Plantilla y directiva recelan de Marcelo Bielsa y sus métodos

El Athletic Club está viviendo sus peores momentos desde que el matrimonio formado por Josu Urrutia y Marcelo Bielsa aterrizara en el conjunto vasco la pasada temporada. Presidente y técnico llegaron de la mano con la intención de crear un conjunto ganador, un equipo que volviera a luchar por los títulos... pero se ha abierto una brecha entre ambos. Directiva y cuerpo técnico pasan por un momento de desconfianza de difícil solución.

Durante el pasado verano, Urrutia ganaba las elecciones a la presidencia del Athletic y se convertía en el máximo dirigente del conjunto vasco. El que fuera capitán del club 'león' llegaba al club, en buena parte, por la elección de Bielsa como técnico del equipo. La afición confió al cien por cien en el proyecto deportivo del candidato, al que el voto convertía en presidente en busca de reverdecer viejos laureles.

Y, lo cierto, es que la decisión fue más que acertada. El conjunto vasco firmó una de las mejores temporadas de los últimos tiempos, en la que no sólo alcanzó las finales de la Copa del Rey y de la Liga Europa, sino que desplegó el fútbol más vistoso y de más calidad que se haya podido ver en 'La Catedral' desde hace mucho tiempo. Sólo la falta de efectivos en su plantilla impidió que pudiera alcanzar cotas mayores en la temporada.

Sin embargo, al término de la pasada temporada surgieron las primeras rencillas. Tras perder las dos finales que disputó el equipo, la directiva del Athletic comenzó a demostrar cierto desencanto con Bielsa. La cúpula vasca estaba convencida de que en ambas finales se habían repetidos errores tácticos que dieron al traste con los triunfos, una situación que explotó cuando Bielsa negó el saludo a Enrique Cerezo tras perder el título europeo.

Por si fuera poco, la plantilla también comenzó a mirar con malos ojos los métodos de Bielsa. Dos días antes de la final de la Copa del Rey, el argentino decidió llevar a cabo un entrenamiento físico de dos horas, algo que los jugadores no entendieron. Por si fuera poco, decidió que los no convocados no se pudieran alojar en el hotel junto al resto de la plantilla, una situación que los pesos pesados del vestuarios frenaron.

Situación complicada en San Mamés

Aún así, la directiva decidió renovar a Bielsa por el fútbol ofrecido, aunque se empezó a dudar de los métodos del entrenador argentino. Sólo unos meses después, el segundo encontronazo ha llegado, y lo ha hecho por las protestas y el comportamiento del técnico tras comprobar que los trabajos de mejora de Lezama no se encontraban en el estado que él esperaba, que desembocó en un 'rifi-rafe' con el jefe de obra.

Bielsa es un técnico meticuloso, que no permite un sólo fallo en su método de trabajo. De hecho, el técnico siempre ensaya los mismos 35 ejercicios en su entrenamiento, para intentar que el jugador asimile como propios dichos movimientos y el equipo trabaje sobre el campo tal y como él espera. Tan puntilloso es en su trabajo que llegó a visionar más de 7.000 vídeos en una semana para corregir los errores de su equipo.

Tras las vacaciones, el argentino llegó a las instalaciones del Athletic y comprobó que las obras de mejora no se encontraban en el estado que él deseaba. Por ello, el técnico estalló, e incluso en la rueda de prensa posterior aseguró que había hecho "lo que el club no", es decir, quejarse de la situación de su emplazamiento de trabajo. Sin embargo, el Athletic se desmarcó de las formas utilizadas, lo que ha abierto la última brecha.

De momento, todo hace indicar que Bielsa continuará en el Athletic, pero las aguas bajan revueltas por el conjunto vasco. La directiva no comparte ciertos criterios de actuación del técnico, un hombre que no va a cambiar su estilo de trabajo. Su ética le hace creer ciegamente en su estilo, a pesar de que las formas en muchas ocasiones no sean las correctas. El club no comparte su modo de actuar y ya ha avisado: no se tolerarán más salidas de tono.