Apretar los dientes, consigna del Gobierno hasta el Consejo Europeo del 22 de junio

El Gobierno ha cerrado su semana más negra frente a la crisis de la deuda, las dudas sobre el sistema financiero y los confusos mensajes de apoyos parciales o condicionados que han llegado desde Bruselas y Berlín. Los ministros multiplican sus viajes al exterior, Mariano Rajoy intenta transmitir tranquilidad en España, pero el acoso no cesa en los mercados ni llegan balones de oxígeno desde las instituciones de la UE. En las filas del PP cunde la preocupación. La consigna que reciben es aguantar y apretar los dientes. El Ejecutivo se la juega en el Consejo Europeo del 22 y 23 de junio y los resultados de las elecciones en Grecia del fin de semana anterior son también decisivos para aliviar o agravar la situación.

“Mariano está como es él, tranquilo; pero los que no estamos en el Gobierno no podemos estar más nerviosos porque la situación es catastrófica”. Así describe un destacado dirigente del Partido Popular su visión de la actitud del jefe del Ejecutivo en medio de la peor tormenta de la economía española desde el fin de la autarquía. Rajoy transmite tranquilidad y confianza en que su gabinete toma las decisiones correctas (reformas y recortes), “lo que hay que hacer”, pero como no surten efecto y nunca son suficientes para los mercados y la UE, nacen las dudas.

De la última reunión del comité ejecutivo del PP salieron todos sus miembros muy confortados con las palabras de Rajoy y decididos a predicar paciencia y cierre de filas ante la dificultad, pero después no ha habido noticia positiva alguna en toda la semana hasta los datos de ayer de la consulta en Irlanda a favor del pacto de estabilidad y los facilitados por Cristóbal Montoro después del Consejo de Ministros sobre la buena nueva de que por fin las comunidades autónomas empiezan a cumplir sus objetivos de reducción de déficit.

En el PP comentan que también Rajoy les repite que no se pueden esperar resultados a corto plazo de las principales reformas (laboral y reestructuración bancaria), pero les desconcierta que se agraven todos los problemas. Ya hay diputados que se preguntan si no se queda corto el Gobierno en sus recortes y otros, los más impacientes, que añaden que igual era preferible una intervención rápida de la UE si es que faltan medidas más drásticas que Rajoy no se atreve a tomar. Los parlamentarios más informados y próximos al equipo económico del Gobierno están muy solicitados. Confirman a sus compañeros que la situación es dramática, pero que no queda mucho margen de actuación antes de los próximos presupuestos. Sólo seguir con los planes de reformas pendientes, sobre todo la ley de unidad de mercado y la reforma de las administraciones públicas.

“Hay dinero hasta septiembre”

“Hay dinero hasta septiembre”, explicaba esta semana un destacado dirigente del Grupo Popular en diario contacto con los ministros económicos. Quitaba importancia al problema de Bankia, pero para apuntar que corre prisa entrar en las liberalizaciones de servicios, privatizaciones, ventas directas de patrimonio y más recortes de gasto en el sector público. Es la baza que le queda al Ejecutivo para las próximas semanas. De momento, sólo aspira a llegar al Consejo Europeo del 22-23 de junio sin traumas añadidos. Por eso se consagran los ministros económicos en dar la mejor imagen posible (austeridad, control del déficit e intervención decidida sobre el sistema bancario), para que la UE se anime a la ‘mutualización de la deuda’ y el apoyo a las entidades financieras con problemas sin que los Estados lo pidan. Hay que ablandar a Merkel.

En las dos próximas semanas ‘sólo’ hay que lograr entre 2.000 y 3.000 millones en los mercados, apuntan en fuentes gubernamentales. “Saldrá caro, pero se puede soportar”, añaden. Más problemas puede haber a partir del domingo 17 si del resultado de las elecciones en Grecia se deduce su salida del euro porque resulte de nuevo imposible que se forme un Gobierno dispuesto aplicar los compromisos con la UE. La reacción en cadena puede ser letal para los intereses de España, reconocen en los citados medios.

Ante ese calendario con España al borde del abismo de la intervención, el presidente no piensa cambiar de actitud ni de ritmo. “A Rajoy le gusta jugar al límite, aguantar y esperar. Cuenta con llegar hasta que le salve la campana, lo ha hecho siempre”. Así lo recuerda un veterano diputado del PP para recordar sus movimientos para convertirse en el sucesor de Aznar, para resistir en la presidencia del partido después de la derrota electoral de 2008 y para ganar los comicios de noviembre pasado. Ahora aplica esa táctica con la UE, Merkel, el BCE y el FMI. Al final tendrán que ayudar a España porque, como repite Montoro, “España es un país muy grande” y “los mercados”, los tenedores de la deuda y los socios europeos “querrán cobrar”.