Lorenzo consigue la 'pole' en Qatar y aguanta el primer mosqueo de Rossi

No se van a dejar pasar ni una. El campeonato del mundo de motociclismo de esta temporada va a ser una batalla deportiva, pero también psicológica. Se van a suceder los malos modos, los reproches y las situaciones de riesgo. El primer pique, de Rossi con Lorenzo, llegó antes incluso de la clasificación. Cuando el tiempo era absolutamente irrelevante. Y fue solo el comienzo, los dos pilotos no van a dejar un milímetro de la realidad libre en el que no puedan enfrentarse

Rossi estaba tomando una curva con normalidad cuando se encontró a Lorenzo por su interior. El italiano saltó como un resorte, miró quién era y empiezó a agitar la mano con insistencia. Cuando terminó la vuelta ambos discutieron, no le ha gustado el movimiento de su compañero de equipo -¡quién lo diría!-. Rossi le reprochaba que le quitaba el trazado bueno cuando él iba muy lento, pues acababa de salir de boxes. Una cuestión menor en todo caso que fue la primera chispa de las muchas que se esperan para esta temporada.

Puede que la queja sea razonable, que Lorenzo no tuviese que estar ahí en ese momento. Pero también es evidente que la reacción está muy por encima del daño. No era más que una probatura, un test para probar la moto sin consecuencias reales. Todo da igual, la temporada, si no cambia mucho la película, va a ser un constante suceder de reproches.

A vueltas con el contrato de Rossi

Y eso se pudo ver despues, cuando las motos ya estaban en el garaje y tocaba el turno de las declaraciones. Fue a cuenta la renovación por dos años de Rossi por Yamaha, el equipo en el que ambos compiten y que actualmente ofrece a sus pilotos la mejor máquina de la competición. Abrió la veda Lorenzo, que al ser preguntado no dudó en minusvalorar las opciones de su compeñero. "Valentino ha hecho bien, porque no tenía otras opciones; yo estoy en otra situación, soy el actual campeón y por mi pasado tengo más opciones que él y puedo esperar", manfiestó Lorenzo, que nunca fue afecto a la diplomacia.

Rossi, que lleva meses mohino y con ganas de guerra tardó poco en contestar. Se aprovechó de que, como él, Lorenzo también tiene que renovar su contrato y le sugirió una opción que él hizo en el pasado: marcharse a Ducati. También descartó la opción de que el español tome esa vía, pero no lo hizo con mucho tacto. "Para mí, para irse a Ducati hay que tener mucho valor. Hay que tener cojones para cambiar de moto. Por lo tanto, para mí, al final Jorge se queda. No me pide consejos", declaró Rossi, dejando caer que a su rival no le sobra valentía para un reto incierto como sería cambiar de montura.

El enfado de Rossi no se queda solo en los pilotos, tampoco está muy contento con la organización a la que le recuerda con frecuencia -y bien lo saben ellos- que una parte importante de la popularidad del motociclismo está ligada a su figura: "Si estoy contento yo, estará contento Ezpeleta porque hay muchísimos tifosi que me siguen y también siguen a MotoGP. Si son fanáticos de MotoGP también es por mérito mío. Yo estoy contento".

Rossi dice, y no sin razón, que el piloto que un día pareció desaparecido ha demostrado en los últimos tiempos que sigue siendo competitivo. El año pasado no ganó el mundial, pero cerca estuvo de hacerlo. "En 2013 gané una carrera y fui cuarto. Así habría dicho: 'así no vale la pena'. Pero en los dos últimos años he sido subcampeón. Fui más competitivo. Gané seis carreras, que no son muchas ni pocas, pero me divertí un montón", explica el italiano. Y, ya por el simple hecho de liar la madeja, apunta a Márquez, que no es de su equipo, como favorito en la carrera en Losail.

