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"La comida se ha erotizado: comemos para olvidarnos de otros problemas"
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ENTREVISTA CON JEAN-MICHEL COHEN, EL 'ANTIDUKAN'

"La comida se ha erotizado: comemos para olvidarnos de otros problemas"

“Adelgazar sin comprenderse nunca resulta eficaz: sólo es posible perder peso cuando uno mismo toma conciencia de las verdaderas causas de esos kilos de más”. Esta

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"La comida se ha erotizado: comemos para olvidarnos de otros problemas"

“Adelgazar sin comprenderse nunca resulta eficaz: sólo es posible perder peso cuando uno mismo toma conciencia de las verdaderas causas de esos kilos de más”. Esta noción, simple en su enunciación pero más compleja en su puesta en práctica, es la bandera con la que el nutricionista y novelista Jean-Michel Cohen ha conseguido hacer de su última publicación, He decidido adelgazar. Ahora sí, y para siempre, un bestseller número uno en Francia.

"Adelgazar no es una técnica: es una actitud"

Aunque Cohen, en realidad, prefiere evitar los lemas demasiados sintéticos. En lo referente a dietas, regímenes y adelgazamiento, explica a El Confidencial, “se impone huir del eslogan, del lema. Hay que dar una explicación de las cosas, porque no nos dirigimos a gente tonta, sino a gente inteligente que quiere tener más salud”.

Su discurso diferente –breve, conciso y abundante en el sentido común– es uno de sus pilares que han hecho de Cohen la estrella que es en el apostolado de la nutrición. Por eso quizás se desvincula de los conceptos a los que el oído del sujeto adelgazante está más acostumbrado: “El lenguaje de las dietas –explica– está lleno de este tipo de ideas: triunfo, éxito, desafío, fracaso… Pero el sobrepeso es una cuestión de salud. Conseguir alcanzar tu peso ideal no es algo que debamos plantearnos como un éxito o un fracaso, sino como un simple objetivo clínico”. Por eso, explica, adelgazar o engordar no debe concebirse “como una técnica: se trata de una actitud”.

La frustración es la gran enemiga de las dietas

Según el experto, esta nomenclatura es uno de los errores fundamentales que explican la ineficacia de muchos regímenes alimenticios supuestamente adelgazantes: “Hablar de fracaso te lleva a la frustración, y la frustración es la gran enemiga de las dietas. Pensamos en una dieta o un régimen como algo restrictivo y lleno de privaciones, y no es así. Una dieta se define, sin más, como un conjunto de reglas para la alimentación. Por eso yo a veces prefiero hablar de menús”. Según Cohen, plantearse adelgazar en términos de “retos, desafíos y plazos” es uno de los errores más comunes tanto entre los autores de dietas como entre sus muchos usuarios.

Cohen también le pasa revista a las dieta milagro, los productos poco rigurosos y las sustancias de propiedades dietéticas y no se muestra muy amable con ellas: “Las instituciones –asegura– son demasiado permisivas con las dietas milagro y los fraudes relacionados con la alimentación. Aquí, allá, en la teletienda o en las revistas, por todas partes se anuncian constantemente productos que son un fraude. No ineficaces –insiste–: son sencillamente un timo para ganar dinero”.

Cohen vs. Dukan

El compromiso de Cohen con sus propias afirmaciones va más allá del mero discurso. En 2010, el nutricionista criticó sin tapujos la llamada Dieta Dukan, ideada y comercializada por la también superestrella del adelgazamiento Pierre Dukan. Seguirla, según él, conducía al paciente a una “verdadera desestructuración alimenticia que puede provocar graves problemas de salud, como un severo ascenso del colesterol, problemas cardiovasculares y cáncer de mama”. Posteriormente añadiría que “los riesgos físicos aparejados a esta dieta pueden ir desde la pérdida del cabello, el mal aliento, el estreñimiento, la fatiga, una bajada de tono muscular o una pérdida de ilusión por la vida hasta la muerte súbita, ocasionada por un déficit de potasio”.

A Pierre Dukan, creador de “El único coaching del mundo personalizado e interactivo” –según reza su página web–, no le sentó nada bien la crítica. Lo que empezó como una divergencia técnica entre los dos nutricionistas –uno incide en la importancia de las proteínas; el otro, en la de las calorías– acabaría en los tribunales. Dukan le denunció por difamación y solicitó 15000 euros en concepto de indemnización.

