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Fracaso de Rafa Nadal en Wimbledon: Rosol demuestra que el más grande no es invencible
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EL DE MANACOR LLEGABA A LONDRES COMO MÁXIMO FAVORITO TRAS LA HAZAÑA DE ROLAND GARROS

Fracaso de Rafa Nadal en Wimbledon: Rosol demuestra que el más grande no es invencible

Las apuestas se desplomaron. Los pronósticos cayeron de golpe. Las esperanzas desaparecieron. Rafa Nadal daba la campanada en Wimbledon y no como se imaginan. El número

Foto: Fracaso de Rafa Nadal en Wimbledon: Rosol demuestra que el más grande no es invencible
Fracaso de Rafa Nadal en Wimbledon: Rosol demuestra que el más grande no es invencible

Las apuestas se desplomaron. Los pronósticos cayeron de golpe. Las esperanzas desaparecieron. Rafa Nadal daba la campanada en Wimbledon y no como se imaginan. El número dos del mundo caía derrotado ante el jugador que ocupa el puesto número cien en el ránking de la ATP. Sorpresa mayúscula. Nadie daba crédito a lo vivido este jueves por la noche en Wimbledon. La última vez que Rafa Nadal caía en la segunda ronda de un Grand Slam corría el año 2005. El escenario era el mismo, la verde hierba londinense.

Rafa Nadal llegaba a Wimbledon en su mejor momento. La moral por las nubes, su juego imparable. El mallorquín aterrizaba en Londres tras una corta participación en Halle como parte de su preparación para la temporada de hierba y con el último capítulo escrito en la historia del tenis aún fresco en el recuerdo. Nadal se había proclamado campeón de Roland Garros ante su bestia negra que ya no lo era tanto, Novak Djokovic. Era la séptima vez que Rafa levantaba la ‘copa de los mosqueteros’. Nadie había conseguido la hazaña hasta el momento. El de Manacor volvía a dejar a todo el planeta con la boca abierta. Antes de conquistar la tierra batida de París, pasó por Roma. En la ciudad eterna también llegó hasta la última fase y allí le esperaba el número uno. Fue entonces cuando Rafa sacó su mejor versión en cuanto a juego y físico y derrotó a Djokovic. Era el primer paso para empezar a minar la moral al tenista que consiguió derrotarle en seis finales la temporada pasada. Nadal volvía a creer en sí mismo con más fuerza que nunca. Novak no era invencible. Ahora ha comprobado que él tampoco lo es.

Montecarlo, su segunda casa, y el Conde Godó sirvieron para que Rafa fuera cogiendo fuerza mental, su principal baza. Su juego iba mejorando, seguía una línea ascendente y su moral se veía reforzada. Atrás quedaba la polémica con la pista azul de Madrid, Miami, las semifinales de Indian Wells o la agónica final de Australia frente a Djokovic tras un inicio de temporada en el que cambió su raqueta para potenciar los puntos débiles de su juego. Las apuestas le daban como favorito y el cuadro de juego estaba de su parte: iba por el lado opuesto a Federer y Djokovic. Todos soñaban con una hipotética final en la que el español estaría presente en la Centre Court y se batiría con el suizo o con el serbio. Las hipótesis no se cumplirán porque Lukas Rosol (número cien del mundo) derrotó al gran Rafa Nadal. El checo no conocía la victoria en Wimbledon hasta que en la primera ronda se deshizo de Ivan Dodig y después repitió con el español al que le comió la moral en los cinco sets de juego. Lo cierto es que Nadal saltó a la hierba sin las dudas mostradas ante Bellucci pero no fue suficiente, Rosol supo doblegarle y aunque intentó la remontada en el cuarto set, el parón puso la puntilla al mallorquín.

“Estoy decepcionado. No voy a poner excusas. Varias cosas no salieron bien”. Rafa Nadal se mostraba sincero después de su sorprendente derrota y al mismo tiempo aseguraba que no entendía “por qué se tiene que cubrir la pista. La luz natural se acaba pero, ¿la artificial no se puede poner sin cubrir? Me parece lo más lógico, jugar con luz artificial y no tener que esperar los 45 minutos. Con el techo descubierto iba perdiendo dos sets a uno. No quiero buscar razones extradeportivas a lo que ha sido una derrota. No es el momento adecuado para decir lo que ha pasado ahí fuera porque sonará a excusa y no quiero poner excusas tras un partido como este”. El español supo reconocer el buen juego desplegado por su contrincante: “En el quinto set jugó de manera increíble y en los tres primeros yo no estuve a la altura. Las pocas opciones que he podido tener no las he jugado como se tienen que jugar para pasar de ronda en un torneo como este que se decide por detalles muy pequeños. En otras superficies es más fácil corregir partidos pero aquí pasa todo tan rápido que se puede decidir muy poco. No fue la mejor decisión esperar al cierre de la pista pero tuve que aceptarlo. Cuando llegó el momento, él volvió a jugar increíble. Estaba capacitado para golpear a la pelota con mucha fuerza, sin presión y todo le fue bien”. 

Los JJOO el siguiente objetivo… también sobre hierba

Las apuestas se desplomaron. Los pronósticos cayeron de golpe. Las esperanzas desaparecieron. Rafa Nadal daba la campanada en Wimbledon y no como se imaginan. El número dos del mundo caía derrotado ante el jugador que ocupa el puesto número cien en el ránking de la ATP. Sorpresa mayúscula. Nadie daba crédito a lo vivido este jueves por la noche en Wimbledon. La última vez que Rafa Nadal caía en la segunda ronda de un Grand Slam corría el año 2005. El escenario era el mismo, la verde hierba londinense.

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