En lo deportivo las cosas no le fueron bien a Rossi, más bien al contrario. El piloto italiano dará espectáculo, pero en la primera clasificación de la temporada no fue capaz de seguir la estela de su compañero de equipo. Agitar las manos y negar repetidamente con la cabeza, en este sábado en Losail, le fue mejor que alcanzar a sus rivales. Y su mayor problema no es que no estuviese a la altura de Lorenzo, es que tampoco consiguió imponerse a Márquez, Viñales o Iannone. Rossi, que por la mañana anunció su renovación de contrato con Yamaha, necesitará mucho más si quiere que esta temporada 2016 se recuerde por lo deportivo y no por los aspavientos.

Ese problema no lo tiene el actual campeón del mundo, Jorge Lorenzo, que demostró en la primera prueba de fuego por qué llega al campeonato con la vitola de favorito. Han sido unas pocas vueltas, nada más que una toma de contacto, pero el balear demostró que sigue siendo un excelente piloto encaramado a la mejor montura del campeonato. El 1:54.5 en el que hizo el giro de Losail fue el mejor de todos los presentes, y lo hizo casi cuando empezaba la sesión de clasificación. Le dio también para quitarle una marca a Rossi, que superó a su archienemigo como el piloto con más 'poles' de todos los tiempos..

Entre sus rivales estará Marc Márquez, uno de los mayores prodigios que ha visto el motociclismo en los últimos años y que también estaba en medio de la ya histórica trifulca en el Gran Premio de Singapur del pasado año. El de Cervera va en la Honda, que el año pasado no compitió a la altura de Yamaha pero ha dado buenas sensaciones en la pretemporada. El proceso de afinar una moto lleva su tiempo, por lo que no es descartable que Márquez, con todo su talento, sea el mayor desafío que se vaya a encontrar Lorenzo para revalidar su título mundial. Sería, en cualquier caso, una lucha de gigantes.

La sorpresa Viñales

La sorpresa positiva del día la protagonizó Maverick Viñales. Venía avisando en la pretemporada, en la que ha demostrado que es un piloto muy rápido y con posibilidades de dar sustos a los gallos de la categoría. Cerró la primera línea, los puestos de privilegio fueron copados por pilotos españoles. El campeonato en la máxima cilindrada empieza muy bien para el motociclismo nacional. Aunque solo es el primer paso del inicio de un campeonato muy largo. Viñales se puso delante de Iannone, del que se esperaba más aunque solo sea porque su Ducati es la moto con mejor aceleración y velocidad punta del mundial. La potencia de la máquina, que es verificable, falla cuando hay que armonizarlo todo en más tiempo. A los italianos no les sirvió siquiera buscar el rebufo de Maverick para sacar mejor tiempo, pero no les sirvió de mucho, Viñales está pletórico.

Como también falló se quedó con la miel en los labios Rossi, un piloto que el pasado año tuvo una oportunidad de hacer historia en el motociclismo una vez más pero que se quedó descompuesto en la puerta del altar y no lo supo asimilar bien. La patada de Singapur, las frases de Valencia, una pretemporada jalonada de recuerdos a sus dos rivales españoles... son muchas las cuestiones por las que el italiano no termina de asentarse. Necesita más, recordar que su poder no está en sus palabras sino en sus manos y en su intensa y fructífera relación con la velocidad, esa que le ha llevado a ser uno de los mejores pilotos de todos los tiempos. Si no el mejor. A su lado estará Dovizioso, en una segunda línea completeamente italiana.

Moto GP es el campeonato estrella, y el divertimento es evidente, por lo que pase en la pista, por la igualdad de los últimos años y porque el pique entre los favoritos es un aliciente más. Por si hubiese poco con eso, otra figura, Casey Stoner, se deja querer. Dejó las motos hastiado, o eso dijo, pero ahora se lo plantea de otro modo. Está de probador en Ducati y coqueteando con la idea de volver a competir. El australiano es dos veces campeón del mundo, por lo que su entrada en la parrilla cambiaría el reparto de fuerzas y dejaría el campeonato aún más abierto. No es probable, los expertos apuntan a que Stoner está jugando más que otra cosa.