El juicio supuso todo un show mediático en Francia, donde ambos son celebridades, y alineó a uno y otro lado a parte de la opinión pública. Al lado de Cohen figuraron las calorías, las dietas abiertas y en un plano informal, Nicolas Sarkozy, que es cliente suyo; con Pierre Dukan marcharon las proteínas, los regímenes restrictivos y François Hollande, dirigente socialista francés que en más de una ocasión se ha dicho seguidor de su método.

Perdió el segundo. Además, la sala 17ª del Tribunal Correccional de París condenó a Dukan a pagar 3.000 euros en julio de 2011. “La difamación es un delito contra las personas, no contra los regímenes –apuntó entonces Cohen–. Una dieta no puede ir a un abogado". También aprovechó para reafirmar su opinión de que el método Dukan "beneficia a la industria de la pérdida del peso, a los médicos y a los vendedores de pastillas”.  

La dictadura de la estética

Un tema que el nutricionista retoma en el libro que ahora publica Planeta, donde la cruzada abierta contra su particular némesis nutricional puede leerse entre líneas: “Hemos aceptado que las industrias dominen sobre todo. Somos muy estrictos con los individuos, a quienes estigmatizamos si están gordos, pero no con las industrias responsables del problema”. Algo, asegura, a lo que se enfrentan día a día los nutricionistas y médicos: “Podemos tratar a las personas, pero no a los agentes privados”. A ellos, resume, “se les permite todo”.

Entre estas industrias hay dos, según Cohen, especialmente responsables en la dimensión “casi pandémica” a la que han llegado los trastornos de la alimentación en las sociedades desarrolladas. Una es la agroalimentaria, “que nos invita a comer más y más”; la otra es la de la imagen y la belleza, “que pretende que asumamos como clínico un canon que en realidad es sólo estético”.

Hay que diferenciar entre la delgadez estética y la clínica

E ilustra con un ejemplo: “Se ha demostrado –nos cuenta– que la esperanza de vida de un hombre de 65 años es mayor si su IMC –índice de masa corporal– está por encima de 27. Eso indica un ligero sobrepeso, pero no obstante implica más salud”. Algo difícil de comprender, explica, “dado nuestro modo de concebir la gordura o la delgadez. Hay que diferenciar entre la delgadez estética y la clínica. Pensamos que la primera implica la segunda, o viceversa, pero eso no es así”.

Aunque el autor tampoco exime de culpa al paciente / espectador: “El público sólo se muestra interesado en los resultados”, asegura. “Cuando olvidamos el verdadero propósito de comer, que es nutrirse, empezamos a tener problemas con la alimentación y buscamos soluciones rápidas en lugar de acudir a la fuente del problema, que normalmente está en nosotros mismos”. Hoy la comida, sintetiza Cohen, “se ha erotizado: acudimos a ella para olvidarnos de otros problemas, y eso a su vez hace que la propia comida se convierta en un problema”.  

Algo que Cohen aduce a muchos factores, de entre los que el desconocimiento no es el menor: “Existen muchas fantasías en torno a la alimentación, como el refrán que dice soy lo que como, que no es cierto. Esto tiene un nombre: lo llamamos el pensamiento mágico”. Por eso existen lo que este experto llama “dietas místicas”, que en realidad “desencadenan sólo procesos psíquicos, y normalmente muy negativos”.

La clave para enfrentarse de forma sana a un problema de peso, resume, “está en comprendernos a nosotros mismos y en hacernos esta pregunta: ¿comemos porque tenemos hambre o comemos porque tenemos ganas de comer? Porque no son lo mismo", puntualiza. Alimentarnos con responsabilidad, hacer ejercicio o recurrir a un nutricionista son, según Cohen, “factores muy importantes. Lo imprescindible, no obstante, es entender por qué hemos decidido comer”.

“Adelgazar sin comprenderse nunca resulta eficaz: sólo es posible perder peso cuando uno mismo toma conciencia de las verdaderas causas de esos kilos de más”. Esta noción, simple en su enunciación pero más compleja en su puesta en práctica, es la bandera con la que el nutricionista y novelista Jean-Michel Cohen ha conseguido hacer de su última publicación, He decidido adelgazar. Ahora sí, y para siempre, un bestseller número uno en Francia.