Vilanova no consiente que la debacle de Múnich ensombrezca la Liga

Ganar en San Mamés y que el Atlético de Madrid se imponga en el derbi del Calderón al Real Madrid. Esta es la fórmula que permitiría al Barcelona conquistar su vigésimo segundo título de Liga, el primero de la era post Guardiola y el cuarto del último lustro. Lo de San Mamés parece factible, lo del Calderón se antoja un poco más complicado: el equipo rojiblanco no gana al Madrid en su campo desde la temporada 1998-99, cuando se impuso con un rotundo 3-1 para sellar la permanencia ante el eterno rival. Desde entonces, un erial.  En cualquier caso, a las diez de la noche, siempre que el Barcelona cumpla en La Catedral, saldremos de dudas.

Quizá porque hace demasiado tiempo que Real Madrid y Atlético de Madrid arrojaron la toalla, el título de Liga parece un bien menor para el Barcelona, más tras dolorosa derrota en Múnich. Tito Vilanova, que ayer se reencontraba con la prensa 98 días, se niega a restar mérito a una competición que “ha costado tanto” y que es “una de las más importantes”. De ahí que el técnico no quiera demora, por más tengan que celebrar el campeonato en el avión de vuelta a Barcelona: “Quiero ser campeón ya”.

El entrenador del Barcelona, que medita si hacer rotaciones pensando en el partido de vuelta en el Camp Nou del próximo martes ante el Bayern Múnich, recalcó la importancia del título sobre todo cuando “el Real Madrid hizo el año pasado una Liga de récord”. El mérito para el técnico es doble si se tiene en cuenta que  será “el cuarto título en cinco años”. Excepcional, sin duda, sobre todo después del duro revés que para él y el equipo ha supuesto su recaída en un cáncer que le ha tenido lejos del banquillo y bajo un duro tratamiento durante casi tres meses. La Liga será toda una recompensa al dolor sufrido.

Lo cierto, en cualquier caso, es que el 4-0 ante el Bayern ensombrecerá el merecido título de Liga. No tanto por lo que significa, quedarse en puertas de otra final de Champions, si no por la forma. El Barcelona pareció un juguete en manos de un equipo alemán demoledor en lo físico y en lo táctico. Con todo y lejos de la maquinaria de marketing que el Real Madrid emplea en estos casos, el Barcelona y Tito no renuncian a nada. En juego está el prestigio del que todos han concluido en tildar el mejor equipo del último lustro: “Vamos a intentar la remontada. Sabemos que será muy complicado, no se ha dado nunca en la Champions, pero es nuestro deber intentarlo por este equipo y por la afición”.

La duda, por último, está en saber si Vilanova se despide del césped de San Mamés con su mejor once o si por el contrario reserva futbolistas pensando en una hipotética remontada ante el Bayern, tarea titánica vista la exuberancia alemana. Atención especial habrá que poner en Leo Messi. El argentino, pese a insistir en que está recuperado, fue una caricatura de su mejor versión en el Allianz Arena. Su presencia o no esta noche determinará si, efectivamente, está recuperado o se le reserva para el miércoles.