Javi Gracia vuelve a tocar el cielo en Andalucía tras pasar por el 'infierno' griego

Fiel reflejo el fútbol de los vaivenes de la vida y lo azaroso de su naturaleza, Javi Gracia volvió a celebrar un ascenso tras el conseguido en 2009 con el Cádiz a Segunda División. Esta vez lo hace en Almería y a Primera. El equipo andaluz, que la temporada pasada no logró entrar en los play off de ascenso, ha logrado el retorno a Primera desde la tercera plaza tras haber perdido el ascenso directo en la última jornada ante el Villareal. Lejos de perder fuerza, los de Gracia lograron llegar con más entereza que el resto de rivales en una fase de la temporada donde el cargado calendario merma el físico de los jugadores y entra en escena el nivel competitivo del plantel. En ese escenario, en el que la mente suele contar más que las piernas, el equipo rojiblanco ha salido victorioso.

No ha sido sencilla la carrera de Javi Gracia en los banquillos. El técnico, tras conseguir el ascenso con el Cádiz a Segunda División ha vivido la cara menos brillante de este deporte, donde la suerte es esquiva. Tras ser destituido del conjunto gaditano mediada la temporada, el técnico probaba suerte en Grecia con el Olympiakos de Volos. El conjunto griego, que venía de ser quinto en su primera temporada en la máxima categoría del fútbol heleno, disputaba ese verano la fase previa de la Europa League. Pese a lo idílico del equipo, el conjunto portuario se vio envuelto en una trama de amaño de partidos y condenado a competir desde la tercera división.

 Desvinculado tras el escándalo casi sin haber comenzado la temporada, Javi Gracia aguardó una nueva oportunidad. Gracias al gran cartel que otorga el fútbol español, convertido en modelo de imitación del fútbol moderno, no tardó en llegar su oportunidad. En noviembre era reclamado por el Kerkyra, equipo de la isla conocida internacionalmente como Corfú, para sustituir al serbio Bozidar Bandovic. De nuevo Gracia conoció los infiernos del deporte rey. A falta de cuatro jornadas para terminar el campeonato, y a tres puntos de la salvación, el técnico dejaba el banquillo del Kerkyra.

Fue entonces cuando tornaría su suerte tras años sin brillo. El Almería llamó a su puerta para comandar un ambicioso proyecto con el ascenso como objetivo último. Su trabajo en la sombra, discreto, de pocas palabras, le sirvió para gozar de la confianza de un presidente de gatillo fácil. Alfonso García no mantenía el mismo entrenador durante una temporada desde que Unai Emery marcara una de las mejores épocas del conjunto andaluz.  La decepcionante temporada anterior, donde no pudo optar al ascenso, añadía más presión a la entidad presidida por Alfonso García. Navarro de nacimiento, tiene ‘feeling’ Javi Gracia con Andalucía. Curtido en los avatares del fútbol, logró imprimir el pamplonés la competitividad necesaria en una categoría tan extenuante como la Segunda División.  Su destino fue el camino largo, como ha sido sino. Tras vivir enfrente los ascensos de Elche y Villarreal, el sábado le tocaba a Javi. Del infierno griego al cielo del Mediterráneo. Javi Gracia, por fin, tocó la gloria en Almería.