La 'crisis' del Real Madrid de Pablo Laso empieza a preocupar en el vestuario

Unicaja, CB Canarias y Panathinaikos. Estos han sido los tres verdugos del Real Madrid en escasamente una semana. Tres derrotas que han hecho temblar los cimientos de un equipo que viene dando síntomas de debilidad desde la derrota con el Barcelona Regal en los cuartos de final de la Copa del Rey disputada en Vitoria. El conjunto de Pablo Laso parece haber perdido esa confianza necesaria para afrontar los partidos importantes, para sentirse superior a su rival y por ende sumar una victoria tras otra, eso que sucedía con tanta asiduidad en la primera parte de la temporada.

Y es que hay un Real Madrid hasta la cita de Vitoria y otro después. Hasta que llegó la Copa, el equipo blanco había sumado, entre Liga Endesa y Euroliga, un abrumador balance de 32 victorias y 4 derrotas. Hablamos de cuatro meses y medio de competición. Pues bien, en tan sólo un mes, el que nos lleva desde la citada derrota en el Fernando Buesa hasta hoy, los madridistas han cosechado el mismo número de derrotas, 4, por siete triunfos (algunos de ellos con la soga al cuello y ante rivales de segunda fila). Como quiera que el baloncesto es un deporte muy dado a la estadística, el dato es bastante elocuente.

Muchas son las explicaciones que se pueden dar al bajón que ha sufrido el cuadro que dirige Pablo Laso. En primer lugar, la confianza. Los jugadores, sea o no por el varapalo copero, no están igual de ‘enchufados’ que hace dos meses en los momentos clave, y eso lleva a que los porcentajes de tiro hayan bajado ostensiblemente. Segundo, la excesiva dependencia del juego exterior y la ausencia de un ‘plan B’. El Real Madrid se caracteriza por ser un equipo al que le gusta correr y que dispone de un gran tiro desde el perímetro, con jugadores como Rudy y Carroll a la cabeza. En el momento en el que el equipo contrario ha anulado esto, el técnico vitoriano no ha sabido encontrar una solución. Y tercero, la descompensación con el juego interior. Dentro de la zona, los blancos son un rival blandito. Falta un ‘center’ que intimide, que haga temible a los madridistas debajo del aro. El club lo sabe y ha buscado en el mercado pero, por unas causas o por otras, no ha encontrado al hombre que solucione estos problemas. Es curioso que en las estadísticas de rebotes de la ACB no aparezca ningún jugador del Real Madrid entre... ¡los quince primeros! Y fíjense que coincidencia, esta clasificación la encabeza Ante Tomic, descartado el pasado verano por los blancos y ahora en las filas del Barça.

Pero hay más aspectos que explican este declive. Los problemas físicos de algunos jugadores están suponiendo otro gran lastre para el líder de la liga. Rudy Fernández no termina de olvidar sus problemas de espalda, por lo que debe ser dosificado al máximo, la lesión para toda la temporada de Pocius ha obligado a contratar otro alero, Tremmel Darden, que no puede jugar Euroliga al haberla disputado ya con el Zalgiris, y a eso hay que añadir el bajo momento de forma que atraviesa Carlos Suárez. Con todo esto, la rotación en las posiciones de 2 y 3 se le ha quedado un tanto corta al cuadro merengue.

Tramo decisivo de la temporada

Y es precisamente ahora, en los últimos meses de campaña, cuando uno se juega las habichuelas y necesita de todos sus efectivos. Con casi toda probabilidad, el Real Madrid acabará como líder la competición doméstica y le aguarda un duro cruce de cuartos de final en la Euroliga, veremos si con el factor cancha a favor o no, en función de lo que haga en los dos últimos duelos del Top-16 ante CSKA de Moscú y Anadolu Efes.

El vestuario blanco se encuentra afectado por los últimos acontecimientos, pero de puertas hacia afuera lanzan mensajes de optimismo y confianza. “Toca seguir trabajando para cambiar esta racha de resultados” y “tocados pero no hundidos, solo faltaría. Este bache debe acabar” eran los mensajes vía Twitter lanzados por Rudy y Mirotic, respectivamente, a la conclusión del partido ante Panathinaikos.

Toca trabajo psicológico y una recuperación física imprescindible. La afición madridista quiere ver al equipo de la primera parte de la temporada, ése que les hizo soñar con varios títulos esta temporada (incluso la ‘Novena’) y que lleva un tiempo sin aparecer. El título de la Liga Endesa y estar presente en la Final Four, no digamos nada ganarla, sería un gran balance para el Madrid, pero la confianza de hinchas y entendidos respecto a los blancos ha bajado ostensiblemente de un tiempo a esta parte. Hay margen de maniobra, y Pablo Laso y los suyos lo saben y están a tiempo de reconducir la nave.