La ‘Bomba’ Navarro entra en el selecto ‘Club de los 500’

Juan Carlos Navarro sigue acrecentando el mito. El mejor jugador del pasado Eurobasket de Lituania, donde nos colgamos el oro en buena parte gracias a él, continúa acumulando registros al alcance sólo de los más grandes. Este pasado fin de semana, en el partido que su equipo disputó en Valladolid ante el Blancos de Rueda, la ‘Bomba’ entraba en el selecto ‘Club de los 500’ al cumplir ese número de encuentros en la Liga Endesa, lo que le sitúa en el puesto 20 de los jugadores con más partidos en la historia de la máxima competición del baloncesto nacional. Tan sólo Carlos Jiménez, de los jugadores en activo, supera al escolta azulgrana.

Algunos le consideran el segundo mejor jugador de la historia de nuestro baloncesto, tan sólo por detrás de su gran amigo Pau Gasol, otros piensan que es el jugador español con más talento. Sea como fuere, y teniendo todos su parte de razón, el caso es que Navarro acumula galardones uno detrás de otro. Éste resulta testimonial y estadístico, pero nos recuerda (por si alguien se le había olvidado) que se trata de un jugador con una trayectoria inmaculada.

Campeón del mundo, doble campeón de Europa y subcampeón olímpico con la selección, campeón de Europa (2), de Liga (6), Copa del Rey (5) y Supercopa (4) con el Barcelona y MVP de Eurobasket, Euroliga y competición doméstico como títulos individuales. Ahí es nada. Y que este chico no haya triunfado en la NBA…

Y mientras no fue lo suficientemente valorado en Estados Unidos, amén de que él tampoco se encontraba excesivamente a gusto allí, en España se le venera como el excepcional  jugador que es. Ahora se ha colado en una lista con nombres ilustres como Rafa Jofresa, Nacho Rodríguez, Azofra, Alberto Herreros o Pablo Laso (jugadores con más de 600 partidos en ACB), entre otros, lo que habla bien a las claras de la dimensión de la ‘Bomba’, que de seguir así se pondrá a la misma altura que todas estas leyendas.

Lejos queda ya ese Barça-Granada de su debut en la temporada 97-98. Aquel día ya comenzó a demostrar el talento que apuntaba en categorías inferiores. En once minutos anotó diez puntos, y eso que era su primer día. “Me divertí muchísimo. Entré en el último cuarto y no me lo pensé, fui a saco”, manifiesta el de San Feliu de Llobregat. Catorce temporadas después comanda el vestuario azulgrana como su gran capitán.

Hombre, y tampoco era cuestión de cumplir 500 partidos y no celebrarlo a lo grande. Así que Navarro se echó el equipo a la espalda, logrando 23 puntos y conduciendo a su equipo a una nueva victoria (eso sí, muy sufrida) e incluso al liderato de la Liga Endesa tras la derrota del Real Madrid en San Sebastián.

Quizá sea como la vida misma y no valoremos lo suficiente a Navarro ahora que continúa en activo. Pero, con el paso del tiempo, nos daremos cuenta de su verdadera dimensión y que está firmando, junto a la ‘generación del 80’ la mejor época de la historia del baloncesto en nuestro país. Y aún le queda un reto por conseguir y está a la vuelta de la esquina, la medalla de oro en unos Juegos Olímpicos. Londres espera.