La decisión de Corretja de dejar fuera a Feliciano sigue pasando factura al equipo de la Davis

El tenis español puede presumir de contar con cinco Copa Davis desde el año 2000, momento en el que se inauguró la cuenta después de tres finales perdidas a manos del equipo australiano. Ningún equipo puede presumir de semejante palmarés en las últimas décadas. Sin embargo una derrota en territorio enemigo, a manos del equipo de la República Checa, ha causado diferencias y ampollas entre algunos de los integrantes del equipo con el foco puesto en el capitán Alex Corretja y Feliciano López, el veterano del grupo, que tras lo sucedido en Praga han roto relaciones. Durante los últimos cuatro días en la capital checa, no se han dirigido la palabra y tan solo se han comunicado vía Prensa y Twitter.

La historia no termina en la ausencia de Feliciano López entre los cuatro elegidos para disputar la final. El problema da un paso hacia adelante cuando resulta que el mánager del tenista es Iván Corretja, hermano del capitán y persona también muy vinculada a la carrera del hoy capitán del equipo de la Davis. El panorama no es sencillo y se mezclan asuntos deportivos como otros de índole personal. De hecho, uno de los más afectados por la derrota a la hora del regreso a Barcelona era Iván porque sabía que a partir de ese momento podían suceder movimientos de todo tipo.

La decisión de Corretja, la de prescindir de Feliciano López, no fue nada sencilla de adoptar. Su idea era romper la pareja que esa misma semana se había proclamado campeona del Máster, para poder jugar con la presencia de tres jugadores que podrían participar en el individual: Ferrer, Almagro y Feliciano. El descartado iba a ser Marc López, jugador muy unido a Rafa Nadal, causante en cierta manera de su explosión como jugador de dobles por su insistencia en compartir pista con él en algunos torneos. Opción, descartada. La sombra del número uno español es muy alargada y Corretja se inclinó por mantener la calma. También tuvo en cuenta el carácter impopular que podría tener prescindir de la, en teoría, mejor pareja del momento pero con un rendimiento en entredicho en la Davis, tal y como demuestran sus tres derrotas por una sola victoria ante Kazajistán.

El otro posible descarte era Nicolás Almagro, pero el ránking (número 11 del mundo) y su inmaculado año en la Copa Davis, llevaron al capitán a inclinar la balanza de su lado por fidelidad. Además, su ausencia hubiera significado un problema por su especial y fuerte carácter. Ante este panorama, Corretja sopesó pros y contras y se inclinó por dar continuidad al equipo, traicionando lo dicho en su momento a Feliciano al que le invitó a ir a Londres a entrenarse como preludio a su elección como tercer hombre de la final, algo que nunca llegó.

El futuro del capitán, tiene un año más de contrato, parece incierto. El proceso electoral ya abierto en la presidencia de la Federación de Tenis juega a favor de su continuidad. Además, la cercanía de la primera eliminatoria de la Davis, primeros días de febrero, invita a pensar en la continuidad de Corretja. El director deportivo, Albert Costa, confía en el capitán.