurre frecuentemente en las fechas navideñas, se pierden horas de vida. Esta es la conclusión a la que ha llegado un estudio llevado a cabo por la Universidad de Cambridge publicado ayer en la edición navideña de la revista científica British Medical Journal. “Actividades como fumar, beber un par de copas o comer carne roja, puede restar al menos media hora de vida por cada día de exceso”, señala David Spiegelhalter, un estadístico de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y autor del estudio.

En este estudio Spiegelhalter ha querido encontrar una manera sencilla de comunicar el impacto de nuestro comportamiento en la esperanza de vida y para ello ha utilizado una nueva medida a la que ha denominado ‘microvida’ y que define como media hora de esperanza de vida.Ver la televisión más de dos horas al día reduce la esperanza de vida

“Equivale a una millonésima de vida después de los 35 años”, explica el investigador. Usando datos de estudios de población, Spiegelhalter calcula que una ‘microvida’ puede perderse por fumar dos cigarrillos, tener cinco kilos de sobrepeso, beber una segunda o tercera copa en un día, ver dos horas la televisión o comer una hamburguesa.

Entre ganar y perder

Por el contrario, se pueden ganar ‘microvidas’ no tomando más de una bebida alcohólica al día, comiendo abundante fruta y vegetales y haciendo ejercicio, añade. Según Spiegelhalte, los factores demográficos también pueden expresarse en ‘microvidas’.La velocidad de envejecimiento depende directamente de los hábitos de vida

Solo por ser mujer se ganan cuatro ‘microvidas’ al día en comparación con los varones; y los hombres suecos tienen 21 'microvidas' más al día que los rusos. Vivir en 2010 en vez de 1910 supone una ganancia de 15 ‘microvidas’ diarias.

El estadístico señala que esta forma de comunicación dirigida a una audiencia no académica permite al público ver más claramente los riesgos de ciertos hábitos de vida perniciosos y está inspirada en la metáfora ‘velocidad de envejecimiento’ que, en su opinión, ha sido muy efectiva en las campañas para que la gente deje de fumar.