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"El amor es un invento de la mujer; al hombre le vale con la guerra, el sexo y el fútbol"
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LA MORAL Y LOS VALORES DE EROS

"El amor es un invento de la mujer; al hombre le vale con la guerra, el sexo y el fútbol"

Ateo fiel, liberal de izquierdas y defensor del capitalismo solidario. No se trata de ningún oxímoron, sino de los principios que guían el pensamiento del francés

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"El amor es un invento de la mujer; al hombre le vale con la guerra, el sexo y el fútbol"

Ateo fiel, liberal de izquierdas y defensor del capitalismo solidario. No se trata de ningún oxímoron, sino de los principios que guían el pensamiento del francés André Comte-Sponville, uno de los filósofos más respetados en el ámbito francófono. Miembro del Comité Consultivo Nacional de Ética nombrado por Nicolás Sarkozy en marzo de 2008, este prolífico escritor ha logrado colar sus tratados filosóficos en los escaparates de las grandes librerías, al lado de los best sellers literarios del momento. Coincidiendo con la publicación de su última obra, Ni el sexo ni la muerte (Paidós), Comte-Sponville ha recibido a El Confidencial para hablar sobre amor, moral y política, unos conceptos totalmente imbricados en el pensamiento del francés.

El hombre es un animal político, como decía Aristóteles, lo que Comte-Sponville completa añadiendo que también es un animal erótico. El eros entendido como un amor pasional, de “deseo de la otra persona que nos falta”, pero que si se consuma, al ser correspondido, se podrá convertir en tedio (por aburrimiento tras suplir esa carencia que movía los sentimientos) o, como decía Spinoza, en philia, entendida como la expresión máxima del amor que se materializa en la convivencia.No es la moral la que está en crisis, sino la política

Alcanzar esta última fase del amor significa, según el filósofo, alcanzar la felicidad en toda su plenitud. “Esto se traduce en que no hay amor feliz (eros) y no hay felicidad sin amor (philia)”, explica Comte-Sponville para visualizar los distintos tipos de amor. Un amor que no viene de Dios, matiza este ateo declarado, sino del sexo y de las mujeres. "En la emergencia del amor como valor supremo, la contribución de la mujer ha jugado un rol fundamental. El amor es un invento de las mujeres, no habría existido sin la maternidad. Una humanidad exclusivamente masculina se habría contentado con el sexo, la guerra, el dinero y el fútbol". Por eso, "cualquier madre, si ama, me conmueve más que todas las santas juntas", confiesa, y asegura que para él "ningún Dios puede sustituir a una madre". A pesar de ello, concibe el Nuevo Testamento como una ética del amor.

Del amor a la solidaridad

Cuando se llega a profesar este tipo de amor por los demás “casi se podría decir que no tenemos que preocuparnos por la moral”. Es más, la moral simplemente “suple las ocasionales insuficiencias del amor” porque ambos conceptos van en la misma dirección: tener en cuenta los intereses de los demás. Unas insuficiencias que, como reconoce Comte-Sponville, se manifiestan nada más salir del círculo familiar o de la pareja.El individualismo ha dado lugar a unas mayores libertades y a la plena vivencia de la sexualidad

El narcisismo, que es una tendencia natural en todos los seres humanos, según señala el filósofo, es la principal amenaza para llegar a alcanzar este ‘amor sublime’. Aunque defiende ciertas bondades en el individualismo, como que ha dado lugar a unas mayores libertades y a la plena vivencia de la sexualidad, también reconoce su influencia en las relaciones mercantiles y económicas, que se traduce en un fuerte egoísmo. “Si contamos con la generosidad de los ricos para ayudar a los pobres, entonces podemos esperar sentados”, ironiza el filósofo. Lo que se debe hacer para reducir las desigualdades y solucionar la crisis económica que asola Europa, dice, es implantar un sistema capitalista solidario, en el que el libre mercado conviva con el Estado de bienestar.

Para Comte-Sponville el capitalismo sigue siendo el mejor de los sistemas posibles hoy en día “y así lo seguirá siendo en las próximas décadas. De momento no hay un modelo alternativo creíble, además tenemos que reconocer que tanto aquí en España como en Francia se vive mucho mejor que hace 50 años. La pobreza se ha reducido gracias a la solidaridad, que no es más que la convergencia de intereses. Por tanto, Alemania debe ayudar a países como Grecia a salir de la crisis porque con su recuperación también saldrán beneficiados ellos mismos”. Esta convergencia de intereses plasmados en la legislación “es la única vía que salvará a la Unión Europea”.

Y de la solidaridad a la política

Siempre con unos postulados pragmáticos y alejados del idealismo, Comte-Sponville reconoce que no será el amor el que resolverá todos los problemas de la sociedad, sino “la política y la solidaridad”. Por eso, alarmado por la emergencia de la situación actual, hace una llamada desde su tribuna como intelectual a que “se hable más de política y menos de moral”. De hecho, para el francés vivimos en una sociedad mucho más moral que antaño. “No estoy de acuerdo cuando la gente mayor afirma que los jóvenes carecen de moral, más bien al contrario. Nunca antes se habían defendido los derechos humanos a capa y espada como ahora”. Como ejemplo recurre a las nuevas formas de protesta social: “El movimiento de los indignados es más moral que político. Y precisamente, su fallo consiste en que esa defensa moral no desemboque en una corriente política”.La solidaridad, entendida como convergencia de intereses, es la única vía que salvará a la Unión Europea

Solo apelando a las políticas solidarias se pueden redimir el mayor pecado de la sociedad actual que, para Comte-Sponville, no es más que la deuda de los países. “El endeudamiento privado en España, fomentado por la burbuja inmobiliaria, y el endeudamiento público en Francia, es nuestro mayor pecado político, e incluso moral, porque obligamos a las siguientes generaciones a pagar un crédito que hemos pedido nosotros”, lamenta el filósofo.

Superar esta situación de crisis por endeudamiento, apunta, es el mayor reto de las sociedades contemporáneas, junto a la sostenibilidad ambiental: “Después del tremendo crecimiento al que hemos asistido en los últimos años, debemos plantearnos la necesidad de crecer de forma ambientalmente sostenible para preservar la naturaleza”.

Unos retos, dice, que no se responderán “solamente con la filosofía”, sino con las herramientas políticas. Es la lucidez política, más que los valores, de lo que realmente carecen las sociedades contemporáneas, por lo que “no es la moral la que esté en crisis, sino la política”, sentencia el francés.  

Ateo fiel, liberal de izquierdas y defensor del capitalismo solidario. No se trata de ningún oxímoron, sino de los principios que guían el pensamiento del francés André Comte-Sponville, uno de los filósofos más respetados en el ámbito francófono. Miembro del Comité Consultivo Nacional de Ética nombrado por Nicolás Sarkozy en marzo de 2008, este prolífico escritor ha logrado colar sus tratados filosóficos en los escaparates de las grandes librerías, al lado de los best sellers literarios del momento. Coincidiendo con la publicación de su última obra, Ni el sexo ni la muerte (Paidós), Comte-Sponville ha recibido a El Confidencial para hablar sobre amor, moral y política, unos conceptos totalmente imbricados en el pensamiento del francés.