La mejor versión de Navarro no asegura la presencia del Barcelona en la Copa del Rey

Juan Carlos Navarro volvió a brindar una portentosa actuación y elevó el pulso de un Barcelona Regal con demasiados altibajos en la presente campaña. La victoria ante el Real Madrid en el clásico del baloncesto español permite coger aire a los de Xavi Pascual, que no obstante siguen sin tener asegurada su presencia en la próxima Copa  del Rey que se celebrará en Vitoria del 7 al 10 de febrero de 2013.

El escolta catalán lleva renqueante desde el comienzo de la temporada, aquejado una vez más de los eternos dolores en el pie, sumadas a distintas roturas musculares que le impedían la continuidad necesaria. Algo que su equipo ha echado en falta. Un equipo el de Xavi Pascual que pese a conservar el mismo grupo que le ha reportado tantos éxitos en las últimas temporadas (2 ligas, 2 Copas del Rey y una Euroliga en las últimas tres temporadas) no ha logrado coger el paso en la presente.

Sin el empaque de anteriores campañas, el equipo azulgrana se sostiene más por el enorme talento de sus individualidades que por su juego, más parco y menos enérgico que en anteriores campañas. La actuación del equipo ante los blancos al compás del juego de Navarro llega en el momento clave de la temporada, en la que necesitan dos victorias en los dos próximos encuentros si no quiere depender de nadie para asegurar su presencia en la próxima Copa del Rey. Especialmente clave se antoja el duelo ante Asefa Estudiantes en el Palacio de los Deportes, jornada en la que finalizará la primera vuelta.

La influencia de Navarro en el baloncesto español, junto a la de Pau Gasol, es impagable. Su talento es comparable al efecto que produce en el juego de su equipo. Su juego frente al Madrid denota el enorme impacto que es capaz de causar en los partidos señalados, donde deben aparecen los grandes.  No sólo es brillante por su talento individual, sino sobre todo por lo que es capaz de generar para el grupo. Su juego vitalista fue capaz de encender a un Palau entregado a su estrella. Uno de esos jugadores imprevisibles, capaz de dar la vuelta a un partido él sólo. Laso intentó varias fórmulas pero no fue capaz de frenar a un Navarro poderoso. Referente. Lo que venía buscando tras su vuelta de la NBA.  “Necesitaba más presión para rendir a mi mejor nivel”, declaró el escolta a su regreso a Barcelona.

Sus actuaciones destierran el mito que afirma que el baloncesto sólo es apto para aquellos con un físico poderoso. Su enorme talento y su incansable sed de victorias le convierten en uno de los más grandes de la historia del baloncesto español. Sólo el hecho de ser coetáneo a Pau Gasol le han impedido ser como el jugador más grande de nuestro baloncesto. Su vuelta que ha permitido al Barcelona volver a sentirse poderoso y, junto a Rudy Fernández, dar una nueva dimensión. En una época donde todo negocio busca la máxima rentabilidad, Rudy y Navarro proporcionar lo que todo gestor quiere para el aficionado: puro espectáculo.