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"Mezquinas, irónicas y hasta víboras, pero no tienen ni un pelo de tontas"
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LOS TÓPICOS FEMENINOS SE CONVIERTEN EN 'ESTEREOTIPAS'

"Mezquinas, irónicas y hasta víboras, pero no tienen ni un pelo de tontas"

“No soy nada del otro jueves, pero, modestia aparte, vestida doy el pego. Tú me ves tan mona con mis sandalias de tiras y mi vestido

Foto: "Mezquinas, irónicas y hasta víboras, pero no tienen ni un pelo de tontas"
"Mezquinas, irónicas y hasta víboras, pero no tienen ni un pelo de tontas"

“No soy nada del otro jueves, pero, modestia aparte, vestida doy el pego. Tú me ves tan mona con mis sandalias de tiras y mi vestido de tirantes y te crees que voy casual, fresquita, a cuerpo. Nada más lejos de la realidad. Voy alicatada hasta el cuello, pero ya me encargo yo de que no se note. No es que tenga que subirme a ningún andamio a jugarme el tipo, es que lo llevo puesto para que parezca que lo tengo. Tipo, digo. Ya no se dice faja, ni refajo, ni sostén. Pero haberlos, haylos en todas las mercerías. Y funcionan, palabra. Será una ilusión óptica, de acuerdo. Pero de ilusión también se vive”.

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Habla Miss Prótesis, una de las estereotipas que protagonizan el libro homónimo de Luz Sánchez-Mellado (Plaza & Janés). Una disección satírica y algo macarra del punto donde convergen las principales medias de la mitología femenina contemporánea: la mujer media, la edad media, la clase media. La ortodoxia hecha mujer y devenida en personaje a costa de sus miedos, sus ambiciones, sus frustraciones y sus pasiones. “Mis amigas, mis colegas, mis vecinas, mis cuñadas, mis bestias negras, mis monstruas sagradas”, enumera Sánchez-Mellado a la hora de referirse a sus musas. “Ni Carrie Bradshaw, ni Bridget Jones ni todas esas guiris superventas. Mis heroínas iban a ser tías de aquí y de ahora. Estereotipas. Mujeres en apuros de carne y hueso, tangibles como la vida misma, puro realismo sucio”.

Del marrón al rosa

Unos personajes, las estereotipas, que germinaron, nacieron y crecieron en la columna veraniega de un periódico. “Un marrón”, cuenta la autora, “que me dejó sin vacaciones tres veranos seguidos. Pero, al terminar el tercero, la panda de las estereotipas creció tanto que se me independizó. Hoy, lo que empezó como un marronazo es este caramelo en forma de libro rosa chicle”.

Todas podemos ser las 'estereotipas' en distintos momentos de la vida

Fajas, rosa chicle, rebajas y cremas. No hace falta aclarar –y el título acaba de despejar nuestras dudas– que la autora reivindica el estereotipo como herramienta analítica. “Las etiquetas ayudan a explicar la realidad, aunque sea a costa de simplificarla”, explica para El Confidencial. “El reto es profundizar y no quedarse siempre con la primera impresión”. Lady Ganga, Conciliátrix, Patética viejuna o Miss Prótesis, entre otras, son reducciones a las que Sánchez-Mellado presta voz, primera persona y papel en el ecosistema de prejuicios en el que vivimos. “Creo que todas podemos ser todas las estereotipas en distintos momentos de la vida o incluso del mismo día”, concluye. “Si algo no tienen las estereotipas es un pelo de tontas. Pueden ser mezquinas, irónicas, víboras si me apuras. Pero las redime el hecho de que son capaces de reírse de sí mismas”.

“Comunicar, entretener y soltar bilis”

Sánchez-Mellado no pretende hacer una reivindicación ideológica: “No es un tratado sociológico, ni tiene ninguna pretensión más allá de la de componer un mosaico de mujeres de aquí y de ahora en lucha en los distintos campos de batalla cotidianos: trabajo, familia, espejo, parejas o el paso del tiempo. Si arranco una sonrisa a alguien, o algún lector se siente identificado con los personajes habré conseguido mi objetivo: comunicar, entretener y soltar bilis”.

Y lo tiene claro cuando le pedimos algunos ejemplos reconocibles de sus estereotipas: “Miss Prótesis, la esclava de la imagen, podría ser Alaska; Adriana Abascal es una Depredadora y Presa de libro; y Conciliátrix, Soraya Sáenz de Santamaría, mamá y vicepresidenta plenipotenciaria”. Aunque su libro, aclara, trata de mujeres como podría tratar de hombres, entre los que también habitan diversos estereotipos: “José Mourinho y Luis de Guindos podrían ser Más Chulos Que Un Ocho”, ejemplifica. “Alfredo Pérez Rubalcaba y el Gran Wyoming, Analfabetos Digitales; y George Clooney o Andrés Velencoso, Adanes sin Fronteras”.

“No soy nada del otro jueves, pero, modestia aparte, vestida doy el pego. Tú me ves tan mona con mis sandalias de tiras y mi vestido de tirantes y te crees que voy casual, fresquita, a cuerpo. Nada más lejos de la realidad. Voy alicatada hasta el cuello, pero ya me encargo yo de que no se note. No es que tenga que subirme a ningún andamio a jugarme el tipo, es que lo llevo puesto para que parezca que lo tengo. Tipo, digo. Ya no se dice faja, ni refajo, ni sostén. Pero haberlos, haylos en todas las mercerías. Y funcionan, palabra. Será una ilusión óptica, de acuerdo. Pero de ilusión también se vive”.