Se buscan cien estómagos para conocer los estragos del vino

Se buscan 100 hombres dispuestos a 'donar' sus estómagos para un experimento con vino. Sí, con vino. La iniciativa es del hospital Clínico de Barcelona, y de unos profesores de la facultad de Farmacia de la Universidad de la capital catalana. Quien esté interesado en conocer de forma rigurosa cómo le sienta a su cuerpo el vino tendrá también su compensación: 28 botellas de tinto del Penedès, de calidad.

Sólo debe asumir el compromiso de no tomar más de dos copas diarias, y abstenerse de otro alcohol mientras esté siendo objeto de investigación. Más requisitos: los 'cobayas' deberán tener más de 55 años y acreditar padecer alguno de los siguientes trastornos: hipertensión arterial, diabetes, obesidad, colesterol elevado o tabaquismo notable. El propósito de los científicos es confirmar -o descartar- que beber vino tinto de forma moderada hace bien al corazón.

El estudio nace con pretensiones de hito, pues se analizarán más parámetros que nunca, lo que servirá para hacer una completa radiografía de los beneficios del zumo de uva en el organismo. Curioso experimento que durará tres meses.

En el primer mes tomarán a diario, con las comidas, dos copas del vino, un merlot Atrium de la casa Torres. No más de 300 mililitros diarios. Pueden mezclarlos son sifón, soda o gaseosa, si son lights. Y ya que se prestan voluntarios, qué menos que darles un buen producto. Esta vez es un Penedès, pero podría servir un Rioja o un Ribera de Duero, advierte.

En el segundo mes, tras otra batería de análisis, tomarán otras dos copas diarias de vino sin alcohol, un estracto de uva elaborado para la investigación. Y en el tercero, el único alcohol que probarán son 100 mililitros diarios de ginebra, en este caso, Xoriguer, que pueden mezclar con tónica. Al final, serán analizados. La pregunta cae de cajón: ¿Esto es marketing o ciencia? Tal vez las dos cosas.