David Gordo, el triunfo del entrenador modesto que llega a la élite

David Gordo representa el triunfo del fútbol modesto, el de las matinales del domingo, el de los desaparecidos campos de tierra, el de los balones Mikasa de botes incontrolables. El exentrenador del Pinto, Móstoles, Vallecas, Alcalá, Alcorcón, Leganés y últimamente el Collado Villaba ha pasado a formar parte del organigrama técnico de la Federación española. El técnico se hará cargo junto a Santi Denia de la selección sub 16, categoría que no compite oficialmente, pero que en pocos días disputarán sus primeros partidos de preparación cara a la próxima campaña, momento en el que sí competirán.

Gordo es un producto de la Segunda B (seis temporadas), Tercera división y Preferente madrileña. Nacido hace 42 años en Alcalá de Henares también pasó por la factoría blanca, siendo el entrenador del juvenil A y cumpliendo su sueño de madridista de trabajar en el Real Madrid. Licenciado por el INEF y profesor de la Escuela de Entrenadores, el nuevo componente del cuerpo técnico de la selección española dejó su puesto en el Collado Villalba, equipo que pelea por entrar en las eliminatorias de ascenso a Segunda B, hace un par de semanas para pasar a cumplir el sueño de todo entrenador modesto. Su puesto en el equipo serrano ha sido cubierto por Mario Rivera.

Si nada cambia el compromiso de David Gordo con la Federación se extenderá hasta el 30 de junio de 2014, momento en el que también termina el contrato de Del Bosque como seleccionador español. Desde la salida de Luis Milla después de los Juegos Olímpicos de Londres había una plaza vacante entre los técnicos. En un principio Ángel María Villar y Jorge Pérez, presidente y secretario general de la federación, pensaron en Fernando Morientes, pero su compromiso con el Real Madrid y su deseo, de momento, de continuar en la entidad madridista, hicieron de freno a la posibilidad de que el ex delantero blanco terminara trabajando en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.

El nuevo entrenador federativo demuestra que en el mundo del fútbol no es necesario ser un afamado jugador de fútbol para triunfar en los banquillos. Pisando los campos de la Tercera y Segunda B de la Comunidad de Madrid, precisamente en el año del centenario de la Federación madrileña, se hizo futbolista y después entrenador. Ahora, el admirador de Del Bosque y Casillas, tiene una oportunidad de pasar a formar parte de la elite del fútbol.