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El automóvil toca fondo y pide por primera vez al Gobierno dinero para formación
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NEGOCIA CON BAÑEZ EL ACCESO A LAS SUBVENCIONES

El automóvil toca fondo y pide por primera vez al Gobierno dinero para formación

Los fabricantes de coches tendrán problemas este año para vender 750.000 vehículos, una cifra que en todo caso sitúa a España lejos de las grandes industrias continentales

Foto: El automóvil toca fondo y pide por primera vez al Gobierno dinero para formación
El automóvil toca fondo y pide por primera vez al Gobierno dinero para formación

Los fabricantes de coches tendrán problemas este año para vender 750.000 vehículos, una cifra que en todo caso sitúa a España lejos de las grandes industrias continentales y al nivel de países como Marruecos, Bélgica u Holanda. En pleno ajuste presupuestario del Estado y sin planes E o renove en el horizonte que incentiven la demanda, la patronal Anfac busca cualquier inyección de fondos que alivie los balances de sus asociados. Al punto que negocia con el Ministerio de Empleo y Seguridad Social que sus empresas entren por primera vez en el reparto del dinero para formación, unas subvenciones canalizadas hasta ahora de forma casi exclusiva por CEOE y sindicatos.

“Las empresas gastan 75 millones en formación” aseguraba ayer Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de los fabricantes, durante la presentación de la Memoria Anual de la asociación. Una factura que aspiran ahora a ahorrarse, al menos en parte. Fuentes de Anfac precisaron que la reforma laboral recientemente aprobada por el Gobierno del Partido Popular abre la puerta a que entidades más allá de la patronal y las centrales sindicales puedan gestionar esos fondos. Y explican que son las propias empresas del sector las que mejor pueden proporcionar una “formación específica y concreta” a sus empleados. “De hecho, ya lo están haciendo”, zanjan.

Hasta la puesta en marcha del Real Decreto 3/2012, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral, la legislación limitaba el diseño y planificación de la formación profesional para el empleo a “las organizaciones empresariales y sindicales más representativas”. El nuevo texto legal amplía los beneficiarios a “centros y entidades de formación debidamente acreditados”. Un cambio al que se aferran los fabricantes de vehículos para justificar un nuevo estatus en el reparto de los fondos, que ya negocian con el departamento de Fátima Bañez. “En los últimos seis años hemos invertido 441 millones y apenas hemos recuperado 35 vía bonificación a las cotizaciones sociales”, se lamentan.  

La crisis ha tratado razonablemente bien a los fondos para formación que destina el Ejecutivo. Según los últimos datos de la Fundación Tripartita (entidad cuyo patronato acoge a Gobierno, patronal y sindicatos), el presupuesto destinado a formar personas ocupadas en el año 2011 alcanzó la cifra de 1.430,67 millones de euros, apenas el 4,3% menos que el año anterior. Nada menos que el 83% de esta cuantía sale de la cuota para formación profesional que recauda la propia Seguridad Social. Una vía más agradecida que las bonificaciones a las cotizaciones, cuya cuantía disponible en 2011 se situó en 518,5 millones de euros.

“Porque no me arranca el que tengo”

La nueva iniciativa de los fabricantes enlaza con la debilidad de las matriculaciones, que no alcanzan ni la mitad de las registradas en 2007. Un drama que Armero escenifica con una anécdota. “Cualquier marca de nivel medio-alto tiene un listado de razones por las que una persona cambia de coche. La primera ha pasado a ser ‘porque no me arranca el que tengo’”, ironizó. Un retroceso imparable que ha hecho que la alimentación haya rebasado al automóvil como primer sector exportador. “Es triste para automóvil que las exportaciones hayan caído un 20%. Y no hay nada que indique que la tendencia se pueda revertir”, subrayó el ejecutivo.

¿Tiene sentido plantearse cómo revitalizar la automoción con la banca y el país al borde del rescate? “Hay restricciones presupuestarias y otras prioridades, pero lo urgente no debe evitar que nos ocupemos de lo importante”, dijo Armero. Aránzazu Mur, responsable económica de la asociación, insistió en que, aunque hay más de cinco millones de parados, también hay “17 millones de personas ocupadas que están dejando envejecer su coche y dejando de comprar”. En roman paladino, existen clientes potenciales que prefieren esperar por falta de confianza. “Es que incluso la demanda está por debajo de lo que debiera. Es una demanda retenida que en algún momento explotará”, vaticinó.

La consecuencia inmediata de las pocas ventas es el inquietante incremento de la edad del parque automovilístico. De hecho, el 50% de los coches tendrán más de 10 años en 2015 a este ritmo de ventas. Y es que el porcentaje de turismos que superan ese umbral no ha dejado de crecer, sobre todo en los años de crisis. Sin ir más lejos, la cuota alcanzaba el 31,5% de los coches en 2007. Cuatro años más tarde, en 2010, la tasa ya se situaba en el 36,5%. España camina hacia el parque más viejo de su historia y uno de los más viejos de Europa. Y las cuentas salen: los altos volúmenes de matriculación desde 1998 provocan que cada año un millón de coches superen la década de antigüedad.

Los fabricantes de coches tendrán problemas este año para vender 750.000 vehículos, una cifra que en todo caso sitúa a España lejos de las grandes industrias continentales y al nivel de países como Marruecos, Bélgica u Holanda. En pleno ajuste presupuestario del Estado y sin planes E o renove en el horizonte que incentiven la demanda, la patronal Anfac busca cualquier inyección de fondos que alivie los balances de sus asociados. Al punto que negocia con el Ministerio de Empleo y Seguridad Social que sus empresas entren por primera vez en el reparto del dinero para formación, unas subvenciones canalizadas hasta ahora de forma casi exclusiva por CEOE y sindicatos.