La situación de Cristiano Ronaldo se encalla y sigue distanciado de los dirigentes blancos

La imagen, los famosos derechos de imagen está causando más de un problema a la entidad madridista en los últimos años. En el año 2000, Florentino Pérez y su equipo de márketing puso en marcha la idea de potenciar la venta de los derechos de imagen de los jugadores, una práctica habitual en equipos como el Manchester United y desconocida por España. De esa manera, se generaba negocio y ambas partes participaban en ello. Figo, Zidane, Beckham, Ronaldo.... todos aceptaron compartir ingresos. Pasados uno años, el inglés dijo no a ese modelo de negocio y decidió emigrar hacia Los Ángeles. Ahora es Cristiano Ronaldo el que no ve claro eso de compartir derechos de imagen. Y no es el único de los jugadores de la actual plantilla blanca. En el caso del portugués, la queja va acompañada de cierta añoranza de gestos de cercanía que tienen otros. Todo en uno.

La situación de Cristiano Ronaldo empieza a ser un problema para el Real Madrid. Está en vía muerta. Mientras Messi ha firmado su periódica renovación (dos en los tres últimos años), el portugués ve como los dirigentes del club blanco no varían su postura, ni su comportamiento y mantienen la máxima de tratar a todos los jugadores por igual. Florentino Pérez considera al portugués un jugador imprescindible y de hecho pretende renovar su contrato que termina en 2015 pero no será CR7 el que marque los tiempos ni las condiciones del contrato. 

La situación del portugués desde el pasado 1 de septiembre se ha encallado. No avanza. Desde aquel lejano y caluroso día de bienvenida a Essien, el delantero no ha vuelto a pronunciarse en ningún sentido tras el malestar mostrado primero a Florentino Pérez y después a la afición a través de los medios de comunicación. El ex del Manchester United no ha cambiado de idea. Siente que el club no le da el trato que otros cracks reciben de sus dirigentes y el panorama no ha variado. 

El club calla y sigue trabajando en una posible renovación. Oficialmente, en la zona noble del Bernabéu no quieren oír la palabra traspaso pero tampoco están dispuestos a esperar de brazos cruzados a que en 2015 termine el contrato que una a las dos partes. Si cuando termine la actual campaña no se cierra un nuevo acuerdo, el Real Madrid daría un giro a su estrategia y colocaría al portugués en el mercado, tal y como adelantó la pasada semana El Confidencial.