Rajoy ahorra 95 millones en misiones en el exterior frente al último año de Zapatero

Por primera vez en ocho años, la factura económica de las misiones de las Fuerzas Armadas en las misiones en el exterior empieza a bajar. El primer Gobierno de Mariano Rajoy ha gastado en el año que termina 766 millones en el despliegue de tropas españolas en el extranjero (Afganistán, El Líbano y las aguas del Índico), un 11% menos que el último Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, que invirtió 861 millones en 2011. Con el PSOE en el poder, España había duplicado desde 2004 los esfuerzos económicos en las operaciones militares internacionales, al pasar de los 380 millones empleados en ese ejercicio hasta los 787 millones de 2010 y los 861 citados en el pasado año.

El peso fundamental de las misiones internacionales lo llevan los militares, que aportan su esfuerzo en operaciones de combate y vigilancia, con su consiguiente coste en heridos y bajas mortales. Pero esas operaciones también tienen un precio en los fondos públicos que no había dejado de crecer en ocho años. Zapatero multiplicó por cuatro el despliegue de tropas españolas en la guerra de Afganistán, hasta los 1.600 soldados, para compensar la salida de Irak; impulsó y se destacó en la contribución a la misión de la ONU en la frontera entre El Líbano e Israel, y también encabezó con Francia la misión de la Unión Europea en la lucha contra la piratería en aguas del Índico (Somalia).

El resultado del citado esfuerzo militar en el exterior alcanzó sus cifras más altas, tanto en envío de tropas como en gasto, entre 2010 y 2011, con un total de 861 millones de euros. La decisión de Zapatero de dar apoyo en vigilancia aérea y naval a la intervención europea en la guerra civil desatada en Libia contra el régimen de Gadafi costó en 2011 un total de 94 millones de euros. Esa cantidad es justo el ahorro logrado en 2012 por el Gobierno de Rajoy en la factura total de las misiones en el exterior.

Los datos aportados ayer por el ministro de Defensa, Pedro Morenés, en la Comisión de Defensa del Congreso confirman que, de momento, el Gobierno tiene poco margen para hacer grandes ahorros en las tres principales operaciones militares en marcha: Afganistán, El Líbano y el Índico. En el primer caso sólo se ha reducido el coste en 7 millones de euros (de 450 en 2011 a 442 en 2012), mientras que en el segundo la rebaja es de 23 millones (de 196 a 173). La operación Atalanta costó este año más, hasta 139 millones, frente a los 96 de 2011.

La progresiva retirada de fuerzas en Afganistán, con plazos hasta 2014, tampoco reducirá significativamente la factura de la misión hasta el final de la misma, pues el repliegue tiene costes añadidos en logística, transporte aéreo, aumento de las medidas de seguridad y mayor potencia de fuego de las unidades. Por primera vez en los 11 años que va a cumplir la misión internacional contra las bases terroristas en ese país, las tropas españolas podrán contar con helicópteros de ataque a tierra, los ‘Tigre’ recién incorporados al Ejército de Tierra.

En El Líbano hay 661 militares españoles y el Gobierno tiene la esperanza de continuar con la reducción de fuerzas durante el próximo ejercicio. En los momentos de mayor despliegue, las tropas habían sumado hasta 1.000 soldados. La contribución a la vigilancia de la Blue Line, en la frontera con Israel, le costó al Estado español el pasado año 173,8 millones de euros. Los reembolsos de Naciones Unidas apenas cubren 19 millones de esa partida.

La operación Atalanta está dando grandes resultados. Permite la entrada y salida de Somalia de los barcos fletados por el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas y se han reducido en un 79 por ciento los ataques de los piratas a los mercantes y pesqueros en la zona. Desde el pasado 6 de diciembre y hasta abril del próximo año, el comandante de la fuerza de la UE en el mar es el contraalmirante español Pedro García de Paredes. La contribución costó 139 millones el pasado año y la misión va para largo.