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Uno de cada cuatro médicos prefiere no meterse con el tabaquismo
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Uno de cada cuatro médicos prefiere no meterse con el tabaquismo

Fumar es "un estilo de vida" para uno de cada cuatro médicos de Atención Primaria que decide "no meterse" en esta espinosa cuestión cuando trata a

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Uno de cada cuatro médicos prefiere no meterse con el tabaquismo

Fumar es "un estilo de vida" para uno de cada cuatro médicos de Atención Primaria que decide "no meterse" en esta espinosa cuestión cuando trata a pacientes víctimas del tabaquismo en sus consultas. Así se desprende de una encuesta realizada por la compañía farmacéutica Pfizer entre 3.000 facultativos de familia, de los que más del 90% son conscientes de que la adicción al tabaco es la conducta "más dañina para la salud", muy por delante de la obesidad -3,6%- y el alcohol -2,9%-.

Aunque el 24,8% de los médicos piensa que fumar o no corresponde al ámbito de la intimidad de cada persona, más de la mitad -el 55,4%- sí recuerda a sus pacientes la necesidad de dejar el tabaco en este primer nivel asistencial. Los expertos coinciden en que el tabaquismo ha pasado de ser una costumbre o hábito a ser considerado una "drogodependencia" que hace que casi diez millones de fumadores deseen dejarlo sin conseguirlo, lo que exige coordinación entre la Atención Primaria y la Especializada.

Un 40,6% de los encuestados indica que la no financiación de los medicamentos frena a los potenciales interesados en dejar de fumar y que su inclusión en el gasto público les ayudaría a superar la dependencia, dijo en rueda de prensa el doctor José Chaves, responsable del área cardiovascular del laboratorio. Chaves, junto con Eugeni Bruguera, jefe de la Unidad de Conductas Adictivas del Servicio de Psiquiatría del Hospital Valle de Hebrón, subrayaron que el tratamiento más "coste-efectivo" que podría abordar actualmente la Sanidad Pública sería el antitabáquico.

Bruguera informó de que el 30% de la población española se declara fumadora y de que alrededor de 55.000 personas mueren al año por patologías directamente asociadas al tabaco. En cuanto a los gastos directos que producen estas enfermedades, apuntó que ascienden a 6.870 millones de euros anuales, lo que supone un 13,45% del gasto sanitario total.

No obstante, señaló que en España el panorama de financiación de los tratamientos es "alentador", ya que el porcentaje de comunidades que financian selectivamente estos tratamientos es superior al de las que no lo hacen. Madrid, Cataluña, Castilla-La Mancha, Andalucía, La Rioja, Navarra y Galicia sí costean estas terapias, mientras que Aragón, Comunidad Valenciana, Murcia e Islas Canarias están en proceso de hacerlo.

Por el contrario, Asturias, Cantabria, País Vasco, Extremadura y Castilla y León aún no han asumido su financiación pese a la reducción considerable del gasto que esto supondría. El 79% de los médicos opina que la adicción a la nicotina es la principal barrera para dejar de fumar y, por detrás de ella, la poca motivación y la falta de fuerza de voluntad.

Los expertos lamentaron que la Ley Antitabaco se haya "quedado corta" porque se está "desaprovechando una inercia" del resto de los países europeos para prohibir en todos los lugares públicos el consumo de cigarrillos, incluidos los de la hostelería. Los doctores apostaron por la vareniclina como el tratamiento farmacológico más eficaz para superar el consumo que, acompañado de terapias conductuales, consigue la abstinencia en el 72% de los pacientes a los tres meses de iniciarlo. Bruguera explicó que los índices de deshabituación del tabaco alcanzados con este fármaco oral de prescripción "duplican o triplican" los de otros convencionales como las terapias sustitutivas de la nicotina o el bupropion.

La novedad de la vareniclina es que no sustituye la nicotina, sino que actúa específicamente sobre los receptores de dicha sustancia en el cerebro que, al fumar, liberan sustancias como la dopamina, generadora de sensación de placer. El fármaco, comercializado en España desde hace un año, estimula la liberación de la dopamina, para atenuar el ansia de fumar y, por otro lado, bloquea la unión de la nicotina con los receptores cerebrales, disminuyendo la sensación de bienestar "si se sucumbe a la tentación de unas caladas".

Fumar es "un estilo de vida" para uno de cada cuatro médicos de Atención Primaria que decide "no meterse" en esta espinosa cuestión cuando trata a pacientes víctimas del tabaquismo en sus consultas. Así se desprende de una encuesta realizada por la compañía farmacéutica Pfizer entre 3.000 facultativos de familia, de los que más del 90% son conscientes de que la adicción al tabaco es la conducta "más dañina para la salud", muy por delante de la obesidad -3,6%- y el alcohol -2,9%-.

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