Soraya deja en evidencia a Zaplana

Su designación generó dudas, y hubo quien opinó que le faltaba “colmillo” para sustituir a un peso pesado como Eduardo Zaplana. Pero en tan sólo un año de trabajo, Soraya Sáenz de Santamaría ha conseguido dejar en evidencia el trabajo parlamentario del ahora alto ejecutivo de Telefónica. En el tiempo que ha transcurrido de legislatura, el PP ha presentado en el Congreso 37 proposiciones de ley, 12 más que entre 2004 y 2008, época en que Zaplana ejerció de portavoz parlamentario.

Sáenz de Santamaría ha puesto a trabajar a su grupo parlamentario, que suma un total de 1.044 iniciativas en el último año, por las 2.790 de la pasada legislatura. Es decir, que si los populares mantienen esta tendencia, pueden llegar a duplicar en 2012 el número de propuestas presentadas ante la Cámara en el periodo 2004-2008.

Lo mismo sucede al comparar las proposiciones no de ley ante el Pleno del Congreso, 103 en el último año, por 222 de la pasada legislatura; y las proposiciones ante Comisión, 368 frente a 892. Cifras de las que se puede deducir que la actual dirección del Grupo Parlamentario Popular superará con creces la actividad de su antecesora.  

Pero el PP no sólo ha multiplicado su número de iniciativas, sino que ha recuperado el peso político suficiente como para que sean aprobadas en la Cámara. En los dos últimos meses, por primera vez desde que perdió el poder en 2004, los populares han demostrado que son capaces de llegar a acuerdos con otros grupos, especialmente con los nacionalistas. El regreso del PP al mapa parlamentario ha obligado al PSOE a modificar su orientación de voto en varias ocasiones para no quedarse aislado, así como a respaldar a regañadientes propuestas populares.  

Así ha sucedido con medidas sobre el sistema financiero español, la inclusión social de los discapacitados, la ampliación del “cheque-bebé”, los cambios en el tarifazo eléctrico, o las ayudas del Gobierno para que las administraciones locales reduzcan su morosidad. Precisamente, María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, se arrogó ayer la paternidad del plan anunciado por José Luis Rodríguez Zapatero para que las administraciones puedan saldar las deudas contraídas con empresas, a través de una línea ICO de 3.000 millones de euros.

El cambio de estilo de Rajoy

La intensificación del trabajo parlamentario se enmarca en el nuevo estilo de oposición que Mariano Rajoy ha imprimido al PP desde que salió derrotado por segunda vez de las urnas. El presidente popular se convenció de que su formación debía abandonar la imagen de partido duro y áspero, que siempre tenía un ‘no’ por respuesta en la oposición, y que el PSOE aprovechaba para alentar el miedo a la derecha, especialmente en comunidades como Cataluña. Rajoy cambió a Zaplana y Ángel Acebes por Sáenz de Santamaría y Cospedal, y se embarcó en una estrategia de carácter pragmático, destinada a recoger el voto de los desencantados que votaron a Zapatero en 2008.

En esta nueva estrategia, la labor del Grupo Parlamentario y el diálogo con otros partidos y organizaciones de la sociedad civil han sustituido a las grandes manifestaciones en la calle contra el Gobierno, por la nación española o en defensa de la familia, y a la judicialización de la acción del Ejecutivo. Una nueva táctica que ha recibido el aval de la victoria en Galicia, así como de las expectativas de triunfo en las próximas elecciones europeas.

El trabajo de Sáenz de Santamaría se ha visto beneficiado también por la falta de alianzas estables del PSOE, y por la velocidad con que se ha deteriorado la economía española. El resto de partidos políticos prefieren no retratarse junto a un Gobierno que afronta una grave recesión, y asumen con naturalidad las alternativas presentadas por el PP.  Una situación que ha redundado en beneficio del espectáculo parlamentario, ya que las votaciones ya no tienen a priori un claro ganador.