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Las razones ocultas del apoyo a Julian Assange del 'bloque bolivariano'
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LA SOMBRA DE CHINA Y EL RECAMBIO DE CHÁVEZ

Las razones ocultas del apoyo a Julian Assange del 'bloque bolivariano'

El caso Assange está originando una tormenta diplomática que ha despertado los fantasmas de la Guerra Fría. El asilo político otorgado por Ecuador al fundador de

Foto: Las razones ocultas del apoyo a Julian Assange del 'bloque bolivariano'
Las razones ocultas del apoyo a Julian Assange del 'bloque bolivariano'

El caso Assange está originando una tormenta diplomática que ha despertado los fantasmas de la Guerra Fría. El asilo político otorgado por Ecuador al fundador de Wikileaks pone al descubierto el antagonismo entre los Estados Unidos y el bloque de países fuera de la órbita de influencia norteamericana que se está gestando en Latinoamérica. Una polarización que recupera la retórica del antiimperialismo y del ideario revolucionario de los años 60 y para la que “Julian Assange representa una pieza que encaja perfectamente en la construcción del discurso victimista de la colonización enarbolado por los países bolivarianos. Además refuerza su proyecto político-ideológico donde el enemigo es siempre lo que ellos denominan ‘imperialismo yanqui’”, explica Juan Carlos Jiménez, analista político y profesor de Sociología y Relaciones Internacionales en la Universidad San Pablo Ceu.

Las razones que han llevado a Rafael Correa a liderar el apoyo sudamericano al hacker cuentan con diversas interpretaciones, pero todos coinciden en subrayar que el modo en el que finalmente se resuelva el conflicto tendrá importantes implicaciones en la arena política internacional. El atrevimiento del presidente ecuatoriano ha conseguido que UNASUR y ALBA cerrasen filas con una oposición categórica a las amenazas de asalto de la embajada por parte de Reino Unido, un país cuya imagen en la región ya estaba deteriorada por la intensificación de la disputa sobre la soberanía de las Islas Malvinas que mantiene con Argentina desde la llegada de Cristina Kirchner al poder. Y es que poner en riesgo los acuerdos comerciales con Europa y Estados Unidos, una de las herramientas de presión a Ecuador, no es una decisión tomada a la ligera y responde a unos marcados intereses geoestratégicos.

Del yugo norteamericano al chino

La decisión que podría poner en riesgo los intereses de Ecuador, tanto políticos como económicos por posibles boicots diplomáticos y comerciales de terceros países, no se hubiese tomado si la sombra de China no planease sobre todo este asunto, según defienden algunos especialistas en política internacional. El analista político Martin Hutchinson, apuntaba el pasado viernes en la revista The Slate que “China domina cada vez más las exportaciones de petróleo, las exploraciones minerales y la financiación de préstamos de Ecuador, por lo que Correa no tiene mucho que perder”. En este sentido, Jiménez sostiene que el gigante asiático mantendrá su apoyo a este y otros países latinoamericanos “mientras le proporcionen acuerdos comerciales satisfactorios”, aunque no tiene demasiado claro que provoque cambios en el tablero internacional.Ecuador sortearía las presiones económicas y diplomáticas mediante sus acuerdos con China

Para Juan Carlos Monedero, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid y especializado en política latinoamericana, el gesto de Ecuador tiene como principal trasfondo el refuerzo de la soberanía nacional en la región, temerosa de que los golpes de Estado (el propio Correa sufrió una tentativa hace dos años) cambien por la fuerza el signo político de los gobiernos progresistas. “Los cables de Wikileaks demostraron la implicación de las embajadas norteamericanas en los golpes de Estado, mientras que los grandes grupos mediáticos actuaron como instrumento de justificación de estas intervenciones. Por tanto, el trabajo de Wikileaks, que desnuda las verdaderas intenciones de los Estados Unidos ante la opinión pública, es un ejemplo para los países latinoamericanos que están intentando construir la democracia en la región”, añade Monedero.

Correa, ¿el sustituto de Chávez en la región?

El antiamericanismo militante compartido por Correa y Assange es el pilar de esta alianza, como coinciden en subrayar la mayoría de analistas internacionales. Según explica Jiménez, “este conflicto es todo un regalo para Correa que lo ha sabido aprovechar muy bien. En términos de política interna le permite lavar la mala imagen que cosechó tras hacer todo lo posible por eliminar la libertad de prensa, que sí simbolizaría Assange, mientras que en términos de política exterior lanza un mensaje que vende, y muy bien, entre la izquierda europea y del resto del mundo. Las palabras de Baltasar Garzón sobre los Derechos Humanos (lidera el equipo legal del australiano) sintetizan muy bien ese discurso, que pretende hacer partícipe de su línea de defensa a toda la izquierda revolucionaria con la que ya tenía contactos”. 

