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El Ibex sufre en junio su mayor castigo desde el 'capotazo' de Draghi
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ACUMULA UNA CAÍDA DEL 5% EN 2013

El Ibex sufre en junio su mayor castigo desde el 'capotazo' de Draghi

Junio ya es historia en los mercados financieros. Menos mal, pensarán muchos inversores, porque el último mes ha evolucionado a golpe de inestabilidad con dos principales

Junio ya es historia en los mercados financieros. Menos mal, pensarán muchos inversores, porque el último mes ha evolucionado a golpe de inestabilidad con dos principales focos de atención. Por un lado, la Reserva Federal (Fed) y sus intenciones de ir retirando los estímulos monetarios en los próximos meses. Y por otro, China y las restricciones de liquidez que ha sufrido el sistema financiero del país. En unos mercados que han navegado en los últimos años en un océano de liquidez, este cambio de rumbo ha sobresaltado a los inversores, que han contenido su apetito por el riesgo para dar paso a una estrategia más defensiva a la espera de acontecimientos. 

Este viraje ha golpeado con dureza a las bolsas. En el caso del Ibex 35, pese a haber subido un 0,8% en la última semana, ha cerrado junio con un descenso del 6,7%, el mayor desde mayo de 2012. Es decir, desde antes de que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, saliera al quite en la crisis de la deuda soberana al comprometerse a "hacer lo que sea necesario" para salvar el euro. Estos números rojos provocan a su vez que termine el primer semestre con una caída del 5% y que camine por debajo de los 7.800 puntos; en concreto, en los 7.762,7 puntos. Para las próximas semanas, los analistas juzgan clave que no pierda el nivel de los 7.500 puntos. 

En el lado de los descensos, la peor parte, tanto de la última semana como del mes, se la ha llevado Banco Popular, que ha bajado un 7% en el conjunto de los cinco últimos días y un 27% en todo junio. CaixaBank, Abengoa y Acciona han descendido un 15% en el último mes. Confirmando el castigo que ha sufrido el sector financiero, BBVA, Santander y Sabadell han caído entre un 11 y un 12,5%. Pero también ha habido espacio para las compras. Y tres de los integrantes del Ibex, Sacyr, Mediaset y Jazztel han registrado avances comprendidos entre el 10 y el 12,5%. 

En otros parqués, las ventas también se han impuesto con fuerza. Sobre todo en el FTSE Mib italiano, donde los descensos han alcanzado el 11,% en junio, mientras que el Dax alemán y el Cac 40 han caído un 4,7% y un 5,3%, respectivamente. Los descensos han sido mucho menos acusados en Wall Street con recortes que han rondado el 1% en el Dow Jones y el S&P 500. 

Fuerte corrección en la deuda pública 

El repliegue del apetito por el riesgo auspiciado por China y la Fed ha dejado una profunda huella en la deuda pública. Las ventas han sido considerables, con el consiguiente repunte de los rendimientos, que suben cuando el precio de los títulos baja. Además, esta vez no ha habido distinción entre países más solventes y menos solventes; las ventas han resultado generalizadas. 

En el caso español, la rentabilidad de los bonos a 10 años se ha disparado del 4,44 al 4,77%, aunque en los momentos de mayor tensión ha llegado a escalar hasta el 5,13%. El precio de la deuda española ha caído, por tanto, por segundo mes consecutivo, algo que no ocurría desde el lanzamiento del programa de compra de bonos (OMT) por parte del Banco Central Europeo en septiembre de 2012. 

A su rebufo, la prima de riesgo española, que mide la diferencia entre esa rentabilidad y la de los bonos alemanes a 10 años, se ha ampliado de los 293 a los 304 puntos básicos. Y si no ha ido más allá se ha debido a que la deuda alemana también ha sufrido lo suyo. El interés del bund ha aumentado del 1,50 al 1,73%, con momentos en los que ha superado el 1,8%, algo que no ocurría desde marzo de 2012. 

Al igual que los bonos alemanes, los estadounidenses han recibido su correspondiente ración de ventas. Como consecuencia, el rendimiento de los bonos a 10 años ha llegado a estar por encima del 2,6%, algo que no ocurría desde el verano de 2011, aunque finalmente ha despedido el mes en torno al 2,52%. 

Pese a la corrección de las últimas semanas, el balance en lo que va de año sigue siendo claramente favorable para la deuda española, puesto que el interés de los bonos están claramente por debajo del 5,26% al que cerró 2012. Y, sobre todo, continúa muy alejado del 6,32% al que despidió junio de 2012. Y lo mismo ocurre con la prima de riesgo, que está por debajo de los 395 puntos básicos de finales de 2012 y de los 475 puntos de junio de 2012. 

Aunque para pinchazo, el del oro, que ha prolongado a junio el mal momento que le acompaña desde el último trimestre de 2012. El metal precioso ha caído en ocho de los nueve últimos meses, aunque ninguno de esos descensos fue similar al sufrido este mes. En junio ha retrocedido un 12,5%, su mayor desplome mensual desde octubre de 2008, y se ha hundido hasta los 1.215 dólares, el precio más bajo desde agosto de 2010. En lo que va de año, acumula una caída del 27,5%

Mucha más capacidad de resistencia ha mostrado el petróleo. El barril Brent, de referencia en Europa, ha subido en junio un 2%, hasta los 103 dólares, mientras que el estadounidense WTI se ha encarecido un 5,5%, hasta los 97,2 dólares. 

En el mercado de divisas, ha habido dos meses en uno. El euro se apreció con fuerza en la primera mitad de junio y escaló hasta los 1,34 dólares. Luego, en cuanto la Fed definió su calendario para ir retirando los estímulos en los próximos meses, el billete verde reaccionó con fuerza, hasta cerrar el mes en torno a los 1,30 dólares. 

Junio ya es historia en los mercados financieros. Menos mal, pensarán muchos inversores, porque el último mes ha evolucionado a golpe de inestabilidad con dos principales focos de atención. Por un lado, la Reserva Federal (Fed) y sus intenciones de ir retirando los estímulos monetarios en los próximos meses. Y por otro, China y las restricciones de liquidez que ha sufrido el sistema financiero del país. En unos mercados que han navegado en los últimos años en un océano de liquidez, este cambio de rumbo ha sobresaltado a los inversores, que han contenido su apetito por el riesgo para dar paso a una estrategia más defensiva a la espera de acontecimientos.