La semana más negra de Esperanza Aguirre

Una red de espías hurgando en su propio Gobierno. Nuevos obstáculos en su plan de asalto a Caja Madrid. Y, para terminar, golpe judicial a su decreto antitabaco. Esperanza Aguirre está viviendo su peor semana como presidenta de la Comunidad de Madrid, enredada en diferentes controversias que ponen en evidencia el hervidero de ambiciones y batallas internas que vive el Partido Popular madrileño.

Aguirre tuvo que recurrir ayer a todo su cuajo político para responder a los medios de comunicación sobre la investigación parapolicial a la que, según el diario El País, ha sido sometido su vicepresidente, Ignacio González. La presidenta madrileña no dudó en encabezar los llamamientos para que la justicia investigue estos supuestos seguimientos “ilegales”. Como había anunciado Aguirre, la Comunidad interpuso ayer una denuncia en el juzgado de guardia y González lo hizo a título personal ante la Fiscalía.  

La cabecera del grupo Prisa publicó ayer que González había sido espiado durante sus viajes públicos y privados al extranjero con el objetivo de atribuirle conductas delictivas. La información deduce que tales seguimientos se hicieron con la complicidad de personal vinculado a la Comunidad de Madrid, y continúa la noticia publicada el lunes, en la que se relata cómo Francisco Granados, consejero de Interior, tiene a su servicio a ex policías y ex guardias civiles para elaborar informes sobre tramas de corrupción.

La asociación entre ambas noticias resulta evidente y, aunque El País no señala a Granados como el cerebro del plan de espionaje a González, devuelve a la actualidad el comentado enfrentamiento que mantienen estos dos pesos pesados de Aguirre. Ambos acumulan cargos y poder a la sombra de la presidenta: Granados es secretario general del PP en Madrid y responsable de Presidencia, Justicia e Interior; mientras que González compatibiliza la vicepresidencia del Gobierno y el cargo de portavoz con la presidencia del Canal de Isabel II.

González también aparece en las crónicas de la pugna por Caja Madrid como el hombre de Aguirre para sustituir a Miguel Blesa al frente de la entidad. Pero la presidenta madrileña perdió, el pasado viernes, una importante batalla de esta larga guerra cuando Blesa, respaldado por Alberto Ruiz-Gallardón, logró que la Comisión de Control de la caja destituyera como presidente de este órgano a Pablo Abejas, infiltrado de Aguirre en la entidad. De este modo, Blesa, respaldado también por dos consejeros díscolos del PSOE, consiguió continuar con el actual proceso electoral, contrario a la nueva Ley de Cajas impulsada por Aguirre.

No obstante, la presidenta madrileña y su equipo no han cejado en su empeño de controlar la caja. La Comunidad sigue reconociendo a Abejas como presidente de la Comisión de Control y ayer suspendió temporalmente al representante de CCOO-IU, Juan Gómez Castañeda. Además, el titular de Economía del Gobierno madrileño, Antonio Beteta, advirtió a Blesa que el Ejecutivo tiene competencias administrativas y sancionadoras para obligarle a cumplir la nueva Ley de Cajas.

Decreto antitabaco

La última mala noticia para Aguirre llegó ayer del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que anuló el decreto con el que la presidenta de la Comunidad trataba de oponerse a la ley antitabaco del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El Ministerio de Sanidad, la asociación Nofumadores.org y la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recurrieron contra la normativa madrileña, que permitía fumar en cafeterías de más de 100 metros cuadrados ubicadas en centros de trabajo; o que autorizaba espacios para fumadores en cualquier establecimiento, sin importar su tamaño.

Ahora los tribunales han tomado en cuenta el argumento de la OCU, que considera nulo el decreto, ya que el Gobierno madrileño no contó con un informe del Consejo de Consumo de la Comunidad. Aunque este último puede considerarse un revés menor para Aguirre, que está pasando por una de las semanas más agitadas de su mandato desde que amagó con disputar a Mariano Rajoy la presidencia del PP.