Todo ello, si Assange, que parece no casarse con nadie, no hace antes alguna declaración susceptible de molestar al líder ecuatoriano. Una determinación que ya sufrió uno de sus defensores, Vladímir Putin, que tuvo que escuchar cómo el fundador de Wikileaks cerraba su discurso en la embajada con una crítica a la condena contra el grupo de punk ruso Pussy Riot.

Otra de las razones esgrimidas para explicar el apoyo ecuatoriano a la causa de Julian Assange es la ambición personal de Correa para reforzar su figura en la región como defensor de la democracia y la soberanía frente a Estados Unidos, posicionándose ante el resto de países como el recambio de Hugo Chávez, cuyos rumores sobre su delicado estado de salud destaparon los propios correos de la agencia privada de espionaje Stratford filtrados por Wikileaks. Esta es la lectura del congresista demócrata por Nueva York Eliot Engel, que en unas declaraciones a Associated Press explicaba que este asunto permitiría a Correa “convertirse en el jefe de aquellos países que tratan de meter el dedo en el ojo a los Estados Unidos, posicionándose a la cabeza de los líderes de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua”. Jiménez defiende asimismo que “Correa es un eslabón del chavismo que pretende institucionalizarse”.Correa se ha posicionado a la cabeza de los líderes de la región con el auspicio de Venezuela

Menos desconfiado y alejado de las explicaciones conspirativas, Monedero destaca la coherencia de esta decisión porque resguarda la democracia y la libertad de expresión en Latinoamérica, mientras que deja en evidencia a Estados Unidos. “El compromiso con los Derechos Humanos y la democracia que les lleva a apoyar a Assange es casi un mandato constitucional y tiene que ver con la construcción de un mundo multipolar donde no tengan siempre la bota de los norteamericanos sobre su cuello”, apunta el politólogo.

Multilateralismo versus unilatelarismo

Esta postura que han adoptado los gobiernos latinoamericanos del bloque bolivariano tendría como objetivo a largo plazo revertir la posición de dominio norteamericana en las relaciones internacionales (poder de veto en el FMI, en el Consejo de Seguridad de la ONU, control de la OMC y un claro predominio militar). Una batalla que para Monedero será muy complicada porque la legislación internacional está hecha para mantener el predominio de los países del norte y, aunque les interese a muchos pequeños estados más desfavorecidos, “es difícil que todos se posicionen porque la respuesta de Estados Unidos en su contra no se haría esperar. Por eso creo que cualquier demócrata honrado del mundo tiene el deber de apoyar la misión ecuatoriana y reconocerle el coraje a Correa”. 

Una convicción que ya tuvo en 2008 al dar asilo al bloguero bielorruso Alexander Barankov, acusado de fraude en por destapar casos de corrupción en la república exsoviética, pero que ha vuelto a ser detenido en Quito para extraditarlo, coincidiendo con la visita a Ecuador del presidente Alexander Lukashenko para cerrar un tratado comercial. Una muestra más de la supuesta hipocresía de Correa, según han criticado algunos analistas, como Roger Noriega en Fox News.

La imagen de Reino Unido en Latinoamérica ya estaba dañada por el conflicto de las Malvinas

La grieta geoestratégica abierta desde Latinoamérica, reeditando ciertos planteamientos defendidos por el Movimiento de los Países No Alineados durante sus inicios, podría poner en peligro el actual muro de las relaciones internacionales. Si el abrazo entre Assange y Correa, iniciado con la invitación de este último al programa The World Tomorrow dirigido por el fundador de Wikileaks en la televisión Russia Today, claramente vinculada al Kremlin, se consuma enfadando a Estados Unidos, Gran Bretaña y sus aliados, la posibilidad de sanciones político-económicas será más que una simple intimidación. Si por el contrario, Gran Bretaña lleva a cabo su amenaza de recuperar una olvidada ley de los años 80, que le da base jurídica para revocar el estatus diplomático de la embajada ecuatoriana y asaltarla para detener a Assange, la convención de Viena y la justicia universal se verían seriamente dañadas. Una situación que, en caso de producirse, Correa interpretará como un ataque en toda regla a la soberanía nacional de Ecuador, algo que Hugo Chávez no está dispuesto a tolerar, según declaró el presidente venezolano tras la reunión del ALBA celebrada el pasado sábado. 

El caso Assange está originando una tormenta diplomática que ha despertado los fantasmas de la Guerra Fría. El asilo político otorgado por Ecuador al fundador de Wikileaks pone al descubierto el antagonismo entre los Estados Unidos y el bloque de países fuera de la órbita de influencia norteamericana que se está gestando en Latinoamérica. Una polarización que recupera la retórica del antiimperialismo y del ideario revolucionario de los años 60 y para la que “Julian Assange representa una pieza que encaja perfectamente en la construcción del discurso victimista de la colonización enarbolado por los países bolivarianos. Además refuerza su proyecto político-ideológico donde el enemigo es siempre lo que ellos denominan ‘imperialismo yanqui’”, explica Juan Carlos Jiménez, analista político y profesor de Sociología y Relaciones Internacionales en la Universidad San Pablo Ceu.