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Neymar espera coronarse en la final donde debía estar España
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BRASIL Y MÉXICO SE DISPUTAN EL ORO OLÍMPICO EN WEMBLEY

Neymar espera coronarse en la final donde debía estar España

Esta vez sí. Brasil ha estado a la altura de su prestigio y luchará esta tarde (16.00 horas) por coronarse campeón olímpico en fútbol ante la

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Neymar espera coronarse en la final donde debía estar España

Esta vez sí. Brasil ha estado a la altura de su prestigio y luchará esta tarde (16.00 horas) por coronarse campeón olímpico en fútbol ante la selección de México. Pentacampeona del Mundo y con ocho entorchados continentales a sus espaldas, la canarinha opta a sumar a su impresionante palmarés el único título que no luce en sus vitrinas: un oro olímpico que cerraría el círculo virtuoso brasileño. Hasta ahora siempre se quedó a las puertas. Fue en Los Angeles'84 (2-0 contra Francia) y Seúl'88 (2-1 ante la Unión Soviética), donde cosecharon dos platas con sabor a fracaso. Dos frustraciones que esperan que no sean tres. 

Nada que ver con España, la gran ausente de esta final. Pocos esperaban otra cosa que no fuera un duelo entre españoles y brasileños esta tarde en Wembley. Así se había anunciado en el cartel previo a Londres. Pero la realidad negó a una España autocomplaciente y desafortunada. Dos derrotas y un empate después, los de Milla hicieron las maletas tras protagonizar el más rotundo fracaso de la delegación española y poniendo en duda el prestigio de esta joven generación de futbolistas que sólo un año antes había conquistado el Europeo sub 21 de manera brillante. Como castigo, hoy tendrán que ver a Neymar y compañía por la televisión. Si aún les quedan ganas.

 

Con el debido respeto a México, los focos de la final apuntan a Neymar, el último genio de la prolífica cantera brasileña. La Catedral, como así bautizó a Wembley Pelé, el más grande de los futbolistas brasileño, espera la coronación de este joven por el que pelean Barcelona y Real Madrid. Un talento desbordante que sueña con desbancar a Messi del trono mundial. Tarea harto complicada, pero que pasa por confirmar en finales como la de hoy que más allá de sus filigranas, en sus piernas hay un futbolista de fuste. La presencia de España a buen seguro que habría ayudado a dimensionar aún más su figura, pero Neymar se tendrá que conformar con reinar ante México, equipo invicto en el torneo como el brasileño.

Claro que Brasil no sólo vive de Neymar, estrella indiscutible. El jugador del Santos está siendo secundado por un brillante Leandro Damiao, que llega a la finalísima como el máximo goleador con seis tantos, así como por Lucas Moura, Hulk, Pato o el propio Marcelo.

México, de tapado

La pléyade de estrellas brasileñas, sin embargo, no intimida a México. La ‘Tri’ llega a la final baqueteada en unos sufridos cuartos ante Senegal, donde precisó de la prórroga, y en unas exigentes semifinales frente a Japón. La final, por tanto, es un premio no una obligación lo que les libera de la presión y les convierte en un rival más peligroso. Y eso que México echará de menos a su estrella Gio do Santos. Una inoportuna lesión ha dejado fuera de concurso al ex del Barça. Neymar sabe bien que es un punto a su favor: “Es una pena para México porque es uno de los mejores jugadores del mundo”. Una valoración exagerada, pero que remarca la importancia de su ausencia. Veremos si es así.     

Alineaciones probables:

Brasil: Gabriel; Rafael, Thiago Silva, Juan, Marcelo; Rómulo, Sandro, Alex Sandro; Oscar, Neymar; y Leandro Damiao.

México: Corona; Israel Jiménez, Mier, Reyes, Chávez; Aquino, Salcido, Enríquez, Raúl Jiménez; Fabián y Peralta.

Árbitro: Mark Clattenburg (GBR).

Campo: Wembley.

Hora: 16:00. 

Esta vez sí. Brasil ha estado a la altura de su prestigio y luchará esta tarde (16.00 horas) por coronarse campeón olímpico en fútbol ante la selección de México. Pentacampeona del Mundo y con ocho entorchados continentales a sus espaldas, la canarinha opta a sumar a su impresionante palmarés el único título que no luce en sus vitrinas: un oro olímpico que cerraría el círculo virtuoso brasileño. Hasta ahora siempre se quedó a las puertas. Fue en Los Angeles'84 (2-0 contra Francia) y Seúl'88 (2-1 ante la Unión Soviética), donde cosecharon dos platas con sabor a fracaso. Dos frustraciones que esperan que no sean tres. 

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