Seguriber ignoró el requerimiento formal de Madridec sobre su actuación en el Madrid Arena

El ya exdirector gerente de Madrid Espacios y Congresos, Jorge Rodrigo, envió al responsable de Seguridad de Seguriber, Fernando Moreno Maiz, un burofax el 20 de noviembre en el que solicitaba un exhaustivo informe sobre los servicios que prestaron la fatídica noche del 1 de noviembre en el recinto municipal en el que una avalancha humana acabó con la vida de cinco jóvenes. El requerimiento, en manos de este diario, lo recibió una recepcionista de la compañía el 21 de noviembre a las 12:41 h, justo el mismo día en el que Ana Botella anunciaba en rueda de prensa que Rodrigo, junto con su consejero delegado, José Ángel Rivero, habían sido destituidos por supuestamente ocultar el contrato ‘vip’ que el Ayuntamiento mantenía con Miguel Ángel Flores, el promotor de la fiesta. Un error de bulto que la alcaldesa no rectificó ni siquiera cuando se percató del traspié. Seguriber aprovechó el cambio de mandos para no contestar nunca la solicitud, que ya está en manos del juez instructor del caso, Eduardo López-Palop.

En el requerimiento oficial que envió Rodrigo, la compañía municipal daba un plazo de tres días desde la recepción de la comunicación para enviar las medidas de prevención que puso en marcha el personal de Seguriber cuando se consumó el desastre en la actuación de Steve Aoki. Cinco meses después, fuentes oficiales de la compañía de seguridad reconocen a El Confidencial que, tras la destitución de la cúpula directiva de Madridec, esperaron a que los nuevos responsables de la compañía solicitasen por segunda vez la información, "pero nunca lo hicieron", por lo que consideraron oportuno guardar en un cajón la información que solicitaba "un directivo que fue destituido por falta de confianza".

Los antiguos responsables del Madrid Arena pedían explicaciones al equipo de Mónica de Oriol sobre qué medidas preventivas habían adoptado la noche de Halloween tanto en el control de los accesos como en la entrada de menores (la cuarta fallecida entró en el recinto con el DNI de una amiga mayor de edad) y cómo intentaron evitar el exceso de aforo (el atestado policial reconocía que el aforo estaba “sobradamente sobrepasado”).

Rodrigo quería saber qué medidas se habían tomado en relación con el servicio de orden interno que dispuso Diviertt, la empresa organizadora del Thriller Music Park, además del mecanismo de coordinación establecido con ese mismo servicio para “prevenir y corregir situaciones de riesgo”. Los directivos de Madridec también preguntaban por los controles puestos en marcha para evitar la entrada de artefactos pirotécnicos. La primera hipótesis el día del desastre apuntaba a una bengala y unos petardos como la causa de la avalancha, aunque más tarde se corroboró que presuntamente el exceso de aforo fue el causante del fatal desenlace.

¿Qué medidas se adoptaron cuando se lanzaron las bengalas?

Con el relevo de Rivero y Rodrigo, Seguriber evitó también responder a cómo calcularon su inspector jefe y el jefe de equipo el público asistente por planta y la frecuencia de su aplicación, y qué medidas adoptaron cuando varios jóvenes lanzaron unas bengalas en mitad de la pista, totalmente abarrotada antes de que apareciera en el escenario la estrella de la noche. En el último punto, los responsables del Madrid Arena pedían “cuanta información haya recopilado” sobre los hechos acontecidos durante la noche del 1 de noviembre. Pero el requerimiento nunca recibió contestación. Ayer, un portavoz oficial de la compañía de seguridad reconocía a este diario que, aunque el burofax nunca se contestó, Seguriber ha puesto a disposición del Ayuntamiento de Madrid toda la información sobre la actuación de la empresa la fatídica noche de Halloween.