Los laboratorios tardarán más de tres meses en encontrar una vacuna contra la gripe aviar una vez mute en humanos

Será el momento de preocuparnos de verdad. Cuando el virus de la gripe aviar mute a una variante humana, con gran capacidad de transmisión, el único elemento de curación será la vacuna y ésta “tardará, en el mejor de los casos, tres meses y en el peor hasta cinco”, aseguró Margaritis Schinas, portavoz del comisario europeo de salud. El Tamiflu sólo es un antiviral efectivo contra la gripe común que, al igual que la vacuna actual, podrá dificultar el contagio, pero no evitarlo ni podrá curar la enfermedad.

A día de hoy, en Europa “nos encontramos en el nivel de enfermedad animal y en todos los casos son aves migratorias salvo dos excepciones, en Francia y en Suecia”, aclaró. Existe, por tanto, la vacuna para las aves, aunque también está el problema económico, ya que la dosis es más cara que el propio animal.

Mientras, la UE se prepara ante la posibilidad de contagios entre humanos. Tanto la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) como el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) preparan un simulacro sorpresa para evaluar el grado de preparación de los ‘planes de reacción’ diseñados para todos los estados miembros. No es la primera vez que se realiza un simulacro, “el último fue un éxito”, explicó Schinas, “pero esta vez se trata de hacerlo sin avisar, y no sabemos cómo se va a reaccionar”.

La Comisión Europea decidió que las mencionadas agencias europeas trabajasen conjuntamente para obtener los datos necesarios con el fin de determinar las líneas de actuación correctas. La gripe aviar es, según las autoridades de Bruselas, un caso emblemático por su carácter supranacional y porque es la primera gran crisis tras las vacas locas, cuya gestión a nivel europeo decepcionó a la población. “No nos perdonarían que se hicieran las cosas otra vez mal”.

Margaritis Schinas afirmó que en España las cosas se estaban haciendo bien, “el Ministerio de Agricultura y el de Sanidad mantienen una correcta colaboración”. Por otra parte, recordó que las personas fallecidas por gripe aviar en países asiáticos se habían contagiado por contacto directo con las aves, es decir, habían contraído la enfermedad animal, no la variante humana que, afortunadamente, aún no existe.