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Los jugadores del Real Madrid comprobaron que la paz en Euskadi es real
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BILDU COMPARTIÓ PALCO EN ANOETA CON FLORENTINO PÉREZ

Los jugadores del Real Madrid comprobaron que la paz en Euskadi es real

La vida ha cambiado en Euskadi. El Real Madrid ha podido dar buena prueba de ello en su primera visita tras el anuncio por parte de

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Los jugadores del Real Madrid comprobaron que la paz en Euskadi es real

La vida ha cambiado en Euskadi. El Real Madrid ha podido dar buena prueba de ello en su primera visita tras el anuncio por parte de ETA del fin de la lucha armada. Cierto es que se produjeron incidentes entre miembros de la peña Mújika y de los Ultra Sur pero esto no corresponde a clave política alguna, son delincuentes que se amparan en el fútbol para saldar viejas cuentas o para provocar altercados. En relación a anteriores visitas a San Sebastián, las medidas de seguridad se redujeron drásticamente. Tanto, que el equipo blanco se permitió el lujo de pasear por los alrededores del hotel Monte Igueldo e incluso acercarse a la playa de La Concha, algo que en las dos últimas décadas la policía no habría permitido bajo ningún concepto. Claro que al plantel blanco le seguían policías y a su presidente, guardaespaldas, pero todo dentro de lo habitual en otras ciudades españolas. En muchos años, el Real Madrid no había recibido amenazas de ningún tipo.

Si en anteriores temporadas el hotel elegido por la expedición blanca era tomado por la policía en los días previos a la llegada del equipo, ahora todo se ha relajado, el ambiente es bien distinto. Mourinho es del gusto, durante esta campaña, de sacar a los jugadores del hotel cuando el partido es a la diez de la noche. En Madrid lo tiene fácil: paseo hasta Valdebebas y todo solucionado. La cosa cambia cuando el partido es lejos de la capital. El portugués propuso salir del hotel a media mañana para romper la larga concentración. En San Sebastián lo habitual era ocupar una sala del hotel y no pisar el suelo de la capital guipuzcoana. Era orden de la policía que ahora ha pasado a la historia. Libertad absoluta para moverse. La época de las amenazas, constantes en cada visita a Donostia, ha pasado a la historia por completo. La seguridad que rodeaba este tipo de partidos, en relación con el equipo, ha bajado en una proporción de una a diez. El técnico portugués quiso salir con el equipo a dar una vuelta y no existió el más mínimo problema. Es más, algunos jugadores se dedicaron a colgar en las diferentes redes sociales fotos del paseo mostrando una relajación absoluta. 

Comida en Arzak

Antes, todas las medidasde seguridad eran pocas. Por no querer dar a conocer nada, ni se hacía pública la comida entre las directivas. Todo se rodeaba de misterio, de secretismo con tal de no dar pie a que todo terminara en algún tipo de incidente. Los movimientos de equipo y directivos se medían al máximo. En esta ocasión nadie ocultó que la comida se celebraba en Arzak o que el equipo paseó tranquilamente, una prueba más de que la psicosis ha terminado y que los nuevos tiempos se han instalado en Euskadi.

La presencia de equipos de Madrid en Donostia o de la propia Real Sociedad en la capital de España siempre levantaba polémica, amenazas e incidentes con un marcado carizpolítico. El Santiago Bernabéu vio como el 13 de diciembre de 2004 tuvo que ser desalojado en pleno partido ante la Real Sociedad por una amenaza de bomba o como la policía recomendaba a los presidentes blancos que no viajaran hasta San Sebastián, algo le ocurrió en el pasado tanto a Lorenzo Sanz como a Florentino Pérez. La situación es otra bien distinta. El máximo mandatario blanco compartió este sábado la primera línea del palco de Anoeta con miembros de Bildu que, por cierto, poco interés mostraron por el fútbol ya que se refugiaron en el antepalco tras el gol madridista. Algunos dicen que sólo buscaban la foto en el palco y con Florentino Pérez de compañero de la misma.

Los que no han sufrido metamorfosis alguna fueron los ultras de uno y otro equipo. El autobús que desplazó a los seguidores radicales blancos sufrió el pertinente registro policial a los veinte kilómetros de salir de Madrid. La  policía no encontró nada. Iban limpios. El material lo desplazaron en otro coche del que no dieron reseña alguna. Sabían que los miembros de la peña Mújika iban a ir a su encuentro y se armaron para el momento, algo que ocurrió en un bar de la capital donostiarra.

La vida ha cambiado en Euskadi. El Real Madrid ha podido dar buena prueba de ello en su primera visita tras el anuncio por parte de ETA del fin de la lucha armada. Cierto es que se produjeron incidentes entre miembros de la peña Mújika y de los Ultra Sur pero esto no corresponde a clave política alguna, son delincuentes que se amparan en el fútbol para saldar viejas cuentas o para provocar altercados. En relación a anteriores visitas a San Sebastián, las medidas de seguridad se redujeron drásticamente. Tanto, que el equipo blanco se permitió el lujo de pasear por los alrededores del hotel Monte Igueldo e incluso acercarse a la playa de La Concha, algo que en las dos últimas décadas la policía no habría permitido bajo ningún concepto. Claro que al plantel blanco le seguían policías y a su presidente, guardaespaldas, pero todo dentro de lo habitual en otras ciudades españolas. En muchos años, el Real Madrid no había recibido amenazas de ningún tipo.